Sexto.

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El viento chocaba fuerte contra las gafas de vuelo y mi sonrisa no podía ser más grande.

 

Arthur gritaba, pero no como niña o algo parecido, es como cuando tu equipo de fútbol preferido gana la copa. Al final superó sus miedos.



Justin en cambio, seguía sosteniendo mi mano y sonreía leve, esto ya no era nuevo para él.

 

Justin hace una seña con sus manos, nos señala el paracaídas y tanto Arthur como yo entendemos.

 
 

¡Cuidado abajo!

 

Todos empezaron a desplegar sus paracaídas, era una vista hermosa y en este momento no podía pedir nada más.


El aterrizaje de algunos compañeros fue gracioso, algunos comieron tierra y otros, como yo, terminaron con el trasero adolorido y todo el paracaídas sobre mí.

 

Todos empezaron a pasarse las manos y a reír, era un momento de felicidad extrema y se podía notar a mil kilómetros.
  

Yo miré a Justin, estaba grandioso con su pelo despeinado y se sacudió las manos. Lo que el no sabía era que aún quedaba tierra en sus manos así que al pasarlas por su frente se manchó. Yo reí.
 

 

Caminé hacia él cuando ya me quite el arnés y todos los demás artefactos. El me vio venir extrañado.

 

"Zea, ¿Estas bien, que neces.." Fue abruptamente interrumpido por mi mano en su frente. Había estirado mi manga un poco, y ahí estaba, limpiandole la frente.

 

Cuando me dí cuenta de lo que había hecho me sonroje.

 

"Es que tenías un poco de tierra y yo pensé..." Dije apagandome y el rió, por lo cual era un tomate andante.


Me miro a los ojos sin ninguna expresión.

 
 

"Gracias, pero sólo debiste decirme." Y se alejó. Asentí.

 

Luego de ese rechazo que astilló mi corazón, él nos llamó a todos en fila. Estaba muy serio y era raro en él, el poco tiempo que habíamos estado aquí se había mostrado amable y siempre sonriente. Al contrario de ahora, todo tenso y con el ceño fruncido. Era realmente raro ya que hace unos minutos estábamos saltando de un avión super felices. Loco ¿No?

 

"El informe, Sub-oficial." Se escuchó atras de nosotros, que estábamos bien formados en filas.

 

Bueno... ahora tenía sentido.

 

El teniente Woods se acercaba a paso lento con la mirada oculta en la visera del sombrero militar que llevaba. Así como el primer día en que lo vimos, sus botas pisaban fuerte y la arenisca se levantaba a su alrededor.

 

Justin haciendo el saludo con las manos, nos lanzó una mirada un poco enojada, y como ya nos había platicado sobre esto, todos lo copiamos.

As a soldier © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora