Mi sueño fue interrumpido por un golpeteo contra la puerta y por la voz de mi madre llamándome.
-Scarlett, ¿estás despierta? Abre la puerta- el tono de su voz era desesperado y con un toque molesto.
Abrí mis y entre en pánico al ver a Sam a mi lado, desnudo –si mi madre entra, estaré en problemas- reaccioné rápido.
-Ya estoy despierta madre, pero ni se te ocurra abrir, estoy desnuda. Bajo en unos minutos.
Escuche los pasos de mi madre alejarse y cuando volví mi vista a la cama, Sam ya se había levantado. Volvía a ponerse su ropa.
Me acerqué a él por la espalda y lo abracé, depositando un beso en su hombro. Él volteó a verme y sonrió.
-Eso estuvo cerca- dijo y yo asentí rápidamente. Él soltó una pequeña risa.
-Gracias por lo de anoche amor, estuviste increíble. No sabes cuán afortunado soy. Ahora sí, debo irme o llegaremos tarde a clases- solté un bufido.
-Está bien, con cuidado, te veré en la escuela- le di un beso de despedida.
-Allá te veo.
Salió cuidadosamente por la ventana y lo vi alejarse hacia su casa.
Me dirigí a la regadera para bañarme –aún tengo el olor de Sam impregnado en mi piel- sonrío al recordar lo sucedido en la noche.
Al salir, busco entre mi closet algo cómodo. Unos jeans negros y una blusa manga larga gris, sencillo.
Tomo mi bolso y bajo las escaleras de dos en dos. Ya en la cocina veo a mi madre.
-Buenos días mamá- digo con una sonrisa. Ella me mira seria y sé que algo le está molestando -¿Y si sabe lo ocurrido a noche?- mi corazón se acelera y me entrega un bowl con cereal y leche.
-Scarlett, sabes que no me gusta tener que despertarte, ya no eres una niña. Debes responsabilizarte más- mi corazón vuelve a latir con normalidad –es eso, ella no sabe nada- le sonrío.
-Lo siento mamá, no volverá a ocurrir- ella asiente.
Termino mi cereal y corro a lavarme los dientes.
Cuando estoy por salir de casa escucho el llamado de mi madre y me freno en seco –oh no- estoy asustada pero aún así volteo a verla con una sonrisa fingida.
-¿No piensas despedirte de mí?- dice con reproche y yo solo sonrío.
Me acerco a ella y estampo mis labios en su cachete.
-Te amo mami- digo separándome.
Ahora sí, salgo de casa con las llaves en la mano y abro la puerta del carro. Lanzo mi bolso al asiento del copiloto y yo me aplasto en el de piloto.
Cuando enciendo el carro, la radio se enciende sola y me emociono al escuchar la canción de Pillow Talk –genial, apenas va comenzando-
Conduzco por las calles cantando a todo pulmón, tengo el presentimiento de que hoy será un buen día.
Llego a la escuela y cuando estoy por entrar, jalan mi brazo y volteo a ver quién lo ha hecho. Me asusto y adrenalina corre por mis venas. Quiero gritar. Cuando estoy por hacerlo, el chico ruloso habla.
-Tranquila, ya puedes respirar. Sólo quería entregarte esto, se te cayó al salir de tu carro- me entregó un plumón.
Vuelvo a respirar y con inseguridad lo tomo.
-Gracias, supongo- digo confusa.
Él sólo da un pequeño asentimiento y se aleja de mí. Yo continúo con mi marcha, aún confundida por lo que acaba de pasar. Creí que me golpearía, suerte que no fue así.
Faltan tres minutos para entrar a clases y no he visto a Sam, tomo los libros de mi locker y me adentro a mi salón.
Hoy tengo administración a primera hora y matemáticas a segunda. Pienso en deprimirme pero no, hoy es un buen día. Decido tomar mis clases, no gustosamente pero sí les presto atención.
Me levanto de mi butaca, por fin es hora de comer. Ahora sí veré a Sam. Camino a la cafetería y rápidamente localizo a Dani y Lucas, pero no a Sam.
-Hola chicos- digo llegando hacia ellos.
-Hola Scar, ¿y Sam?- bien, ahora estoy confundida y preocupada.
-No lo sé, estuvimos juntos anoche y dijo que nos veríamos aquí pero claramente no está.
Tomé mi celular y llamé al número de Sam pero este me mandó directamente a buzón. Tal vez exageraba pero me preocupaba aún más.
-Tranquila Scar, tal vez se le hizo tarde y por eso no llegó- dijo Dani.
-Pero no responde a su celular- dije con desesperación.
-Te manda directamente a buzón, se ha de haber descargado la batería- dijo Lucas.
Tenían razón, al salir de la escuela pasaré a buscarlo a su casa. Además, hoy será un buen día.
Comí en silencio mientras releía mis mensajes con Sam –lo que te lleva a hacer el aburrimiento- solo diez minutos más y la campana sonó.
Justo iba a despedirme de Dani y Lucas pero se estaban comiendo a besos. Decidí irme para no interrumpir.
Cuando llegué a mi salón, el profesor aún no entraba así que me senté en silencio, hasta que alguien se sentó a mi lado. El olor a menta inundó mis fosas nasales.
-¿Quieres?- preguntó Styles ofreciéndome un chicle. Yo lo miré con desconfianza y me negué.
-No gracias- dije secamente.
-Uy, alguien está de malas hoy- su tono burlón me molestó.
-¿Qué es lo que quieres Harold?- dije con un tono fuerte y autoritario.
-Nada, sólo quería platicar- dijo, así mismo se levantó y se fue.
Dios, que me ocurre, no debí ser tan grosera. Pensé en disculparme pero justo entraba el profesor.
Las clases pasaron rápido para mi suerte y pronto fue la hora de salida.
Corrí hacia mi carro y me apresuré a encenderlo. Pasaría a casa de Sam y tenía muchas ganas de verlo.
En el camino había un tráfico espantoso, algo debió pasar. Conforme avanzábamos pude ver que se trataba de un accidente de auto –uf, que espantoso- cuando estaba justo al lado del accidente reconocí el carro que estaba en malas condiciones y me paralicé.
-Sam-
Estaba en mi carro de camino a la escuela cuando apareció una viejecita vendiendo flores. Me acerqué y la llamé.
Compré el ramo de rosas más grande y me ilusioné al imaginar cómo se le iluminaría el rostro a mi Scar.
Di las gracias a la señora y le entregué el billete.
Coloqué con cuidado las rosas en el asiento de copiloto y seguí mi marcha hacia la escuela. Pronto llegaría así que preparé la cámara mi teléfono para capturar el momento en que Scarlett viera las rosas.
Escuché el claxon de un camión y a los segundos sentí un fuerte impacto.
Todo se tornó negro y dejé de pensar...dejé de existir.
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