Epílogo.

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—Y, así fue como conocí a su tía, Robi. —Y así, concluyó la historia que sus sobrinos les había pedido que contara, observó el reloj en la pared, Mangel pasaría por ellos más tarde.

—Linda historia, tío, gracias por contarla. —Los dos niños rubios se levantaron del sofá, el pequeño Santiago de 9 años acomodó sus lentes para que sus lindos ojos azules pudieran ver mejor, iguales a los de su madre, y la pequeña Emma de 6 se deslizó las manos por su vestido amarillo.

—¿Otra vez contando esa tonta historia, Rubén? no tienes remedio alguno. —Recalcó Robi entrando en la sala con una bandeja que llevaba dos vasos con jugo de uva para los pequeños.

—No es tonta, tía, mi tío la contó con mucho sentimiento. —La pequeña Emma, como siempre, defendió a su tío favorito, corrió hacia las piernas del más alto y se abrazó a estas, Emma era tan pequea que su cabeza quedaba en las rodillas de Rubén.

—Es verdad, ¿Olivia ya salió? —Preguntó entusiasmado el niño, haciendo pequeños dibujos en el vaso, ya que el frío congelaba un poco el vidrio y lo empapaba.

—Si, ahora se está vistiendo y podrán ir conmigo al parque después que salga y que terminen sus jugos. —Con una sonrisa Robi contestó, amaba a sus sobrinos, aunque no fueran de sangre los amaba, su amiga Ashley y Mangel estaban de viaje de negocios, y les pidió que los cuidara, ella no chistó y con gusto aceptó.

—¡Tío, tío! ¿puedo jugar contigo a los video juegos más tarde? —Preguntó entusiasmado el pequeño Santiago.

—Claro que sí, y te enseñaré a usar mods en distintos juegos. —Le guiñó un ojo al pequeño y ambos se fueron corriendo y saltando a la habitación de Olivia.

—Ya sabes que digo de los video juegos para los pequeños.

—Sólo por esta vez, y te juro que será por media hora. 

Era obvio que no cumpliría con lo de 'será por media hora', él no era de cumplir ordenes, era de romperlas y divertirse, y eso era lo que planeaba hacer con el pequeño Santiago. Le enseñaría a jugar como los mayores.

—Robi, ven acá —Con los brazos abiertos la llamó, Rubén sabía que ella estaba triste, Robi se acercó de inmediato. Se sentó en sus piernas y escondió la cabeza en el cuello ajeno, sintiendo como era abrigada por unos cálidos brazos—, todo estará bien ¿sí? verás que tu madre se pondrá bien.

—No es eso, si no que... ¿Qué ocurrirá cuando Liv se entere de lo de su abuela? para una niña de 5 años es un poco duro, saber que su abuela está casi en coma.

Hubo un silencio después de que Robi dejó de hablar, Rubén se acordó de algo que a ella le gustaba hacer cuando estaba triste.

—Trae a los niños, iremos todos de paseo.

Ella lo miró con confusión, ¿ahora qué se le estaba ocurriendo a su esposo? lo que sí supo era que, a donde sea que él los iba a llevar iba a ser divertido. Ya que así era siempre. Como la vez en que la llevó a Tomorrowland de vacaciones.

**

—Sonríe ¿sí?, donde vamos te va a gustar. —Afirmó, mientras aparcaban en un hermoso parque con muchas luces y un muelle de fondo.

—No, esto no es lo que yo... No puede ser. 

¿Cómo no supo el camino por donde él la llevaba? ¿el lugar donde se conocieron y se hicieron los mejores amigos del mundo? cuando el auto ya estuvo aparcado, bajó  y ayudó a quitarle los cinturones de seguridad a los pequeños del asiento de atrás y todos bajaron.

—Niños, ¿qué les parece si vamos al parque y luego a pasear por el muelle? —Prepuso Rubén, mientras tomaba en sus brazos a Olivia, y Robi tenía a un lado a Santiago y al otro a Emma.

Los niños asintieron con emoción y se dirigieron fuera del estacionamiento para pisar el césped fresco, los 2 rubios dejaron atrás a Rubén y Robi. Pero la pequeña Olivia no quería bajar de los brazos de su padre.

—¿Porqué no quieres ir con tus primos, Liv? ¿te duele algo? ¿tienes hambre o sed? —Robi tocó la frente de su hija, y examinó con la mirada el cuerpo de la pequea bajo el gran abrigo.

—Estoy bien mamá, solo que estoy cansada. —Miró a su madre con unos hermosos ojos verdes para luego apartar su cabello castaño de su rostro y hundir su cabecita en el cuello de su padre.

—Bueno, hagamos un trato, yo te compro un algodón de azúcar azul y tu vas y juegas con tus primos ¿trato? —Dijo Rubén bajando a su hija y dejándola en el suelo, ella sonrió y abrazó a su padre de las piernas, para luego salir corriendo a divertirse un poco con sus primos.

—Sabes que eso es extorsión ¿no? —Dijo Robi riendo, caminaron juntos mientras vigilaban a los pequeños, se sentaron en los columpios.

—Solo... Le busco el lado divertido a las cosas Robi, de vez en cuando tienes que dejar el lado paternal y convertirte en una especie de.. amigo.

—Tomaré tu concejo. —Se acercó y besó los labios de Rubén. 

**

Rubén llevaba de la mano derecha a Olivia, mientras Robi llevaba a Santiago y Emma.

—Niños, ¿se quieren sentar por allí?  pronto iniciarán los faroles —Señaló Robi hacia el muelle, justo debajo de unos lindas luces de colores que adornaban el lugar, hoy iban a lanzar faroles, en conmemoración a los años que tenía el muelle allí, por lo que le había dicho una señora, según— ¡Vallan! —Santi y Emma corrieron al lugar.

—Papá, ¿me compras el algodón azul? —Preguntó Olivia.

—Claro, pero ve a sentarte, te lo compraré de vuelta a casa.

Olivia asintió con una sonrisa en su rostro y se fue a sentar, un poco apartada de sus primos, en el muelle.

—Robi, ¿recuerdas cuando te conocí? —Se sentaron bajo un árbol, un lugar perfecto donde admirar los faroles y a los niños en el muelle.

—¿Hablas del golpe en mi rostro? —Dijo Robi tocando su frente, Rubén rió y se sonrojó levemente. Robi tomó la mano de su pareja y recostó su cabeza en su hombro.

—Recuerdo que nuestra primera salida fue aquí —Dijo Rubén. Observó los faroles, que comenzaban a salir y ya se veían apreciados en el cielo—, aunque era muy tímido, recuerdo que tomé tu mano y caminamos por el muelle.

Robi sonrió hacia el más alto, y observó a su hija hablando con un niño, pronto sus primos se acercaron a ellos y tuvieron la linda visión de cuatro niños viendo los faroles.

—¿Alguna vez pensaste que terminaríamos así? —Preguntó Rubén besando la mejilla de Robi.

—Siempre serás mi héroe, ya te lo dije. 

Admiradora Secreta // Rubén Doblas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora