Demons

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LAUREN

Sabes, Lauren, a veces hablar de lo que has sufrido hace más fácil lidiar con el resultado.

Me acomodo, estirando mis piernas hacia fuera por delante de mí. Esta es mi postura relajada, a pesar de que me siento rígida como el infierno y extremadamente incómoda.

Quería hacer esto en la base, pero entiendo la resistencia de Camila de poner un pie allí. La chica que dejé atrás amaba a los militares. Aceptó mi trabajo en su corazón y vida con los brazos abiertos. Me animó a ser la mejor, a ser mejor de lo que pensé podría ser. Ahora ella no quiere tener nada que ver con la Armada, y no puedo culparla. Sin embargo, quiero todo lo relacionado con ella. No tenerla en mi vida, especialmente porque no sabía que se había ido de ella, para empezar, es inaceptable para mí.

—¿Tienes trastorno por estrés postraumático?

Mi cabeza se eleva abruptamente mientras la fulmino con la mirada.

El PTSD no es algo con lo que perder el tiempo y seguramente si lo tuviera, no estaría hablando con un médico civil sobre la manera de tratar con esto. Los doctores en la base están capacitados para lidiar con quien somos cuando llegamos a casa de la guerra o un conflicto. No estoy diciendo que ella no lo esté, pero es diferente.

—No fui capturada o mantenida como rehén. No fue así.

—¿Cómo fue?

Llevando mis piernas hacia atrás, me inclino hacia delante sobre mis rodillas y mis manos juntas.

—Todo lo que hago, todo lo que mi unidad hace, es clasificado.

Tienes la oportunidad de caminar por las calles disfrutando de tú libertad, por lo que hacemos ahí afuera.

—Estoy muy agradecida por la libertad que tus acciones y las de los militares me han brindado como americana. —Ella se inclina hacia adelante, asegurándose de que tiene mi atención—. No soy el enemigo aquí, Lauren, estoy aquí para tratar de ayudar. Estoy aquí para ver si puedo darles a ti y a Camila alguna solución sobre la situación. No estoy diciendoque puedo, pero espero que para cuando hayamos terminado aquí hoy, sepan la ruta del camino en el que tienen que estar.

—Lo dudo —murmuro, mirando lejos de su mirada penetrante.

—No puedes llenar tu mente con duda, Lauren. Si lo haces, se come a quién eres y te hace menos de una persona. Tú, Camila y Chris están en una situación desafortunada, una que puede ser atribuida a una serie de personas y circunstancias.

—Confié en mi hermano para mantenerla a salvo, no para meterse en sus pantalones.

La doctora se inclina hacia atrás en su silla y niega con la cabeza.

No me importa si no está de acuerdo conmigo. Eso es lo que pasó. Esa es la forma en que veo las cosas. Él sabía lo que estaba haciendo. Tenía que saber que perdimos las comunicaciones. Todo estaba escrito allí en mi  vi las palabras escritas con mis propios ojos. En ninguna parte dice que se nos presume muertos.

En ninguna parte dice que no iríamos de regreso a casa

—Alguien nos mintió a Camila y a mí. Alguien tiene que pagar.

—¿Y si ese alguien es la Armada, Lauren? ¿Te has detenido a pensar  acerca de esa posibilidad?

—¿Por qué harían eso? —Mi voz se rompe ligeramente, mostrando demasiada emoción para mi gusto. Me acomodo, recostándome hacia atrás. Mis manos agarran los reposabrazos, esperando a que ella explique su teoría.

—Puede no haber sido intencional. Podría haber sido un error administrativo. Quiero que pienses en todas las opciones aquí. ¿A alguien se le asignó tu misión cuando regresaste? ¿Alguien dejó otro puesto, se jubiló o no se reenlistó?

No quiero pensar que tiene razón o algo parecido. Todos somos profesionales, los errores como estos no suceden. Se tuvo un funeral, un cuerpo voló de regreso. Estoy asumiendo que la CACO siguió mis pasos con el capellán detrás de él para notificarle a Camila que me habían asesinado. ¿Pasó esto?

Se aclara la garganta, con lo que mi atención vuelve a ella.

—Puedo sentir las ruedas girando en tú cabeza, Lauren. Tienes un montón de preguntas sin respuesta que solo tú comandante puede contestar por ti. —La doctora desliza hacia mí una carpeta, y veo cómo esta se equilibra sobre el borde de su escritorio. Casi tengo miedo de tomarla, miedo de lo que contiene en su interior. Extendiendo la mano, agarro la carpeta color manila y la abro. En el interior, está mi obituario, junto al de los miembros de mi unidad, y otros artículos de periódico que detallan nuestra misión.

—No entiendo.

Ella suspira, y puedo verla moverse a través de mi visión periférica, pero estoy centrada en las páginas en frente de mí.

—Aquí —dice ella, y me entrega una taza de agua. Esta no es una de sus tazas y por eso estoy agradecida. Me la tomo de un trago y lamento que no fuera algo más fuerte para entumecer mis pensamientos. Quita la carpeta de mi mano libre y camina de vuelta a su silla. Quiero estirar la mano y quitársela. No había terminado de mirar los trozos de periódico que detallan la destrucción de mi vida.

»Como dije, Lauren, no todo es blanco o negro como te hicieron ver. Tú y tú unidad fueron aclamados como héroes locales. Fuiste celebrada y honrada. Lo único que puedo pensar que es que alguien quería que tú unidad desapareciera. No estoy dentro, Lauren, así que no lo sé. Ni siquiera puedo asegurar que no fue tú hermano, pero no fue Camila. No fue ella o la comunidad los que le dieron la espalda a ti y a tu unidad.

Tengo que dejar que sus palabras sigan su curso a través de mi mente y, finalmente, dentro de mi corazón. ¿Y si está diciendo la verdad?

¿Y si esto fue un trabajo interno que estaba destinado a eliminar nuestra unidad? Sé que no soy la única sufriendo. McCoy llegó a casa para encontrar a su esposa y a su hijo desaparecidos y no ha sido capaz de localizarlos. Supongo que soy afortunada. Mi chica venía a casa con una bolsa de comestibles cuando la sorprendí. 

Al menos, ella nunca dejó nuestra casa.

—¿Conoces a alguien en la milicia?

La doctora niega con la cabeza lentamente.

—Todo lo que digo aquí, se queda aquí, ¿verdad? ¿Tú no vas a reportar mi sesión a mi Oficial al Mando?

Se inclina hacia delante, de nuevo me perfora con sus ojos.

—Lauren, todo lo que digas aquí, en esta sala o fuera, conmigo está protegido por la confidencialidad médico-paciente. Incluso si soy citada, no tengo que responder a sus preguntas. Aquí estamos protegidas.

Asiento, entendiendo totalmente lo que está diciendo, pero no estoy segura de si puedo atreverme a decirle lo que pasó o cómo, no sé cómo ha ido todo tan mal. La misión fue fácil. Dentro y fuera. Pan comido. La llamamos un saqueo y pensé que estaríamos en casa para la cena, relativamente hablando.

—Lauren, ¿quieres decirme lo que te mantuvo lejos de casa durante tanto tiempo?

.......

Thinking of you (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora