Capitulo 01

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  Lloraba sin poder controlar su llanto su corazón estaba roto y dolía, ya no luchaba contra las lágrimas como las primeras semanas y ahora solo quería gritar, gritar de dolor gritarle que se la llevara con él que la salvara de ese infinito sufrimiento del infierno que se convertiría su vida y la de su madre a partir de ahora sin su padre por las mañanas y tardes era fuerte, inquebrantable por su madre que lloraba a diario día y noche la obligaba a comer y por la noche que su madre caía en un profundo y largo sueño a causa de tanto llanto era cuando se derrumbaba lloraba sentada sobre la arena donde el agua de aquel río, el río Volga apenas mojaba sus pies descalzos ese río entre Moscú y San Petersburgo y que desemboca en el mar Caspio en el cual su padre había muerto a causa de una fuerte tormenta que había hundido su yate tras dar un paseo

- Esto no debió pasar así papá, se supone esperarías por mí para ir a pasear

Se hizo un ovillo en la arena dorada y lloro, lloro amargamente como todas las noches hacía ya una semana su padre apenas cumpliría un mes de fallecido hacía mucho que no iban allí su padre había trabajado duro para levantar la empresa que heredó de su padre y se estaba retirando dejando la empresa en manos de su hermano ya que su padre solo quería volver a su vida tranquila junto a su mujer e hija, estaba harto de oficinas, juntas, móviles sonando, gente gritando, corriendo e histérica sólo quería descansar y se fue a la casa de descanso que era su favorita había quedado de alcanzarlo su mujer y su hija e irían a dar un paseo en el yate con él pero como siempre ella se quedó trabajando hasta tarde y no llego a la hora pactada por un poco más de una hora pactada así que su padre salió a pasear solo, su madre estaba en casa esperando por ambos, para Elena Katina su trabajo era muy importante y estaba logrando hacerse un nombre lejos del de su padre y por eso estaba trabajando duro y no había llegado a tiempo porque tuvo una cita de improvisto que no podía cancelar, cuando llego a casa de descanso de su familia a uno no empezaba la tormenta y corrió a ver si su padre había esperado por ella
*Flash Back*

- Hola mamá, lamento llegar tarde ¿Y papá?
- Hola, te estuvo esperando cariño pero ya ves como es, y decidió salir él solo
- Lo lamento, en verdad – Dijo apenada
- No te preocupes él entenderá – Le sonrió
- Gracias mamá – La abrazo

Pasaron unos minutos más que el clima cambio drásticamente, se obscureció y la presencia de que se acercaba una tormenta eléctrica era muy notoria, su madre se preocupó y a ella el corazón le latía inquieto en minutos se soltó una incipiente lluvia se asomó por la ventana las aguas del Volga estaban oscilando mucho y empezaban a golpear con fuerza, los minutos se convirtieron en horas, largas y tormentosas horas pasaron cerca de cinco horas hasta que la lluvia paro y Lena y su madre corrieron a buscar a Sergey Katin, informaron al rescate que de inmediato salió en botes pequeños en busca del yate Katin tras unas horas que fueron las más lentas y tormentosas los rescatistas regresaron

- ¿Lo encontraron? – Dijo Inessa angustiada
- Encontramos el yate señora Katina
- Gracias al cielo
- Pero no son buenas noticias
- ¿Qué quiere decir? – Pregunto Lena
- El yate está destrozado, lamentablemente el Sr. Sergey Katin murió
- ¡NOOOOOO! – Grito Inessa

El grito desgarrador de su madre la hizo temblar, sus ojos se abrieron sorprendida y se agacho para abrazar a su madre que se había dejado caer al suelo
*Fin del Flash back*
Sacudió la cabeza, no quería pensar en ello se sentía culpable pero sabía que no lo era y aun siendo psicóloga no podía dejar de sentirse culpable le gustaba sentir la suave caricia del agua en sus pies estiro sus piernas para que el agua la mojara un poco más, ella quería salir de ahí corriendo, pero su madre no se iría su padre había hecho planes de establecerse ahí y ella quería estar ahí, pero a Lena le dolía tanto estar ahí que quería volver a su ajetreo normal, para olvidarse de su padre, pero no podía marcharse dejando a su mamá en tan mal estado, tenía la vista clavada en sus pies observaba como el agua la mojaba, levanto su bello rostro y forzó su vista, era ya más de media noche así que tuvo que esforzarse, la enfoco había alguien en el agua y salía a superficie cuando le vio más cerca dejo de forzar su vista era una chica de figura delgada y no muy alta cabello largo y negro como la noche la luz de la luna dejaba ver su hermosa piel dorada traía un vestido largo de escote en la espalda y una cintilla pasaba por su cuello era plateado parecía estar hecho de millones de estrellas ya que brillaba camino hacia ella y le sonrió

- Es muy tarde para una chica como tú – Dijo de pronto
- ¿Perdón? – Dijo algo molesta
- Puede ser peligroso – Sonreía
- ¿Alguien como yo? ¿A qué se refiere exactamente? – Seguía molesta
- Una chica muy hermosa y sola a la mitad de la noche
- Lo dice una mujer que sale de nadar a esta hora, con un vestido de noche
- Tienes razón, no debí molestarte – Dijo tranquila

La morena se giró para ver el mar y la pelirroja la observo a ella su perfil se veía serena y tranquila, miro al cielo dejando ver esos ojos azules iguales a las aguas del río frente a ellas y al mismo cielo

- ¿Qué hacías nadando a esta hora y vestida así? – Dijo Lena
- Bueno, me gusta el agua, me gusta nadar no importa que lleve encima – Sonrió
- Definitivamente estás loca
- Tal vez, una psicóloga como tú debe saberlo ¿Cierto Elena Katina?

La pelirroja la observo sorprendida ¿Cómo sabía quién era? Si jamás se habían visto antes, la morena sonrió aún más y se veía hermosa y radiante y se puso frente a ella

- ¿Cómo se tu nombre? Lo escuche un día mientras caminabas por la playa
- Vaya, no te recuerdo, tal vez no te vi
- Si me viste, es solo que no me reconoces ahora – Sonrió
- Recordaría alguien tan bella – Se sonrojo al darse cuenta de lo dicho
- Gracias, no prestaste atención pero me viste

La morena no dejaba de sonreír y eso comenzaba a exasperar a la pelirroja ella tenía un dolor enorme y la felicidad, la paz y tranquilidad de esa morena la molestaba y pareció darse cuenta

- No es mi intención molestarte, solo quiero ayudarte
- ¿Ayudarme? – Alzo una ceja
- Mira que no estás sola

La pelinegra alzo la vista y Lena giro su cabeza rápidamente dos sujetos estaban ahí observándola y aguardándola, la pelirroja no era una mujer miedosa pero en ese momento sintió un poco de temor, era bastante tarde y no había nadie cerca solo ellas dos, la pelirroja se levantó rápidamente

- No pasara nada – Sonrió la morena
- Pueden estar armados
- El río está aquí
- No me lo tomes a mal pero ¿De qué nos servirá el agua contra un arma?
- Relájate, por eso estoy aquí, para salvarte – Le guiño el ojo
- Yo... - Se sonrojo
- Venga te acompaño a casa
- P... Pero ¿Y tú?
- Estoy más cerca de casa de lo que tú estás
- Mi casa está a unos cuantos minutos
- La mía está a menos y puedo correr – Sonrió
- De acuerdo

Caminaron hasta la casa de la pelirroja que en efecto estaba muy cerca del río Volga, la pelirroja abrió la puerta y se giró a la morena que sonreía

- Buenas noches Elena, descansa cuídate mucho y cuida a tu mamá – Camino
- ¡Espera! – La detuvo del brazo
- ¿Si?
- ¿Volveré a verte?
- Eso depende de ti, sabes dónde encontrarme – Sonrió

La morena camino de nuevo sobre sus pasos, Lena entro y corrió a la ventana la vio acercarse al río de nueva cuenta le daba la espalda a la ciudad, la pelirroja se giró en busca de los dos tipos y los vio acercarse lentamente a la morena, la pelirroja corrió adentro por algo con que defenderse y ayudar a la morena encontró un bate y se apresuró a la puerta la abrió pero la morena ya no estaba por ningún lado los tipos estaban saliendo del agua las olas se habían vuelto un poco agresivas, y cuando los tipos corrieron el río volvió a su calma habitual, la pelirroja respiro tranquila y entro a su casa de nueva cuenta se fijó que todo estuviera bien cerrado y se fue a su cama el llanto la había hecho estar rendida, el olor a desayuno recién hecho la despertó froto sus ojos eran las ocho de la mañana, casi las nueve se estiro y bostezo a la vez para luego levantarse

- Buenos días mami ¿Cómo dormiste? – Le sonrió
- Hola mi amor, bien gracias ¿Y tú?
- Bastante bien a decir verdad, me alegra ver que ya tienes un poco mejor de animo
- Tenemos que salir a flote ¿No? – Dijo con su mirada llena de dolor
- Si mamá, y lo lograremos ya verás – La abrazo
- Me alegra que estés conmigo, tú no me dejaras ¿Cierto?
- No mamá estaré contigo siempre
- Gracias – Sonrió melancólica 

La Sombra del VolgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora