Capítulo 2

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Harry estaba en las sombras cuando observó una oscura camioneta aparcar en el callejón. Podía ver a dos hombres sentados en el vehículo, pero no parecían tener ninguna prisa por salir. Parecían estar hablando, riendo de vez en cuando. Tal vez no eran a los que estaba esperando.

Sabía que si no alcanzaba a los hombres que venían a recoger a Niall antes de que llegaran al punto de reunión, nunca podría hacerlo, y entonces sería demasiado tarde para todos ellos. Niall sería asesinado, igual que lo serían los hombres que venían a rescatarlo.

Y él también sería eliminado, pero solo después de una larga y continua tortura que divertiría a su amo. El hombre era un enfermo tan retorcido como para disfrutar de cada aullido y grito de dolor que pudiera sacar de Harry.

Se estremeció ante la idea de fracasar.

Su corazón comenzó a latir un poco más rápido cuando las puertas de la camioneta se abrieron y los hombres salieron. No fue hasta que uno de ellos se detuvo bajo una farola, y vio el bulto bajo su brazo, que Harry supo que había encontrado a los hombres adecuados. «Gracias a Dios». Había visto los suficientes guardias armados como para saber que estos hombres también lo estaban.

Dio un paso atrás en las sombras mientras los dos hombres se adentraban en el callejón. Sabía que el otro extremo del mismo era su destino. Harry había elegido cuidadosamente un punto a mitad de camino. Con suerte, podría detener a los dos hombres y convencerles de retirarse antes de que llegaran hasta el final.

Era la única esperanza que le quedaba. Cualquier otro pensamiento que le hubiera distraído se había extinguido hacía mucho tiempo. Harry ni siquiera mantenía la esperanza para sí mismo. Solo quería salvar a la única persona que le había hablado amablemente.

Esperó hasta que los hombres estuvieran un poco más cerca antes de mirar por el estrecho callejón una última vez. Si cualquiera de los que esperaban a los dos hombres lo veían, todo lo que había planeado con tanto cuidado se malograría. Una vez que vio que nadie lo miraba, Harry se arrastró a lo largo de la pared detrás del contenedor de basura, avanzando lentamente en su camino hacia los dos extraños.

«Por favor, haz que funcione».

El corazón le latía de manera irregular en el pecho, mientras oraba para que esto no fuera otra broma para divertir a su amo. No sería la primera vez que hubiera planificado un elaborado plan para hacer que su libertad estuviera a su alcance, únicamente para volver a arrebatársela. Incluso si esta vez, no estuviera pensando en escapar, sino advirtiendo a los hombres, aún podría ser otro plan destinado a entretener a su amo.

Sin embargo, Harry tenía que intentarlo, aunque solo fuera por el hombre enjaulado en una celda del complejo del Amo. Debía lograr escapar de la pesadilla que llevaba viviendo desde que- ni recordaba el tiempo. Podría ser así también para Niall.

Harry esperó hasta que los dos hombres se acercaron a él, y entonces fue cuando salió de detrás del contenedor de basura. Se puso en cuclillas al lado del gran cajón de metal azul, y saludó con la mano, con la esperanza de captar la atención de uno de los hombres.

No creía que lo hubieran visto, y estaba a punto de llamarlos en contra de su mejor juicio, cuando uno de los hombres de pronto saltó hacia él. El apagado sonido sin aliento, que salió de sus labios por el susto, fue totalmente impropio de un hombre, pero a Harry no le importó. Estaba aterrorizado. El hombre era enorme y violento, y parecía que podría cortarle la garganta de oreja a oreja sin pensárselo dos veces.

Pero tan grande e intimidante como era el hombre, nadie era tan temible como su Amo. Harry lo arriesgaría todo por salvar a Niall, incluso frente a este temible hombre.

El placer de Harry - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora