Inestable

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-Pasa, por Dios, que te pasó? Luces un aspecto espantoso! Hace mucho frío fuera, verdad? Comiste ya? -exclamaba Lucy con pequeños gritos agudos.

-No quiero volver a mi casa, Lu. Es en serio. Necesito que me permitas quedarme aquí unos días hasta que la situación este más calmada.
Intentaba lucir madura y con firmeza.

Pero la realidad era que estaba inestable. Mi mayor deseo, era estar ahora mismo en mi casa, con el calor de mi hogar, comiendo unas ricas pastas que mi madre estaba cocinando, mientras mirabamos la televisión. Pero no sucedió eso, y lo único que conseguía si seguía pensando en esto, era ponerme cada vez peor.

-Toma, un plato de sopa caliente -decía Lucy mientras colocaba dos platos sobre su mesa del comedor- Ahora, te escucho.

Yo no sabía por donde empezar. Estaba atormentada.

-Mi pad.. Gus. Otra vez. No nos deja en paz. Sigue viniendo a nuestro departamento. Ya creo que la única solución es mudarnos. -dije mientras bebía la sopa, que estaba riquisima por cierto.-

-Amiga.. Lo siento. Ese hombre no se que tiene en la cabeza. Pero ya pasó, no te sientas mal, no es tu culpa. Ahora podemos ir al Jealous a tomar algo. Recuerdas que se suspendió la clase de física de mañana?

Ni pense en las clases. Lucy sabía que me encantaba ir a Jealous. Era un bar, tranquilo. Creo que siempre íbamos las mismas personas. Y hoy, un miércoles, iba a estar bastante desierto. Primero me negué, porque mis ojos estaba hinchados, rojos como dos fresas, segundo porque mi pelo estaba atado en una cola enredado, y tercero porque había salido de mi casa con unos pantalones cortos y una camiseta que los usaba de pijama.

Al final, me convenció. Me prestó algo de su ropa, me peino el cabello y me puse algo de base en mi rostro para cubrir mis imperfecciones. No voy a negarlo, mi aspecto había mejorado muchísimo. Mientras nos arreglábamos, Lucy hablaba con su novio Dani de que harían al día siguiente. Ella quería ir a merendar al nuevo café de la avenida y el quería ir al cine. Al final, creo que harían las dos cosas. No les presté mucha atención. Estaba pensando en otra cosa.

¿Qué estaría haciendo mi madre en ese momento? Me mataba la intriga. También, estaba evaluando la opción de llamarla y contarle donde estoy, y que estoy bien.
Justo en ese momento, suena el teléfono de la casa de Lucy. Y si, era ella. Mi madre sabía que siempre podía encontrarme en su casa. Eramos amigas desde los 5 años, y nuestras familias ya también se conocían bastante.

-Hola, Kari. Cómo estas? Si, si, está aca conmigo, quedate tranquila.. Ahora te la paso..-decía Lucy mientras me señalaba para que vaya hacia el telefono.

- Hola, ma. Si, ya se. Me voy a quedar aca a dormir. Mañana quizás vaya. Te mando mensaje. Un beso.

Su tono de voz sonaba igual que siempre.. Ella siempre frente a mi lucía genial, o eso aparentaba. Por eso la quería tanto: Ella daba todo por mi.
Supongo que ahora las dos estábamos mas tranquilas, ella porque sabía donde estaba y yo porque la había escuchado más serena que hace una hora con Gus.

Cuando Lucy término de guardar su labial en su cartera y apagó todas las luces, nos fuimos a Jealous. Tomamos un taxi porque estaba muy fresca la noche, aun que la casa de Lucy no quedaba tan lejos del bar.
Sin dudas, ya me sentía mucho mejor. Mi amiga siempre sabía como tratarme y que hacer por mi.
Por un momento, sentí que todo estaba arreglándose. Mi vida, y yo.

-En el momento INESPERADO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora