Capítulo 9

28 5 0
                                    

Los de seguridad me llevaron fuera de la morgue.
-¿Cómo está? -me preguntó Gemma.
-Frío.
-Oh, gracias. Creo que iré a verle, necesito hablar con mi hermano.

Gemma se fue por la puerta por la que yo había salido segundos antes.

Me fui a mi casa. No tenía nada que hacer allí salvo ver a Harry sin vida.

*Harry*

Sentía un dolor increíble. Me dolía el pecho. Sentía que mi corazón estaba estancado en un mar de sentimientos.

Intenté abrir lo ojos pero me pesaban los párpados. Procuré levantarme con cuidado pero no tenia fuerzas. No podía moverme, ni abrir los ojos. Pero por lo menos podía respirar, cosa que no había hecho en un largo tiempo. No tenía ni idea de cuanto tiempo llevaba dormido, o en coma. Quizás estaba tirado en la campa de al lado del río, o tal vez estaba muerto, arriba, en el cielo, con Zayn. Pero no podía saberlo. No veían nada, no sentía nada, y las evidencias de que estaba completamente muerto se hacían más claras.

Suspiré. O por lo menos lo intenté. Traté de relajarme, de descansar.


No se cuanto tiempo había estado dormido, pero cuando desperté podía abrir los ojos. Levanté mis párpados lentamente.

Estaba en una sala de hospital. Entraba una luz blanca de la ventana. Tenía las sábanas hasta el cuello, arropándome, aún así estaba congelado.

Tenía una bata puesta, no me tapaba casi nada; supuse que era por eso por lo que me sentía helado. Mi cabello estaba apagado; se habían ido los rizos que se podían distinguir desde lejos.

Traté de recordar lo que había pasado en las últimas horas, o días, quien sabe. En mi cabeza todo eran recuerdos confusos.

Sentí unos ojos observándome atentamente desde un sofá de la sala. Me incorporé para ver quien era.

Era mi madre. Tenía ojeras de no haber dormido en mucho tiempo, la cara pálida, como si hubiese visto un fantasma. No tenía expresiones en ella, no podía saber en lo que estaba pensando, en lo que estaba sintiendo.

-¿Mamá? -logré decir.
-Pensé que jamás volvería a oír tu voz -se levantó del sofá y vino corriendo a abrazarme.- Creíamos que te habíamos perdido, que te habías ido, hasta que... -ella empezó a llorar; no sabia si eran lágrimas de felicidad o de emoción.

-Mamá, ¿qué ha pasado?
-¿Todo?
-Todo.

Mi madre me contó lo sucedido en los últimos dos días. Al parecer me suicidé, aunque yo no lo recordaba. Después me habían llevado al hospital. Ahí... mi vida terminó. O eso creían.

-Luego, te llevaron a la morgue. Y despertaste. Los médicos dicen que fue un milagro, pero yo creo que fue gracias al beso de Louis.

Me incorporé aún más. ¡Había escuchado bien! Louis me había...

-¡Qué! -puse cara de asombro.

-Nada hijo, nada. Tu casi muerte me ha sentado tan mal que...

-Mamá, dime la verdad.

-Esas es la verdad Harry, me estoy volviendo loca...

-Esta vez te creeré -los dos reímos.

-Me alegra que hayas vuelto -mi madre me sonrió-. ¿Te gustaría ver a alguien más?

UNA DIRECCIÓN DIVIDIDA EN CUATRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora