Me cuesta trabajo abrir los ojos pero el despertador me está indicando que es hora de levantarse. De mi boca sale lo que parece ser un gruñido; alargo mi brazo y alcanzo el despertador para hacerlo callar. Me levanto y arrastro mi existencia hasta el baño. Hago mis necesidades e introduzco mi cuerpo bajo la lluvia artificial de la regadera. Al salir, decido ponerme mis viejos pero amados jeans y una blusa azul cielo de tirantes junto con mis converse. Tomo mi mochila que ya está organizada desde el día de ayer y bajo corriendo las escaleras.
Al final de las escaleras, el olor de hotcakes invade mis fosas nasales y decido adentrarme en la cocina. Ahí está mi madre.
-Buenos días Grace- me acerco y deposito un beso en su mejilla. Mi madre siempre está oliendo a galletas recién horneadas, olor que tanto me encanta.
-Buenos días hija- me besa la frente dejando marcado el color de su labial rojo carmesí.
-¡Mamá! Me dejaste marca y es difícil de quitar, ahora seré la burla en la escuela- mis ojos se entrecierran viendo como mi madre niega con la cabeza, tratando de ocultar una sonrisa, una sonrisa burlona.
Mi madre toma un plato y en el deja tres hotcakes en pila, con syrup desbordándose desde arriba hacia los lados. Inmediatamente se me hace agua la boda viendo cómo mi amada madre agrega frutos rojos cortados en trocitos. Tomo un tenedor y un cuchillo y me siento frente semejante manjar. Empiezo a comer, metiendo trozos algo grandes a mi boca. Mastico lo más rápido que puedo para así terminarme este hermoso desayuno e ir a la escuela.
Sólo 15 minutos después termino y mi madre retira el plato sucio para depositarlo en la lava vajillas.
-Mamá hermosa, gracias por el desayuno tan fabuloso. Eres la mejor.
-De nada Scar, lo hago con mucho amor. Anda, ya tienes que irte a la escuela o llegarás tarde.
Salgo corriendo de casa agitando la mano hacia mi madre. Saco las llaves de mi carro, un viejo beetle, y aviento mi mochila al asiento del copiloto. Arranco mi carro y en menos de 15 minutos ya estoy en el estacionamiento -Wow, tiempo record- digo en mi mente, debí conducir como una loca. Ahora tengo 10 minutos para mí antes de iniciar mis clases.
Me introduzco a los pasillos de la escuela y camino hacia mi locker. Éste se encuentra en el pasillo principal, con el número 250. Abro mi locker y lo primero que hago es revisar mi horario -genial, matemáticas a primera hora-. Saco mis libros y cuadernos de matemáticas de mala gana y de pronto mi cuerpo se relaja al sentir su toque en mi cintura y se respiración en mi nuca.
-Hola preciosa- dice Sam en un tono seductor. Toma mis hombros y los gira para encontrarnos frente a frente.
-Hola amor- logro pronunciar. Sé que mi mirada está igual de brillosa que la suya. Estamos hipnotizados viéndonos y de repente nada más existe. Mirar a Sam me deleita. Rápidamente lo abrazo y él me corresponde, alojando sus brazos alrededor de mi cintura.
Estoy a punto de besarlo pero el sonido de la campana nos indica que es hora de ingresar a clases. Inmediatamente él se separa y eso me frustra.
-¿Qué clase tienes ahora Scar?
-Matemáticas, que clase tan maravillosa para empezar el día- sé que ha captado mi tono sarcástico.
-Sólo es una hora amor, se pasará rápido, ya lo verás.
-¿Tú qué tienes?- sé que tiene biología pero quiero seguir platicando con él.
-Biología, con la miss Alicia- toma mi mano y con paso apresurado vamos hacia nuestros salones. El salón de Sam está justo al lado del mío. Esperemos que Alicia aún lo deje pasar. Me deja en la entrada del salón.
-Que tengas un buen día, te veo en cafetería- me toma de la nuca y me besa, un beso casto pero duradero. Ingreso al salón y el profesor ya está dando su clase.
-5 minutos tarde señorita Moretti, a la próxima no entra- evito hacer contacto visual con cualquiera del salón y tomo mi lugar hasta atrás.
La clase pasa muy lenta y aburrida -¿de qué me servirá sacar la distancia algún día?- pienso. Miro hacia todas partes menos al pizarrón e incluso intento distraerme con el mosquito volando.
-¡Señorita Moretti! Aparte de que llega tarde a clases, no pone atención. Quiero que me explique qué debemos hacer con la fórmula- me reta con la mirada y suelto una risa burlona.
-Primero sustituimos la "x" y la "y" con las coordenadas que usted nos ha proporcionado. De ahí en fuera realizar las operaciones es sencillo, al final sacamos la raíz cuadrada del valor obtenido y ese es nuestro resultado, o sea, la distancia- miro directamente a los ojos del profesor, aún con mi sonrisa burlona. Sé que no esperaba que le respondiera correctamente. Me fulmina con la mirada y sigue explicando a los demás. Yo sigo sin prestar atención pues eso ya lo sé. Sam me lo explicó primero.
Algunos minutos después termina la hora.