Besos

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Bastante incómodos fueron esos quince minutos en los que Wanda, Pietro y Cassie intercambiaban miradas sin saber que decir o hacer, sólo observándose. Desde que Scott había partido con el moreno a su misión, la torre se había ido despidiendo de sus habitantes uno a uno, siendo los gemelos y la niña los únicos presentes, a excepción de Tony y Steve, quiénes desde hace un rato habían dejado de gritarse en el taller...

Al mayor de los Maximoff le dieron escalofríos de tan sólo imaginarse que estaban haciendo los líderes del equipo, así que para librarse de cualquier pensamiento pecaminoso y evitando así las altas probabilidades de un posible trauma, sacudió la cabeza de un lado a otro y se puso de pie. Ambas chicas le miraron interrogantes ya que sus movimientos rayaban en lo errático, delatando su nerviosismo, la alterada decidió echar un vistazo a la mente de su hermano y cuando supo el porqué de su extraño comportamiento le arrojó el cojín de uno de los tantos sofás de la lujosa sala en la cara. El platinado gruñó por tan repentina agresión pero luego sus labios dibujaron una sonrisa al ver que aquello había hecho reír a la pequeña.

Fue entonces que entre los tres replantearon su situación, estaban en la base de los héroes más poderosos de la Tierra, solos, bueno casi, con la libertad de hacer lo que quisieran siempre y cuando no fuera peligroso cómo para que F.R.I.D.A.Y. los acusara con el Capitán.

Luego de meditarlo un rato decidieron hacer un maratón de películas y un mini torneo de videojuegos entre ellos, Cassie había resultado una niña con gustos fuera de lo normal, algo rudos y extraños para cualquier pequeña de su edad, con lo que Pietro estaba encantado, le recordaba mucho a su hermana durante su infancia, salvo que Wanda era más reservada y abrumadoramente tímida.

Quicksilver tenía la idea de que el poder convivir con la menor les regresaría por muy pequeñas que fuesen, las sensaciones que debido a ciertas manías del destino se les negaron, tenían un fin de semana para olvidar que eran vengadores, para dejar todas las preocupaciones y heridas del pasado a un lado y divertirse. Sonreír de la manera más pura que existe, cómo niños.

Fue así cómo luego de organizar su infantil e improvisado itinerario, el mocoso veloz fue al supermercado en busca de chucherías para pasar el rato, para cenar ordenarían algo o incluso saldrían, algo se les ocurriría, ahora lo importante era tener algo para picar mientras jugaban.

Cuando el alterado llegó al lugar arrasó los pasillos de frituras y caramelos, no se molestaba en cuanto pagaría, había sido lo suficientemente rápido y astuto cómo para tomar una de las tantas tarjetas de crédito de Tony; cuando subió discutiendo nuevamente con Steve por algo de café, estaban tan sumidos en aquella disputa sin sentido que no hicieron falta los poderes de Wanda para crear una distracción, así que sin seguir el plan, Pietro se arriesgó y ganó. Entre los tres culpables le suplicaron a F.R.I.D.A.Y. que no alertara al millonario sobre su pequeño robo, al final de cuentas no es como si fueran a gastarse miles de dólares... ¿O sí?

Tras diez forzosos minutos de espera en la fila, los ojos celestes del alterado pasaron de la linda cajera al ostentoso aparador de revistas que tenía a un lado, observó cada revista con detalle encontrando uno que otro libro de historietas que llamó su atención, más sin embargo ninguno logró atraparlo tanto como las letras neón de la revista para chicas, de esas que hace unos cuantos años vio comprar a su hermana, no es que a él le gustaran esas cosas, pero hubo un tiempo, una semana para ser exactos, en el que Wanda quiso adaptarse a lo que comúnmente les gustaba a las chicas a esa edad. Fracasó totalmente pero que no se diga que no hizo el intento.

En fin, sin pensarlo dos veces e ignorando al escultural modelo que posaba en la portada la depositó sin mucha delicadeza en el carrito y avanzó por fin para que le cobrasen. Soltó un suspiro aliviado cuando vio la cantidad que marcaba el ticket, había gastado menos de cincuenta dólares, así que Stark ni siquiera lo notaría. Luego de un último chequeo al papel, notó un número mucho más largo y a pluma, rodeado por unos cuantos corazones junto al nombre de la chica en cursivas. Crystalia Amaquelin*. Ésta le sonrió con coquetería cuando enfocó su mirada nuevamente en ella, le correspondió la sonrisa de igual forma por cortesía y porque tenía una reputación que mantener. Nadie podía enterarse de que le empezaba a gustar tirar para el otro lado, seguía siendo heterosexual, bueno casi, además era una muchacha bonita, encajaba en su tipo. Tal vez haría una excepción y le llamaría.

MARVEL ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora