Shadamy "Un futuro Incierto." (3° temporada)

Capitulo 47: Shadow se entera de la verdad

Cream en su corrida hacia Shadow tropezó torpemente con una roca cayendo cómicamente contra el suelo. El erizo negro carmesí, testigo de lo sucedido, se aproximó a la conejita.

—¿Estás bien? —preguntó sorprendido.

—Si señor Shadow, no se preocupe —se levantó y sacudió su vestido.— tenía que decirle algo importante

—¿Sobre qué?.

—Amy

Shadow entre abrió los labios y fruncio el ceño.

—Ella está muerta niña.

Cream negó y golpeó levemente el pecho del erizo con su puño.

—Claro que no. Yo siento que está viva... Y lo está. Ella era una princesa Señor Shadow... Escapó de su casa para vengar la muerte de su madre

Shadow no pudo evitar sorprenderse.

—¿P-Princesa?...

—Así es. Su papá la maltrataba en todos los sentidos, no toleró que la encerrara para supuestamente "salvar su vida". Resistió mucho, pero llegó al punto culminante y huyó...

—Yo... No me lo imaginaba... ¿Como es eso de vengar a su madre?

—La reina Isabel murió gracias a esos malditos robots... El plan de Amy era conseguir todas las esmeraldas caos y revivirlos ¿Para qué? Destruirlos ella misma... De esa forma su venganza estaría perpetrada

—¡Amy es una loca! —vociferó un exaltado Shadow, sentándose sobre una piedra.— ¿Que pensó cuando revivió a esas pestes? —acarició sus sienes, intentando calmar el torbellino que azotaba contra su corazón— Dios... Amy...

El pequeño Silver no comprendía de que dialogaban su padre y esa conejita, sin embargo el nombre Amy resonó sobre su cabeza, haciéndole revelar una sonrisa.

—¡Mami!

Shadow y Cream se turbaron.

—¿Que dices hijo? —el erizo negro carmesí lo avistó aturdido.

—¡Haban de Mami!

—Silver —susurró una conmocionada Cream.— se dio cuenta que hablábamos de Amy

Shadow cogió al erizito entre sus manos.

—Eres muy inteligente campeón —lo elevó en el aire, riendo. Una carcajada que contagió a ambos espectadores.

“Es muy fuerte para fingir la felicidad que no debería sentir en estos momentos” pensó Cream, maravillada.

Jei se acomodó el lazo rojo sobre su cabello y sonrió al espejo. Sujetó un peine comenzando a cepillar su bisoñé con paciencia y pulcritud.

Boony caminaba desapercibida por el pasillo. Descubrió las acciones de Jei y un gesto de incredulidad se formó en su semblante.

—¿Crees que este es el mejor momento para lucir bonita?

La eriza morada desvió la mirada a Boony y bufó.

—Lo sé, pero querer lucir bien no es un pecado ¿O si?

—¡Ya te pareces a Rouge! ¡Estamos en medio de un posible apocalipsis y tú tratando de parecer como cenicienta!.

Jei cruzó las cejas con desden.

—¡Solo me peinaba el cabello!.

—¡Te maquillaste, cambiaste de ropa y... ! —la eriza morada le interrumpió.

—¡Bien, ya entendí! —depositó la peineta sobre el mostrador y encaminó hacia la puerta, pasando por el costado de Boony.— uno de los retos más difíciles de la vida, es ser uno mismo en un mundo lleno de apariencias... —musitó.

Boony bajó la cabeza con el ceño fruncido.

Mephiles iba de aquí para allá, pensativo.

—¿Que tanto piensas Mephiles? —interpeló la eriza rosada, sentada sobre una mesa con las piernas cruzadas.

—Algo que no te intereza Amy Rose... —se sorprendió y ojeó rápidamente.— tengo una duda sobre ti

—Adelante —sonrió.

—¿Cuantos años tienes?

Amy realizó un ademán confuso y levantó la mirada al techo.

—Diecinueve.

—Eres demasiado joven —rodó los ojos.— ¿Has pensado alguna vez en ser madre?

—¿Bromeas? Quiero vivir mi juventud, no hacerme cargo de un mocoso... —hizo pausa.— Pero si llegara a tener un hijo... Creo que lo llamaría Silver —soltó una risilla tierna.

—No me digas —puso los ocelos en blanco. Se acercó por detrás a ella y agarró su muñeca.— eres demasiado joven y atractiva...

Amy fruncio el entrecejo.

—Por cierto Mephiles ¿No tendrás ropa... más madura?

El mencionado arqueó una ceja.

—¿Porqué?.

—Este vestido me resulta incomodo e inmaduro, ya me entiendes

—Claro —señaló una habitación.— escoge alguna prenda de María que te guste

Amy asintió y caminó hacia el aposento señalado.

Al cabo de unos minutos volvió a hacerse presente. Mephiles quedó boquiabierto al verla.

La eriza ahora llevaba un top de color rosa fiusha con dos botones amarillos, vendas alrededor de su cintura de color blanco, anillos en sus muñecas y unas cintas púrpuras en cada una de ellas, así como medias púrpuras. También usaba zapatos nuevos de color rosa apagado y rosa claro, con dos taches dorados en cada uno.

—Mi cabello ha crecido un poco en este tiempo —sonriente acarició este, que ahora envés de estar arriba de sus hombros lo tenía por debajo de estos.

—No te ves nada mal —susurró el erizo gris.

Nada mal.