Tras el muro

Capítulo 6

Sabía perfectamente que Raúl era muy violento y que sólo se cree lo que a él le conviene. Fui a buscarle a su casa, y por el camino, unos metros atrás, me seguía Leo, mirando su móvil alegremente, como si nda hubiese ocurrido. Lo que Leo le había estado diciendo a Raúl en mi nombre era que le dejaba, que le estaba engañando con otro, que era pésimo basando y que era un idiota. No entendía porque había hecho Leo tal cosa. Decidí preguntarle.

- Leo, porqué lo has hecho.

- ¿Hacer qué? Yo no he hecho nada malo- respondió, con cara de angelito.

- Leo, por favor. Ya he tenido suficiente- dije.

Él, rápidamente, intentó cambiar de tema.

- ¿A dónde vamos?- preguntó.

- ¡Eres un imbécil! Te odio, eres lo peor del mundo - chillé.

- Espera, Katt, solo pretendía bromear. Sabes que eres lo más importante para mí. Va, no te enfades-dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Le miré mal, y me agarró un brazo. Intentó abrazarme, pero me solté, le empujé, tropezó y me salí corriendo.
Estaba harta de él, no le soportaba.

Llegué a casa de Raúl, llamé al timbre y poco tiempo después salió su madre, que me recibió de buena gana. Le pregunté por Raúl, y su madre le llamó. Raúl salió, y cuando me vió resopló.

- La has liado, Katt -me dijo.

- ¡Raúl, te prometo que yo no he sido!- balbucee.

- No sé como me has podido hacer esto después de tantos años. Yo creía en ti, Kattalin, pensé que podíamos llegar a ser algo más que amigos. Pero me has fallado- dijo cabizbajo.

- He sido yo- dijo alguien.

Leo me había alcanzado y había escuchado nuestra conversación desde detrás de un muro.

- Vete de aquí- le dije.

- ¿Cómo que has sido tú?- dijo Raúl interrumpiendome.

- Yo le cogí el móvil a Katt por la noche y se lo escondí. Como me sabia su contraseña, decidí escribirte haciendome pasar por ella, pero se me fue de las manos. Lo siento, de verdad- admitió Leo.

- Ya, claro, y...¿quién se supine que eres tú?- preguntó Raúl.

- Soy su mejor amigo- añadió Leo.

- Eso no te lo crees ni tú. Decidme, ¿estáis saliendo juntos, verdad?

Decidí hacer algo que nunca debí hacer. No me lo pensé dos veces y añadí:

- Es gay. No estamos saliendo.

Raúl nos miro a los dos lentamente y entró de nuevo en su casa.