Capitulo 8

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Miércoles por la mañana, aun seguía recostada en mi cama, tenia los auriculares puestos y mientras escuchaba one more night de Maroon 5, miraba por la ventana, no percibía ningún movimiento en su habitación, por lo que supuse que aun estaría durmiendo. Así que me recuesto en el borde de la ventana y cierro los ojos

-aquí tienes-. Me entregan un vaso lleno de helado.

-gracias-. Contesto alegre

Mi corazón palpita rápidamente y una sonrisa tonta se genera en mi rostro. Es extraño, puedo sentir todo lo que me pasa en estos momentos, pero me veo ahí, sentada al lado de un chico que no reconozco, su rostro se ve borroso. Es como si fuera yo, pero a la vez no.

De seguro es un sueño. Me tranquilizo. Ya pasará.

Por un buen rato ninguno de los dos dice algo, y yo sigo con esa estúpida sonrisa. Muero de ansias por saber quién es el misterioso a mi lado, pero por más que enfoco la vista, no logro verlo.

-me gusta estar contigo-. Dice el mirándome.

-a mi también.

Veo que sonríe y acaricia mi mejilla. Va a besarme, ¡va a besarme! Chilló.

Doy un salto. Solo era un sueño, solo un sueño. Pero... ¿Quién era ese chico? ¿Lo conozco de algún lado? Se me hacia familia.

Me levantó y me pongo mis pantuflas. Mi estomago ruge por algo de comida. Miro mi celular rápidamente. Las 9:00 de la mañana. Vaya antes de quedarme dormida eran recién las ocho.

Bajo las escaleras y escucho voces en la cocina. Mis padres ríen divertidos y automáticamente sonrío. ¿Qué les hará tanta gracia?

Cuando entro en la cocina, me percato de lo que sucede. Ruggero está sentado en frente de ellos. En cuanto mi hermano me ve, me saluda con su mano, todos se callan y voltean a verme. Mis ojos se encuentran con los de él, sonríe mirándome de arriba abajo. Mis mejillas comienzan a arden velozmente. ¡Demonios! Porque no me cambie el pijama.

-hola hija ¿Cómo estás? ¿Tienes hambre?

-sí...

-no te preocupes, yo le preparo el desayuno-. Interrumpe mi abuela dedicándome una sonrisa de bienvenida.

-gracias-. Mascullo avergonzada.

-ruggero vino a verte-. Suelta marco.

Ruggero le mira y luego, sonriendo, vuelve su vista a mí.

-sí, pero creo que aun no estás lista ¿no?-. A punta con su cabeza a mi pijama.

Entrecierro los ojos fulminándolo con la mirada. A veces es muy molesto.

-iré a cambiarme-. Dijo alejándome de ellos.

-¡apresúrate tu desayuno ya está casi listo!-. Grita mi abuela.

Entro en mi habitación y me dirijo al armario. Examino con la mirada mi ropa, visualizando en mi mente como me queda cada una de ellas y combinándolas.

Alguien toca débilmente la puerta.

-¿puedo pasar?

Ruggero.

-eh...si

Abre la puerta lentamente y asoma su cabeza, cuando me ve, sonríe y entra por completo.

-ya te dije que me encanta tu pijama de corazones-. Sonríe orgulloso

-solo dejálo si-. Se ríe y camina hasta mi cama.

-vaya, desde aquí tienes una vista privilegiada de mi cuarto. Genial-. Me acerco y me siento a su lado.

-pues no es tan genial para mí.

-¡oh! Vamos, te encanta, así puedes verme más seguido.

-y a eso se le puede llamar privilegio. Ja, no lo creo-. Sonríe divertido apoyando una mano en mi cama.

-pues para mí lo es-. Se acerca más a mí-. Puedo verte siempre que quiera-. Suelta riendo.

Le pego en el hombro uniéndome a su risa.- ¡deja de decir eso!

-¿Qué? No es lo que tú piensas, vaya...no sabía que tenias una mente tan...

-¡dejáme en paz! Tengo que cambiarme.

-bien, bien, no te molesto más...me voy porque tus padres pueden empezar a sospechar que no estoy en el baño-. Sonríe y desaparece del cuarto.

Yo también sonrío, en cierto punto me alegra haberle conocido, lo más probable es que estaría aburrida en parís sin él.

(. . .)

-¿y a donde vamos?

-si te soy sincero, no tengo idea.

-pero...les dijiste a mis padres que...

-sí, ya se...es que...-.se pasó la mano por el cabello, alborotándoselo todo-. No encontraba otra escusa para que salieras de casa.

-¿y por que querías que saliera?

-puedes dejar de hacer tantas preguntas-. Bufó metiéndose las manos al bolsillo de su chaqueta-. Tenía pensado que me acompañaras junto con los chicos...pero no vendrán dentro de un rato.

Asentí y camine hasta una banca cerca del parque, que estaba enfrente del mar.

Me quede en silencio mirando hacia el horizonte. Esto estaba empezando a ser muy raro, moví las manos nerviosamente en mi regazo. 

-mechi-. Susurró cerca de mi rostro, rozándome el brazo.

Bueno, ya se, se me esta haciendo costumbre el no subir capitulo, pero son mis vacaciones y tengo que salir para todos lados, y ya saben lo molesto que se ponen los padres, cuando uno pasa mucho rato con el celular o lo que sea, y  ademas no tengo ganas de hacer nada por lo que me cuesta mucho subir, espero que no se enojen, cada uno tiene sus razones, besos y cuidense.

pd: no se olviden de votar y comentar.

pd2: se dieron cuenta que seguí una novela que haces meeeeses que no actualizaba, jajaja, bueno es un gran logro para mi en este año, besos.

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