Capítulo 4

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Llegé a casa, saludé a mis padres, que estaban haciendo la cena, subí las escaleras a todo prisa y entré en mi habitación. Allí estaba mi hermana, tumbada en la cama, con el portátil sobre ella. Cerré la puerta y dejé todas mis cosas sobre la cama. Saqué el movíl de uno de los bolsillos y escribí un mensaje a mi mejor amigo:

- Leo! Lo que me acaba de pasar es flipante...no puedo ni respirar...
+ Tía... son las once y tengo sueño. ¿Qué quieres?
- Vale, tranquilo. ¿Te lo cuento entonces?
+ ¡Claro!
- Me he besado con Raúl...
+¡QUÉEEE!
-Como lo oyes... ¿Mañana sale tu tren para venir, no?
+ Siiii, estoy super ilusionado.
-Nos vemos entonces.

Miré a mi hermana, que me miraba con la ceja encarnada. Le sonreí y salí corriendo de la habitación. Estaba emocionada porque mi mejor amigo venía a verme. Estaba también emocionada, porque el chico que más me mola me había besado así porque sí. Era, definitivamente, el mejor día de mi vida.

Al día siguiente fuimos a recoger a Leo, que venía en tren para visitarnos. Cuando llegamos a la estación, él nos estaba esperando ya, sentado en un banco, leyendo una revista. Le recogimos y nos fuimos al coche, de vuelta a casa.

Llegamos a casa y le mostré a Leo donde estaba su cama y donde podía dejar sus cosas. En un momento dado, se puso muy serio, y me dijo: -Katt, tenemos que hablar.

-¿Te pasa algo?- dije yo enseguida. Leo estaba pálido. Se sentó en la cama y miró hacia abajo.

-Si necesitas tiempo, puedes tomártelo, no te quiero agobiar-.  Hice amago de salir de la habitación, cuando Leo me agarro de la muñeca, y me sentó a su lado.

- Katt, esto no es una broma, necesito contarte algo. Lo estoy pasando muy mal, y necesito ayuda de alguien de confianza. Tu eres mi mejor amiga, y creo que...

- ¡Dímelo ya!

-Soy gay...- susurró.

-¿QUÉEEE?-chillé yo. Leo me miró mal y intentó salir de la habitación. Antes de que pudiera salir, le agarré la mano y le llevé hacia mi. Le abracé con todas mis fuerzas. 

- Ya lo sabía, y es lo mejor que puedes hacer- susurré.

Me agarró los brazos y me abrazó lo más dulcemente posible. 

- Gracias por entenderme.

Tras el muroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora