[7] Herido y roto.

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CAÍTULO SIETE
"Herido y roto"

Eran apenas las siete de la tarde. La resaca había desaparecido a estas alturas del día, gracias a Dios, papá ni siquiera notó que anoche me había embriagado hasta las tripas. Steph había llegado hacía tan solo unos minutos, era la primera vez que visitaba la casa de los Maxwell. Jack la atendió perfectamente, atento y simpático. Ese pequeño detalle me hizo sentir más a gusto y más cómoda aquí. En serio vivir en esta casa se estaba volviendo mi pesadilla. Pero agradecía que haya tratado bien a mi mejor y única amiga.

Papá estaba trabajando y, como siempre, Jason no estaba y no sabía dónde. Esta mañana se había negado a contármelo. Realmente la intriga acabará conmigo, porque estuve pensando todo el día en dónde podría estar. Entré en confusión conmigo misma; él no debería por qué importarme, sin embargo, me dolía su leve agresividad, su carácter tan distante conmigo. ¿Qué le había hecho yo?

Poco a poco fui recordando los sucesos de ayer. Si bien eran pequeños flashbacks, podía deducir que el relato que me ofreció Jason contaba con toda la verdad, lo que me hizo confiar en él... Sólo un poco. Sentí vergüenza de haberme puesto ebria -yo nunca hacía esto-, pero más que nada me preocupé por Stephanie, por eso no dudé en llamarla, y sobre todo con Sam. Lo había llamado tres veces pero nunca contestó. Él hacía eso cada vez que se enojaba conmigo.

Una parte de mí se preocupaba, pero otra quería gritar un ''vete a la mierda, Samuel''. Dolía, pero también me sentía mucho mejor sabiendo que Sam estaba lejos. Además, él no tenía razones para molestarse conmigo.

-Ahora sí, cuéntame, ¿qué pasó con Craig? -le pregunté a Stephanie, ambas sentadas como indio en mi cama. Mi habitación era un desorden pero mi mejor amiga era exactamente eso, mi mejor amiga, y no me daba ni una pizca de vergüenza con ella.

Stephanie me miró y sonrió de forma pícara. Volví a hablar

-Te vi besándolo. Estaba terriblemente borracha, pero todavía tengo esa imagen, Steph.

-Bueno... sí, nos besamos. Pero luego fuimos a su habitación, y... y... -se detuvo. Oh mi Dios, realmente procuraba que Steph no haya tenido relaciones sexuales con un tipo como Craig. Abrí los ojos como platos. Una parte de mí quería ponerse contenta, Steph era virgen como yo y ambas sabíamos que cosas como éstas eran demasiado importantes-. ¡Violet! No me mires así, todavía no he dicho nada, tarada. No deduzcas con anticipación.

Ella volvió a sonreír y se acomodó.

-Subimos a su habitación. Él estaba demasiado borracho, Dios. Me di cuenta que no valía la pena, que él tenía novia y yo... yo no pienso ser la segunda opción de alguien otra vez más. Mucho menos de Craig. Entonces, lo frené y él lo entendió. Y luego me fui a mi casa, no te encontré.

Después de un silencio, Stephanie agregó:

-Me gusta Craig de verdad, ya sabes, pero está con la zorra de Sasha.

-Bueno, me parece bien que lo hayas frenado... Pero yo sí la pasé realmente mal. Estaba ebria, triste, llorando y sola. Y tú estabas con Craig.

-Lo lamento, Violet. No estaba enterada -asentí y después de unos minutos sin hablar, mi mejor amiga murmuró:-. Oye, Vi, Samuel es un estúpido. ¿Qué estás esperando para cortarle?

Suspiré.

Era cierto. ¿Qué esperaba para cortarle?

-La verdad... no sé, es difícil, Steph. Tú me entiendes -ella puso los ojos en blanco. No, no lo hacía realmente porque ella tenía razón, yo sólo ponía excusas-. De todas formas, no quiero hablar de ello.

Propositum©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora