Erundur observaba su reino desde la ventana de su habitación. La estancia estaba oscura y solo la luz de la luna alumbraba débilmente la sala.
Alguien entró sin llamar a la puerta. Sigiloso como un gato se acercó al gobernador y levantó la mano para tocarle el hombro,
- Que sorpresa encontarte aquí a estas horas de la noche, Nimie. - sonrió Erundur.
- ¿Sorpresa? ¿A qué se debe? - dijo la muchacha.
- Sueles venir más temprano, cuándo amanece. - el rey suspiró y se dio la vuelta, mirando a la chica.
Era una joven elfa, con el cabello rubio y liso, hasta la cintura, los ojos de color ámbar y grandes, miraban atentamente al elfo. Aparentaba unos 15 o 16 años. Vestía una túnica larga, hasta el suelo. En su cabeza llevaba una corona de plata. En la espalda portaba un carcaj de piel y cuero, dentro había flechas y un arco.
- ¿Seguimos sin noticias? - preguntó el elfo.
- Desgraciadamente, sí. No han llegado noticias todavía. - respondió tristemente la chica.
El gobernador suspiró y volvió a observar el gran poblado que se extendía ante sus ojos. Egamor.
Nimie se disponía a salir por la puerta cuando Erundur la llamó:
- Te veo al amanecer, convoca al consejo. Hay que detenerle. Ya.
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El cuarto lobo.
FantasiUna joven elfa intenta salvar a su pueblo, y para eso pone en peligro su propia vida...