Norte puso cara seria. Entendí que no había tiempo de celebrar nada, él había llamado a los Guardianes para una reunión de emergencia, a la que yo me había colado sin permiso.
—Bueno, ya que has decidido ayudarnos, no veo por qué no debas participar también en esta reunión, Lía. Vayamos todos a la sala de conferencias.
La sala constaba de una gran mesa alargada con el logo de los Guardianes y la Luna grabado en la madera roja, encabezada por un asiento algo más ostentoso que los demás, donde se sentó Norte. A un lado de la mesa se sentaron Sandy y Conejo. En frente de ellos se sentaron Hada y Jack. Yo, insegura, me senté al lado de Jack.
Norte seguía con una expresión grave. Se aclaró la voz y comenzó a hablar con tono serio.
—Bueno, ya sabemos todos que últimamente los niños han dejado de creer. Pero la situación es cada vez más alarmante. El descenso del número de niños que aún creen ha disminuido en un 20% de cara a los últimos dos meses. Y cada día aumenta ese porcentaje. Hasta ahora, más de 20 millones de niños en todo el mundo han dejado de creer. Esto afecta mayormente a áreas de Occidente, y en menor medida en África. Pero lo peor de todo es que no sabemos cuál es la razón causante de esta desgracia. ¿Alguien tiene alguna idea?
—Puede que el Coco haya escapado de su guarida y haya vuelto con más fuerza —dijo Conejo.
—¡Oh! Pero eso sería horrible... —se alarmó Hada.
—En ese caso le congelaré el trasero y le devolveré a su guarida en cubitos de hielo —dijo Jack confiado y con una sonrisa burlona.
Sandy secundó la idea de Jack representando una imagen de quien parecía ser el Coco siendo machacado por un puño de arena mágica.
—No, hace poco revisé su estado por si era él pero sigue acosado por sus propias pesadillas. Debe ser alguien más. —sentencia Norte.
Yo seguía mirando sin decir nada, no sabía si podía tomar la palabra y decir algo al respecto.
—Entonces ha debido ser alguien de nosotros... —suelta Conejo, mirando acusatoriamente a Jack.
—¿Qué quieres decir? —preguntó el susodicho, haciendo que el ambiente se tendara.
—Bueno, tú eres el que más interactúa con los niños. Algo has tenido que hacer, cerebro congelado.
—¿Me estás acusando, bola de pelo?
Y ahí se armó la gorda. Conejo y Jack empezaron a pelear entre ellos subidos a la mesa, uno lanzando su boomerang y bombas huevo que lanzaban humo de colores y el otro disparando rayos de hielo con su bastón. Hada intentaba convencerles de que pararan de luchar revoloteando de uno a otro y hablando súper rápido. Sandy creaba barreras de arena mágica entre los dos que se desmoronaban con los incesantes ataques. Norte alzaba la voz ordenándoles que parasen y soltando improperios en ruso, sin resultado.
Ante esta estúpida disputa, intenté hacerme oír, si iban a ponerse a acusar el uno al otro era mejor que explicara lo que sabía.
—Ejem... —me aclaré un poco la garganta, pero nadie me prestó atención, así que grité— ¡EJEM!
Todos detuvieron la que estaban haciendo, mirándome como si se acabaran de dar cuenta de que estaba allí. Eso hizo que me sonrojara, no estaba habituada a tener tanta atención, ni siquiera cuando exponía trabajos en clase. Pero esperaban que dijera algo, así que me calmé lo mejor que pude.
—Ehm... Creo que la causa de que los niños dejen de creer son los videojuegos.
Jack asintió, también pensaba lo mismo, pero estaba muy ocupado discutiendo con Conejo como para expresarlo antes.
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Vuelve a creer [Jack Frost]
FanfictionLía, una joven de 16 años, hace mucho que dejó de creer en sus sueños de la infancia. Pero gracias a su hermana pequeña Lilly, y a cierto espíritu del invierno, ella volverá a ver a Santa Claus, al Conejo de Pascua, al Hada de los Dientes e incluso...