Era julio y como todos sabemos, cuando es julio en Chile vienen las lluvias y el frío torrencial.
Y la capital chilena, Santiago, se inunda, obvio.
Ah, pero como también se sabe, los chilenos hacemos cosas deliciosas en las noches invernales.
Exacto querido lector, se hacen comidas fritas.
―Bien weón, estái' solo, sin amigos ni compadres, ni argentinos weones que te acosen sexualmente ―se decía para sí mismo Manuel mientras preparaba la harina y cocía algo de zapallo.
Estuvo media hora esclavizado en la cocina hasta que al fin lo logró.
Y sintió que su vista era enceguecida por los propios ángeles.
―Ay... por... deos...
Ante él estaba la sopaipilla más perfecta que había visto en su larga, larga vida.
Era una circunferencia dotada de una hermosura divina, su color dorado era parejo, y su aroma, oh San Pedro... ¡el olor era inigualable!
―Me he enamorado... ―decía babeando, guardando esa belleza en una servilleta bien doblada.
¿Debía nombrarla? Recordaba que en su infancia (antes de la llegada de Antonio, claro), su Ñuke le regañaba por ponerle nombres a la comida.
Ay, extrañaba a Ayalen, su papa.
Fue su primer amor de infancia ―inserte aquí un corazón roto―.
―Bien... Tú preciosa, serás Rodrigo~. ¿Ah? ¿Qué dices, Rodrigo? ¿Qué me coma esas sopaipillas porque no son dignas de tu presencia? ¡Ya rugiste~!
Y con una taza de té a su lado, Manuel se comió el resto de las masas fritas que hubiesen servido para alimentar a todo el ejército chileno.
Y Rodrigo, Dios Santo ese Rodrigo, veía con una amplia sonrisa cómo sus pares eran devorados por la nación.
O eso era lo que se imaginaba Manuel.
Su romance era incomparable, superaba con creces a Romeo y Julieta y a Crepúsculo. Durante ese tiempo se la pasó hablando, riendo, comiendo, disfrutando y enamorándose cada día más de Rodrigo.
Hasta que llegó cierta isleña a su casa luego de dos semanas iniciado su amor de invierno.
― ¡Manuel pedazo de idiota! ¡Estás narinari! ¡Noho nuinui!
― ¡Tiare ya cállate! ¡Solo subí un par de kilitos!
A la pascuense le dio un tic en la ceja. Sabía lo que era subir un par de kilitos, pero a su hermano se le notaba que había engordado mínimo unos diez kilos.
Se le notaba ya una barriga, las poleras le quedaban chicas y las mejillas estaban más rellenas.
― ¿Qué hiciste en todo el invierno? ―preguntó cruzándose de brazos.
El chileno se incorporó con dificultad del sofá y se encogió de hombros. Hizo lo típico, comer.
Pero olvidó ocultar a su preciado Rodrigo, quien fue visto por la menor.
―¡¡Manuel pero qué asco!! ¡Esa sopaipilla está toda hongueada!
― ¡No vengas a insultar a Rodrigo! ¡Yo lo amo!
Eso... fue demasiado.
Tiare se acercó enfurecida, y con una mueca de disgusto, tomó la sopaipilla y la tiró al basurero.
― ¡Nooo! ¡Rodrigooo!
Y ese fue el final del romance entre Manuel y su sopaipilla... Fueron buenos momentos.
Lloró su pérdida durante una hora antes de que su hermana lo mandase al gimnasio a perder esa panza ganada con los cuerpos de otras sopaipillas, calzones rotos y otras comidas de invierno.
Pero lo que no sabía era que muy pronto iniciaría una nueva relación con Rodrigo II...
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Ay weón, nunca había escrito tanta incoherencia junta <3
Bueh, como ya habían ships de Itasta, Romato, Ice x Refrigerador e inclusive RabArg, quise dar mi aporte de un Manu con su amor verdadero: la sopaipilla~.
¡Se agradecen los votos y comentarios!
Y quiero un dibujo de Manu con una sopaipilla. Weón... sería terrible épico xD
Traducción Rapa Nui - Español
Narinari: pesado.
Noho nuinui: Estás enorme.
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Uno, dos, tres, ¡shippeamos otra vez! [Hetalia]
Fanfiction¿Cansado de ships sobrevalorados? ¿Demasiado DenNor, UsUk, FrUk, ArgChi y Spamano en tu vida? ¡Pues has llegado al lugar indicado! ¡Ships históricamente y no históricamente relacionados se tomarán la pantalla! ¡¡Entra y disfruta con ellos!! Adverten...