capitulo 10: "Endemoniada mente bien"

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Capítulo 10:
Después de una ducha bastante entretenida con una acompañante de cabellos negros, lisos y mojados que le llegaban un poco más arriba de la cintura estuvo en la obligación de dejarla sola en la habitación en unos momentos más pese a que se negaba a hacerlo.

- ¿Qué haces? -dijo ella cuando él con una toalla blanca comenzó a secar su cuerpo con delicadeza. Partió por su bello rostro que se encontraba con pequeñas gotas, bajó por su cuello y sonrió al seguir su camino hacia abajo. Pasó por sus pechos que secó con mucha suavidad mirando el rostro sonrojado de Pan.

- Secándote. -respondió después de un par de minutos.

- Pero... -él la calló.

- Déjame hacerlo... -plantó un suave beso en sus labios haciéndola sonreír. -déjame mimarte y quererte. -susurró. Pan no pudo evitar sonreír y sonrojarse una vez más con cada palabra, con cada beso y cada caricia que éste hombre le brindaba. Era como estar soñando, estar aquí en este hotel era de ensueño. Jamás había vivido algo así, pese a tener un solo amante antes de Trunks, nunca sintió lo que ahora sentía, era algo indescriptible y fenomenal, pero a la vez le asustaba por el siempre hecho de jamás haber sentido aquello, un amor que estaba más allá del entendimiento.

Trunks siguió bajando de sus pechos a su estómago pasando por el exterior de sus muslos y luego los interiores, pero sin ningún signo de excitación sino más bien de admiración ante la bella y delicada mujer frente a él. Siguió su camino por ambas piernas hasta llegar a sus pies en donde le pidió que levantara una seguida de la otra para secarlas. -date la vuelta. -pidió suavemente. Ella le obedeció sin decir una sola palabra y ahí sintió como él secaba con suaves movimientos circulares su espalda con aquella toalla hasta llegar a su trasero. -listo. -dijo con una sonrisa volteándola nuevamente. Miró sus dulces ojos negros y le sonrió con dulzura. Había algo inexplicable en ella, era tan fuerte y a veces ruda como una mujer sayajin, pero quizás era su edad o tal vez su aun inocencia en comparación a él lo que hacía quererla y hasta adorarla como una niña desprotegida. Tenía siempre la necesidad de protegerla y otorgarle todo lo que ella quisiera y era bastante raro proveniente de él, pues con sus anteriores mujeres se comportaba como un típico hombre en una relación adulta, no tanto mimos ni tanta palabrería de amor, pero con ella todo era simplemente diferente. Sabía que en parte esta rareza suya provenía de la diferencia de edad, era muy conciente de ello, 13 años menor no es poco, siempre trataba de tratarla con el mayor respeto posible pues ella a veces era inconciente de lo atractiva y sexy que podía ser. Él era un hombre hecho y derecho con necesidades propias de un ser humano y en especial de un sayajin. Pero Pan en parte aun no lo sabía, sólo había tenido un solo amante en su vida y era un simple humano, uno común y corriente, por eso siempre trataba de llevar las cosas con más calma de la que él quería. Como le había dicho hace unas horas atrás, ella era aun joven y tenían todo el tiempo para ir adquiriendo mayor experiencia, sobretodo si él era su compañero practicante.

- ¿Qué es tan gracioso? -preguntó cuando vio su sonrisa mientras sus ojos sostenían aquella mirada.

- No, nada. -sonrió más ampliamente. -es sólo que estoy... bien, he despertado de un humor increíble.

- Si no fuera por esa llamada... -murmuró.

- Lo sé y lo siento. -acarició su mejilla. -sólo me tomara una media hora. -aseguró.

- Esta bien. -dijo de mala gana. -vístete que se te hace tarde. -miró su cuerpo casi desnudo frente a ella si no fuera por aquella toalla negra que estaba sujeta a su cadera.

Trunks asintió y fue en busca de su ropa en aquel gran closet en donde empleados el día anterior había desempacado sus vestimentas junto a las de Pan. Se vistió con rapidez mientras Pan fue hasta la sala principal a ver un poco de televisión vestida solo con la bata blanca. Él una vez listo vestido en forma casual fue donde Pan. -vuelvo dentro de poco. -le aviso, se acercó a ella y le dio un corto beso en la frente. Ella le sonrió en respuesta. -iremos a almorzar así que vístete. -dijo casi en tono paternal antes de la salir de la suite.

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