Capítulo 2

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Bajamos al garaje para cojer el coche y emprender nuestro viaje, cuando me percaté de que me faltaba algo. No sabía de que se trataba, pero justo antes de arrancar el coche me dí cuenta. Mi diario. Si por cualquier razón, alguien leía eso, me tomarían por una loca. Salí corriendo del coche, y subí las escaleras del piso como si no hubiese un mañana. Entré en mi habitación, cogí las llaves de debajo de la almohada y abrí la caja que contenía mi diario. Lo apreté contra mi pecho y pensé: "Casi te olvido..."

El viaje transcurrió normalmente, con alguna que otra parada para comer. Por las ventanas del coche podiamos apreciar ya el color verde de los prados, el olor a mar y la brisa hacie do bailar los pastos de los cultivos. Solo pensaba en él. Había estado hablando horas y horas con él por Whatsapp desde que nos vimos por última vez.

Poco después llegamos a casa, que nos esperaba imponente. Dejé rápidamente mis maletas, metí la ropa en el armario y colequé mis cosas en el baño. Cogí mi móvil y, a pesar de las horas altas horas de la tarde que eran, mi madre me dejó ir a saludar a Raúl. -Vuelvo enseguida, prometido-, grité.

Tras el muroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora