CAMILA
La terapeuta se levanta y camina hacia su dispensador de agua. Mis ojos están entrenados sobre cada uno de sus movimientos y no sé por qué. ¿La encuentro fascinante, o es mi mente buscando una ruta de escape? Por desgracia para mí, en el otro lado de la puerta hay una pared de ladrillo conocida como Ally Brooke, esperando para detenerme.
"No puedes correr", me recordó Ally anoche. Se detuvo frente a mi puerta, bloqueando mi salida. Ambas estábamos llorando, nuestras lágrimas significando algo diferente. Mis maletas estaban llenas y esperando por la puerta. Iba a irme. Esa era mi respuesta, estar muy lejos del lugar que me causó nada más que dolor. No importaba que no tuviera ningún lugar a donde ir, o que estaría arrancando a mi hijo lejos de su familia. En mi mente, correr es la respuesta más fácil.
Se acerca a mí con un vaso de agua, tendiéndome su mano, pero manteniendo su distancia. Supongo que esto es como un terapeuta permanece separado, ¿no es así? Yo no podría hacer un trabajo como este. Me había vuelto emocionalmente invertida con cada persona.
Querría sostenerlos y mimarlos y decirles que sí, todo estará bien, pero nunca lo estará. Sí, sería una mentirosa.
—¿Cómo conociste a Lauren? —pregunta después de tomar un trago de su vaso antes de volver a sentarse en su silla.
No puedo evitar sonreír. Fue un momento que cambió mi vida.
—Tenía dieciséis años y acababa de mudarme a Bremerton, Washington. Mi mamá, ella es abogada JAG4 de la Armada, y tuvo un traslado a la base naval allí. Los de la mudanza estaban descargando el camión, y yo estaba en el camino, por lo que mi papá me dijo que explorara. Esta era la primera vez que no íbamos a vivir en la base, así que estaba un poco indecisa de solo caminar en los alrededores, pero lo hice como mi papá sugirió. No creo que estuviera a dos cuadras de mi casa cuando fui golpeada en la cabeza por una pelota de fútbol.
—¿Una pelota de fútbol? —aclara la terapeuta.
Asiento.
—Estaba caminando por un parque. Estaba lleno. Había niños que se estaban columpiando y gente jugando en la piscina. Había dejado de mirar. Iba a ir a casa y preguntarle a mi papá si podía ir a nadar, pero justo cuando me di vuelta, ¡bam! Caí en mi trasero. Una chica vino corriendo, ella ni siquiera miró a los autos cuando cruzó la calle. Se arrodilló delante de mí, y sus ojos, Dios estaban tan llenos de vida, me examinaron. Jaló mi mano lejos de mi cabeza sin decir una palabra. Sabía que se sentía mal. Sus hombros caídos hacia delante, y ella empezó a frotar la parte posterior de su cuello. Sus amigos estaban gritándole para que lanzara el balón de regreso. Estaban más preocupados en terminar su juego. No les importaba que me estuviera muriendo. Ella permaneció de pie, y pensé: "Camila, di algo, idiota. Esta es tu oportunidad de hablarle finalmente a alguien sexy", pero mi boca solo se movía arriba y abajo como si fuera un pez dorado rogando por agua. Yo nuna pense que me fueran a gustar las chicas. O los chicos! Yo nunca habia gustado de nadie, pero ella era solo sexy. Asi que lanzó la pelota de vuelta, pero no se fue. Se arrodilló frente a mí de nuevo y dijo: "Mierda, bebe, me pasé y arruiné tu bonita cara." Me gustó tanto, porque ella me llamó bebe y bonita, por lo cual no me importaba cómo me veía en ese momento.
»Ella me ayudó a ponerme de pie y no soltó mi mano. Todavía puedo vernos allí de pie, en la acera, a principios de septiembre mano en mano, Lauren mirándome, esos malditos encantadores ojos verdes. Fue un momento de ensueño que me gustaría poder volver atrás y capturar. Creo que ese es el día que me enamoré de Lauren Jauregui, aunque no la conocía.
»Fue la primer persona en sostener seria y romanticamente mi mano. Sus dedos se deslizaron entre los míos y los apretó lo suficiente como para enviar escalofríos por mi brazo. Mi corazón estaba latiendo tan rápido que pensé que seguro iba a tener un ataque al corazón justo ahí en la acera. Tiró de mí hacia ella, e inclinó la cabeza hacia un lado. Fue su manera de pedirme que fuera con ella y a tal punto, la seguiría a cualquier lugar que me pidiera. Lauren nos cruzó la calle y de nuevo al partido de fútbol. Sabía que mi palma sudaba, pero no había manera de que fuera a soltar su mano. Este momento, de todos, fue el favorito de mis historias románticas cobrando vida. Yo era uno de los personajes de las páginas experimentando el amor a primera vista y no había manera de que fuera a darle la espalda.
»Cuando me miró y dijo: "Todo el mundo, esta es...", yo pensé
"guau", mi Príncipe Azul es una Princesa. No sé si ella no terminó la frase porque no sabía mi nombre o si fue debido a la manera en que la miraba mientras ella me sonreía. Y no cualquier sonrisa, sin más bien el tipo que pone a tus rodillas débiles. La que te hace olvidar que eres un ser humano educado, y aunque tu mente te está vociferando que grites tu nombre, no puedes, porque no lo recuerdas. No puedes porque estás perdida en los ojos verdes de la chica que sostiene tu mano.
Mi mandíbula empieza a encerrarse, la señal inequívoca de que las lágrimas están en camino. Estos son recuerdos felices, pero tragados por lágrimas tristes. Acerco mi vaso a mis labios y bebo en un intento de protegerme de los arrebatos inminentes. El vaso está medio vacío cuando he terminado. No soy más ese tipo medio completo de chica. Respiro profundo y continúo.
—"¿Cuál es tu nombre, bebe?" Me llamó bebe desde el momento en que me conoció. Nunca había tenido un apodo antes que no fuera Mila, y no me importaba cómo me llamara mientras siguiera hablando. Por el brillo en sus ojos, sabía que podría llamarme como ella quisiera, y yo estaría de acuerdo con eso. También sabía, sin duda, que era suya.
»"Camila Cabello", le dije con orgullo y con una sonrisa. Ella nunca quitó sus ojos de mí para repetir mi nombre tampoco. Era como si estuviéramos destinadas a encontrarnos, incluso si eso significaba que ella me causara daño corporal.
»"Camila, me gusta ese nombre. Soy Lauren Jauregui. Estos son mis amigos". Se refirió a un grupo de chicos, todos cerca de la misma edad que Lauren. A pesar de que la mitad estaba sin camisa, sucios, con manchas de hierba y barro, solo pude concentrarme en ellos brevemente antes de volver la mirada hacia Lauren. Ella tenía a mis dieciséis-años-de-edad autohipnotizados solo llamándome bebe y en ese momento, eso fue suficiente para mí.
»Ella extendió su sudadera en el suelo y me ofreció un lugar para sentarme. Me pidió que me quedara y viera el partido porque quería hablar conmigo un poco más, pero necesitaba terminar el juego. Me senté allí con mis piernas hacia mi pecho, fascinada. No importaba, al menos no para mí, que se suponía que debía estar explorando. Estaba contenta, feliz.
»Vi mientras ella corrió por el campo de fútbol improvisado y anotó. Tenía un baile de touchdown que me hizo reír. Después de cada uno, corría hacia mí y guiñaba. No supe lo que estaba dejando entrar en ese día, pero aun así no lo cambiaría por nada.
»Cuando terminó el juego se sentó a mi lado, y tuvimos que esperar para que sus amigos se fueran, y todos menos uno se fueron. "Este es mi hermano, Chris." Había dos de ellos, cada uno tan lindo como el otro. Chris me dio la mano. "Lo siento, el gemelo idiota te golpeó en la cara." Antes de que pudiera responder, Lauren susurró: "Pero no el gemelo equivocado"
»Ahi note el parecido, era increible, mismos labios, nariz, cejas, ojos, aunque estos unos mas brillantes que otros, eran gemelos. Quería desesperadamente que Lauren caminase conmigo a casa, al igual que en las películas, pero sabía que ella no podía. Mi padre se enojaría, y tenía muchas ganas de ver a Lauren otra vez. Ella escribió su número en mi mano y me rogó que no lo borrara. No había manera de que fuera a hacerlo. Sostuve mi mano lejos de mi cuerpo, sin querer manchar su letra mientras corría a casa. Irrumpí a través de mi casa, corriendo por las escaleras hasta mi habitación para encontrar un pedazo de papel. Mi habitación estaba todavía en cajas, y mi mano empezó a sudar. Empecé a sentir pánico. Tenía tanto miedo de que fuera a perder su número. Desgarré dos o tres cajas, no recuerdo cuántas, hasta que encontré un pedazo de papel y apreté mi mano hacia abajo para transferir su número. Eso era algo que había pensado que era romántico.
Expongo en mi labio inferior, recordando ese día claramente. Mi corazón nunca había latido tan rápido antes. Una suave sonrisa se forma contra mi voluntad, mientras la imagen de un viejo pedazo de papel escondido en la esquina de mi tocador viene a la mente.
—La cosa graciosa, es que aún tengo ese papel escondido en el cajón de mi tocador.
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Nuevos capitulos, lamento decirles que ahora me veran mas seguido por aqui. Espero todo fuera de su agrado, les comento que ya tengo nuevo twitter, ya que el ultimo lo perdi, siganme y comenten mucho por favor, recomienden el fic, comenten en el y les dare mas capitulos.
El twitter es LoganArabianFF y pueden comentar el Fic con el Hashtag #TOFYFF
Las espero, Besos.
LOGAN.
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Thinking of you (CAMREN)
RomansaCamila Cabello ha crecido con las Fuerzas Armadas en su sangre. Pero cuando sucede lo inimaginable, y su futura esposa es asesinada en combate, Camila apenas puede sobrevivir, hasta que el hermano gemelo de Lauren, Chris, la ayuda a recoger los peda...