Sentí que me sacudían fuerte, trate de abrir mis ojos pero fue imposible, la luz que me cegaba cuando trate de abrirlos era molesta, ahora me llamaban, luche por despertar pero un peso terrible se encontraba empujando mi cuerpo. Abrí los ojos de golpe y vi como la luz me cegaba, ahora no podía respirar, vi una figura buscando algo, mi madre, o por Dios, me encontraba teniendo un ataque, hacía años que no tenía uno. Algo se posicionaba en mi boca, mi inhalador, sentí la medicina llenar mi cuerpo y mis pulmones comenzaron a funcionar otra vez, ahora veía todo con claridad, sentí como si hubiese vuelto a la vida luego de años estando muerto.
-Hijo, al fin despiertas, estaba tan preocupada.- dijo mamá abrazándome.
-Mamá ¿De qué hablas?- pregunté anonadado.
-Estuviste durmiendo durante días, pensé que ya habías caído en coma, si no te hubieses levantado te juro que había llevado a urgencias de inmediato.- dijo está un poco exaltada, chequeando mi estado.
-¿Cuantos días he estado coma-durmiendo?- corregí rápidamente sin que ella lo tomara en cuenta.
-Cinco días contando este.- dijo, un poco más calmada.-Pero vamos, levántate corazón, tienes clases hoy.
Luego asearme y vestirme baje a la cocina para tomar mi desayuno, vi a mi madre leyendo una de sus revistas y me senté en la isla para comer, hasta que termine mi desayuno mi madre no había parado de hablarme sobre si me quería quedar en casa, pero preferí ir a la escuela, necesitaba distraerme de algún modo. Me paré y tomé las llaves, salí por la gran puerta y me dispuse a caminar hacia mi destino. Me puse mis auriculares y sentí una fresca brisa sobre mi cara, arregle un poco mi cabello y seguí caminando.
Cuando ya faltaban unas dos cuadras para llegar al colegio, mire mi reloj para ver si llegaba tarde ya que siempre acostumbraba a llegar tarde, pero me sorprendí al ver que faltaban 40 minutos. Me dispuse a caminar un poco más despacio ya que tenía tiempo de sobra para llegar, sentí que me agarraron el hombro y miré hacia atrás, nada, seguí con la caminata y cuando ya iba a cruzar la pequeña calle que siempre está sola, no di el tiempo de ver si venía algún vehículo, pero cuando ya iba por la mitad de esta escuche como ese carro frenó tan rápido, quedando unos centímetros de mis piernas, ahora me encontraba un tanto traumado por este suceso, me quite los auriculares y pude escuchar una voz susurrándome en el oído.
"Que difícil eres, pero ya llegará el día, y te prometo que morirás pronto"
Al escuchar esa voz tan conocida se me erizo la piel y salí corriendo hacia la escuela. Al llegar me senté debajo de un árbol, ya sólo quedaban 10 minutos para la entrada y ya no me sentía muy bien, estaba ansioso, nervioso y un tanto molesto. Quería saber la razón por la cual Chandler quiere que muera, Chandler no es real, no siento ni creo que sea real, es toda mi imaginación, tal vez si estoy loco y esa fue la razón por la cual mi padre nos ha dejado.
Ya estamos en la última hora y por tanto tocaba la clase más aburrida, tenía sueño y no es nada raro, miraba a todos mis compañeros bostezar y recargarse en sus sillas, yo mientras tanto me dispuse a ver por la ventana, se veía todo tan pacífico y tranquilo, pero lo luego comencé a escuchar algo, era extraño, decía la misma cosa una y otra vez, esa voz no paraba de decir lo mismo. Me dolía la cabeza, ahora la voz gritaba y hablaba más rápido, cubro mis oídos con mis manos, pero la voz se vuelve más fuerte.
-¡CÁLLATE! Ya déjame. - grite y le di un golpe a la silla. La voz aún seguía y vi como todos mis compañeros e incluso el profesor me miraba con miedo.
Salí corriendo con todas mis fuerzas al baño, me encerré en un cubículo y me senté en el suelo y lloré por la frustración, lloré por enojo, lloré por el miedo y lloré hasta que sin darme cuenta me dormí.
Sentí un gran dolor y abrí mis ojos, mire hacia arriba y vi a un hombre, el conserje, me di cuenta de que me había dormido en el suelo y aún estaba en la escuela. Me paré y vi la hora, ya eran pasadas las siete, salí corriendo sin darle explicación alguna al conserje. Cuando me encontré en la calle sentí un gran frío, saque un abrigo que traía en mi bulto y me puse a caminar a mi casa.
Todo el camino a casa tuve el presentimiento de que alguien me seguía, siempre volteaba pero nunca vi a nadie. Al llegar, cerré la puerta fuerte y caminé hasta la cocina, vi a mi madre preparar la cena y me senté en una de las sillas del comedor.
-Hola mamá. - dije un poco seco.
-Víctor, te he dicho que si llegarás tarde me avises, pero nunca me haces caso. En fin ¿Cómo estuvo tu día? - me regaño, pero luego sentí su voz más amorosa que de casualidad.
-Estresante.- dije mirando como ponía el plato a mi frente para luego sentarse.
-A ver, cuéntame sobre eso. - me miró con una sonrisa.
-Pues me he quedado dormido en el baño de la escuela. - dije sin interés alguno.
-Como rayos Víctor, te he dicho que te quedaras. - me dijo mi madre preocupada ante la confesión.
-No es nada mamá, solo me sentía un poco cansado, eso es todo.- dije levantándome y llevando mi plato al fregadero. -Aún sigo cansado, me iré a dormir. - enseguida dije esto fui escaleras arriba y me encerré en mi habitación. Entré a mi baño y me quité toda la ropa que traía, me vi en el espejo y miré unas grandes ojeras que tenía, estaba más flaco de la cuenta y mi cabello era un desastre, abrí el grifo de la bañera y deje que el agua calentara. Ya en la bañera tome mi unos, recordé que había roto mi celular, gran error, me puse los auriculares y me recosté sintiendo el agua limpiar mi cuerpo.
Dure cerca de cuarenta minutos en la bañera, el tiempo ha pasado bastante rápido, tome mi toalla y sequé mi cuerpo, y entre de nuevo a mi habitación, fui directo a mi guarda ropas, tome un mi pijama y me puse un abrigo. Ya cansado fui directo a mi cama y me acosté en ella, tome un rato para pensar todo lo extraño que me ha pasado estos últimos días, no me gustaba, aunque fuera un chico diferente esta situación no me gustaba para nada, y si pensé en hacerle caso a aquella voz que me decía que me quería muerto, luego de este pensamiento cerré mis ojos y me dormí.
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Mad Hatter.
Cerita Pendek¨Piensas que soy psicópata y que estoy loco, que ando fuera de mis cabales y que no sé lo que hago. Pero en el fondo sabes que los que estamos locos somos mejores personas. ¨