Capítulo 25: '¿final?'

120 10 0
                                    


Hace algunos años, en la adolescencia de ambos.

Robi estaba sentada bajo un árbol, en medio del parque cerca de su casa en Madrid, su madre había viajado de nuevo y dedujo que no llegaría hasta el siguiente día ¿qué mejor que salir y escuchar música en un parque? el día estaba reluciente, el pasto recién regado mojaba parte de su pantalón pero no le interesaba, los pájaros cantaban y la música la acompañaba.

Hasta que un balón azul le golpeó en la frente, el impacto hizo que su nariz doliera y sus mejillas se colocaron rojas. Parpadeó y cerró los ojos, tocó su frente sintiendo un leve dolor.

—¡Lo siento, lo siento mucho, perdón! —Dijo la voz de un chico, escuchó como alguien corría hacia ella, parpadeó enfocando su vista.

Observó a la persona que supuso la golpeó en el rostro, parpadeó, un chico de tez muy blanca, delgado y de ojos oliva la miraba con preocupación. Robi no reaccionó al principio.

—¿Estás bien? —Al no obtener respuesta, se preocupó aún más, abrió mucho los ojos— ¡joder, estás en shock! traeré un poco de agua. —Salió corriendo hacia un lugar que no pudo identificar.

¿Ese chico me golpeó en el rostro, a mi? pensó Robi frunciendo en el ceño. Al observar, el chico ya volvía y con una botella de agua, sus manos comenzaron a sudar y a temblar ¿qué le pasaba? se sentó a su lado, tocó su frente y le tendió la botella.

—Estarás bien, sí —Robi tomó la botella y bebió de esta, bajando la cabeza y ruborizándose, Rubén no prestó atención a ese acto—, me llamo Rubén, y soy noruego.

Robi supo que en ese momento, todo iba a cambiar, y que realmente el golpe en el rosto no le dolía casi, esa tarde; hizo un nuevo amigo, un pequeño enamoramiento tal vez, compartió con otra cultura y se sentía flotando en una pequeña burbuja. Rubén le pidió dinero a su madre para comer helados junto a una nueva amiga, y ella no se negó.

—¿Sabes? me di cuenta de una cosa —Dijo Rubén comiendo de su helado, rió pasando la lengua por los labios quitando el exceso de helado, Robi no pasó desapercibido esa acción, maldición, pensó— a mi me gusta mucho batman, y tengo una camisa puesta de él ¿verdad?

—¿Sí? —Respondió sin entender aún.

—Bueno, ahora somos un equipo ¿no? —Dijo observándola, Robi asintió sonrojándose— bueno, yo seré Batman y tú Robin, pero sin la "n" —Hizo comillas con su mano libre, con la otra sostenía el cono con helado de chocolate—, ¿entiendes?

Robin asintió sonriendo, luego frunció el ceño— Pero, serás el héroe siempre.

—Claro que no, tú me ayudarás y juntos haremos el bien. 

Admiradora Secreta // Rubén Doblas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora