Capítulo tres

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Narra Mora:

Se podía escuchar el ruido de un auto viniendo a alta velocidad.
Pensando que estaba lejos comencé a cruzar la calle, cuando de repente un auto dobla en la esquina y pasa por delante mío casi sin verme.

Solo llegó a rozarme, pero ese roce fue lo suficiente fuerte para causar mi caída en la calle y darme un susto demasiado grande.

Con una mezcla de miedo y enojo le grito:

- ¡Que haces idiota!

Aunque seguramente no me escucho porque el auto siguió de largo por la misma velocidad a la que venía.

Todavía no me podía parar, estaba bien pero un poco shockeada pensando que podría haber pasado.
Cuando me doy la vuelta para ver si reconocía a esa persona, veo que con su auto estaba haciendo marcha atrás para volver al lugar donde yo estaba tirada.

N: Estás bien?!

Esa fue su primer pregunta, lo noté más asustado que yo pero eso no frenó mi enojo.

M: Sos un inconsciente de mierda, no te das cuenta de lo que podrías haber echo?! -Le grité

N: Perdón perdón ¿Llamo a una ambulancia? ¿Te llevo a un hospital? ¿Te duele algo?

Él estaba muy desconcertado, no paraba de pedirme disculpas ni de hacerme preguntas.
A todo esto, se acercó para ayudarme.

M: Ni se te ocurra, yo puedo sola.
- Dije frenandolo y echándome para atrás.
Estoy bien y espero no volver a cruzar a un loco como vos.

Me fui apurada, no quería que me ayude y mucho menos que me hable.

Narra Nacho:

Hoy me desperté bastante mal, en realidad, me despertó una llamada de mi hermano diciéndome que mi mamá se había descompensado y estaba en el hospital.
Salté de la cama, me puse lo primero que encontré y salí desesperado para verla.

Lo único que faltaba, antes de llegar casi me llevo por delante a una persona con el auto, reconozco que iba muy apurado y nervioso por saber que le había pasado a mi mamá y como estaba.
Lo peor fue que la chica a la que estuve a punto de atropellar se fue sin decirme si le dolía algo, ni siquiera me dejo llevarla al hospital.

Sé que lo que pasó es mucho más importante que lo que voy a decir, pero... Era una chica muy linda y ni siquiera supe su nombre.
Se fue muy rápido, la intenté frenar pero sinceramente no me quería ni mirar a la cara.

Así comenzaban mis vacaciones, nada bien...

El momento menos pensadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora