Estaba cantando sobre una roca y notaba que cuanto más cantaba más la marea se ponía enfurecida y la canción decía.
"Una flecha de Cupido, vi mi pecho atravesar y ya nada me consuela como mi marino audaz. Venid ya, bella doncella, no importa quién seáis si amáis a un marinero que va surcando el mar. Una flecha de Cupido, vi mi pecho atravesar y ya nada me consuela como mi marino audaz."
Seguia cantando esta canción, cuando mire al horizonte y me parcate de que un crucero había sido arrastrado por el fuerte oleaje y estaba a punto de volcarse boca abajo, me sentía un poco culpable ya que, mi canción provocó el fuerte oleaje, me acerque nadando a la máxima velocidad que pude y esquivando a los botes salvavidas, estaba sumergida así que decidí subir a la superficie y, me escondí detrás de los escombros del barco, observe con cautela como en un bote salvavidas que estaba casi vacío había como unas quince personas, parecía que todas eran ricas y quería el bote para si mismos, pero un joven de unos 10-11 años de pelo rubio oscuro les pidió ayuda para subir, ellos la declinaron y escuche como un hombre de barba blanca le decía al niño.
—No te voy a dejar por dos motivos.— respondió bruscamente—¿Qué dos motivos?— pregunto el muchacho mientras movía las piernas y brazos para mantenerse a flote.—Pues el motivo primero es, que gente de tu calaña no debería existir y el segundo es que.—
De repente vi como el hombre barbudo saco una pistola, no se atrevería a pegarle un tiro a un muchacho joven ¿No? Pues me equivoque le disparo, se escuchó el disparo por todo el mar, vi que el muchacho caí en picado bajo el agua, no podía permitir eso así que me arme de valor y fui a por el, sin dudarlo un momento cuando vi que el disparo no le había herido gravemente hice una cosa que esta prohibida para las sirenas al menos ante un humano, que era cantar, le agarre de la barbilla y mire sus bonitos ojos azules, le empece a cantar, el reaccionó y abrió los ojos de golpe estaba con la boca abierta mirando como estaba cantando, salían burbujas desde su boca hacia arriba, se giro para ver la herida en el hombro que le había provocado la bala, se quedó asombrado como con la canción su piel se empezaba a curar misteriosamente, parecía que iba a caer semi inconsciente así que hice otra cosa prohibida para las sirenas, besar a un humano, le bese vi que con mi beso cayó de golpe, pero lo que el no sabia es que cuando una Sirena besa a un humano ese humano puede respirar bajo el agua casi como nosotras las sirenas , lo lleve a la orilla, me percaté de que tenia un anillo en el dedo anular, así que le quite el anillo y tenia inscrito Anton en la parte de dentro, me lo puse en el dedo anular, me quedaba un poco grande pero da igual, me lo llevaría como recuerdo, cuando me sumergí, escuche que decia.
—¡Espera, espera! Dime por lo menos tu nombre, sirena por favor .—Antes de sumergirme le cante y antes de que pudiese añadir algo dije.—Sirenia.—Y me sumergi, el joven ese creo, creo que en un futuro lo volveré a ver.—
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Sirenia
Fiksi Remaja-Te acuerdas del poder antiguo de que si besas a la persona que amas, esta persona y tu podéis viajar al reino de la superficie?-Dijo serio y mirando muy cerca de mi cara.-Claro que me acuerdo, esa tablilla que está en el templo ¿Por qué?-Pregunte a...