Capitulo 3

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Exactamente a las ocho en punto llamaron a la puerta, estaba en mi cuarto repasando mentalmente lo que llevaba en mi cartera, creo que tenía todo lo necesario, cuando escuche las risas de mis padres y la voz de ruggero. Me quede inmóvil y respire profundamente. Nunca se me dio esto de las fiestas y de hacer nuevos amigos, soy muy tímida y nunca se que decir.

Baje las escaleras tomándome todo el tiempo del mundo, de alguna forma quería evitar la salida, al llegar abajo los ojos de ruggero encontraron los míos, su sonrisa se desvaneció al instante y yo me paralice. ¿Estará enojado conmigo? Porque habría de estarlo, no le hice nada, o eso creo.

Mis padres se voltearon y me sonrieron, me dieron algunas advertencias y luego se despidieron de mí. En cuanto me encontré en la calle, sola con ruggero, el pánico me invadió, quería dar vuelta y correr hasta mi habitación. Ruggero caminaba unos pasos delante de mí, se detuvo frente a un auto y abrió la puerta del copiloto.

-adelante, mademoiselle-. Sonrió mostrando sus perfectas hileras de dientes.

-gracias-. Dije con un hilo de voz cerrando la puerta.

Ruggero no tardo en alcanzarme y se monto frente al volante.

-¿estás bien?

-sí.- dije intentando de que mi voz sonora lo más normal posible-. Eh...así que sabes conducir ¿Cuántos años tienes?

-diecinueve, pero pronto cumpliré los veinte, ¿tú?-. Prendió el motor del auto y arranco.

-dieciocho, bueno voy a cumplirlos dentro de unos días-. Comente

-¿de verdad?-. Asentí-. Entonces pasaras tu cumpleaños en parís, emocionante ¿no?

Sonreí y pensé en mis amigos, en estos momentos deberían de estar llegando al lago. Una ola de tristeza se apodero de mi, como me gustaría estar con ellos, eran nuestras primeras vacaciones juntos, sin padres, y también nuestras últimas vacaciones como compañeros, próximo año estaremos demasiado enfocados en nuestros estudios, carreras y universidades, no creo que tengamos tiempo para unas vacaciones así.

-¿segura que estás bien?-. Ruggero me saco de mi ensimismamiento trayéndome a la realidad.

-si segura-. No le iba a contar que era lo que me pasaba, apenas lo conocí hoy.

Después de unos minutos en la carretera, estaciono el auto frente al mar, desde aquí podía oír el bullicio que provenía, supongo, de la fiesta. Camine unos centímetros detrás de ruggero, de algún modo, quería esconderme en su sombra, para que nadie me pudiera ver.

-¡ruggero!- grito un chico que venía corriendo hacia nosotros-. ¿Comment ça va ami?

Ah, claro, se me había olvidado de que aquí hablaban francés. Pero que tonta, ahora sí que quiero salir corriendo de este lugar, como voy a poder hablar con ellos si ni siquiera se francés. A todo esto ¿Cómo es que ruggero habla español? Que yo recuerde, es italiano, pero vive en francia.

- bien et toi-. Sonrió dándole unas palmadas a su amigo.

- de merveille... Je vois que vous avez apporté un ami-. Ambos voltearon a verme ¡¿Qué dijeron?! Me limite a sonreírles.

- Si elle est appelée Mercedes-. Le dijo al chico que seguía mirándome-. Il vient d'Argentine, et ne parle pas français.

El chico sonrió aun más y se acerco unos pasos a mí.

-así que no hablas francés, eh.- dijo con los brazos cruzados sobre el pecho y con un español perfecto, aunque aun así tenía ese acento tan peculiar de los franceses, como mis abuelos.

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