Capítulo 12

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- ¿Ahora si vas a darme la cara? - Dijo molesta
- Len...
- No te me acerques - Gruño
- Necesito que me dejes explicarte...
- ¿Explicarme qué? ¿Cómo te llevaste a mi padre? - Dijo furiosa
- No es eso Len, si me dieras un minuto para explicarte yo...
- Ve, que te está llamando ¿No? - Dijo a punto de llorar
- Sabe que no iré y no puede hacer nada al respecto hasta que yo decida ir
- Voy a decirte algo Yulia, hoy más que nunca estoy dispuesta a matar lo que siento por ti, y encontrar alguien que sea para mi
- Hey Len... Solo una cosa más mi amor, Si te vuelves a enamorar no quiero verte llorar por que tus penas son las mías también y no soportaré una más - Le tomo la mano
- No vas a convencerme - La soltó y comenzó a caminar
- No te vayas Lena - La pelirroja se detuvo
- ¿Qué quieres? Ya te dije que voy a olvidarte empezando ahora mismo - La miro
- Tú sabes perfectamente que hay amor de sobra aquí en mis brazos, sabes tan bien como yo que jamás encontraras con nadie lo que has vivido aquí conmigo
- Nadie me ha herido como tú, ¡NADIE! Voy a dedicarme a olvidarte, voy arrancarte de mí, voy olvidar que te quiero, voy a olvidarte y veras que al final volveré a ser feliz, voy arrancar de mi pecho lo que un día sentía por ti

Lena emprendió su camino a casa, Sash e Inessa observaron a la pelirroja y luego a Yulia, podían ver en los ojos azules tan claros de ella el reflejo de la pelirroja marchándose, su boca tembló pero no dijo nada, paso saliva y suspendió sus sentimientos para no desmoronarse, aunque quiso detenerla y suplicarle que se quedara no dijo nada, no podía pronunciar palabra, hasta que Lena desapareció de su vista

- Supongo que es mejor así pelirroja, jamás podríamos estar juntas - Suspiro

Yulia giro sobre sus talones y se dirigió al Volga el agua empezaba a cubrir su cuerpo e Inessa la detuvo

- Yulia
- ¿Si Sra. Katina?
- ¿Podría hablar con Sergey? - Dijo esperanzada
- Me encantaría poder traerlo, pero no puedo Sra. Katina mis poderes como guardiana del Volga, como la guía de las almas son limitados
- Comprendo Yulia, sólo quería, creí que tal vez
- Lo lamento - Dijo Yulia
- ¿Te volveremos a ver? - Dijo Sash
- Siempre me veras - Le sonrió
- Sabes a lo que me refiero - Dijo serio
- No lo creo Sash, es mejor para ella que no me atraviese en su camino, pero la estaré cuidando, cuídala tú cuando yo no pueda por favor
- Cuenta con ello - Le sonrió
- Hasta pronto Inessa Katina, y Sash Kuzma

Era como si se hubiera desvanecido en el agua, caminaron hasta la casa donde Lena tomaba una ducha y aprovechaba para que el ruido de la regadera confundiera su llanto, aunque era imposible, pasaron los días y la pelirroja se tiraba en el sofá a dormir por horas y horas o lo hacía en su recamara y las noches las pasaba en vela llorando y mirando escondida por la ventana hacía el Volga en un par de ocasiones la vio muy entrada la madrugada casi al apunto del amanecer la vio salir y sentarse frente al Volga como solía hacerlo con ella con esos vestidos largos de noche pegaba sus piernas a su pecho y las abrazaba mientras veía a la nada

- Deberías ser menos orgullosa y dejar que te explique
- No quiero hablar de eso Sash
- Pero deberías escuchar a Ya...
- Una palabra más y volveré a New York
- Bien, pero entonces deja de espiarla por la ventana en las noches - Salió molesto

La pelirroja se sorprendió y se sonrojo un poco y observo a su mamá que le sonrió maternal

- Sash tiene razón cariño
- No tu mamá, por favor
- ¿Qué puedo hacer por ti mi amor? Para que te sientas mejor
- ¿Sabes dónde puedo conseguir pastillas de amnesia? - Dijo con sus ojos anegados en lágrimas
- No podrás olvidarla así cariño, ella supo curar las heridas que otros no, y por querer ayudarte te enamoró
- Me mintió y no puedo perdonar una mentira - Dijo intentando contener las lagrimas
- Cariño un gran amor no se olvida de la noche a la mañana y tal vez no la olvides nunca, podrás andar con otros u otras, irte del país, pero sabes mejor que yo que regresaras a verla una y otra vez
- En verdad quisiera que existieran esas pastillas, no sé qué hacer la siento en el alma, me quema la piel
- Oh cariño - La abrazo
- Tengo roto el corazón mamá, y es porque me doy cuenta que al querer olvidarla la recuerdo más

La noche cayó y Lena se encontraba en su habitación llorando una vez más abrazada a una fotografía de su padre cuanto anhelaba poder abrazarlo, besarlo, verlo una vez más y disculparse por no haber estado con él en el paseo tal vez ella hubiera podido salvarlo

- Si tan solo pudiera verte una vez más papá, no sabes cuánto me haces falta ahora no sé qué hacer quiero salir correr abrazarle y disculparme por ser tan orgullosa y rencorosa pero... Sé que no servirá de nada no podremos vivir juntas jamás

Lloró hasta muy entrado el día y durmió un poco en la mañana se levantó a comer un poco a eso de las 15:00 horas y volvió a la cama observaba hacia la nada en particular en la cortina de su habitación, la noche cayo lentamente y la pelirroja en un sueño un fuerte resplandor ilumino su ventana haciéndola despertar froto sus ojos y Sash entro tras un leve toquido

- Sabes que es ella ¿Verdad?
- ¿Y qué? No saldré
- Dice que tiene algo para ti
- ¿Para mí? - Dijo sorprendida
- Si, un obsequió para ti y tu madre

La pelirroja se levantó y camino hacia la ventana la fuerte luz la cegaba y estiro la mano frente a sus ojos para taparse del brillo de la luz un poco no distinguía nada, y luego la luz se apagó por completo y apareció Yulia siendo tomada de la mano de alguien que no reconoció Lena parpadeaba acostumbrando su vista al cambio de luz a la obscuridad tan repentina, Inessa había entrado a la habitación de Lena y grito

- ¡Sergey! - Salió corriendo
- ¡¿Papá?! - Salió tras su madre

Al salir encontró a su madre abrazando a su padre y que al ver a la pelirroja le regalo una de esas maravillosas sonrisas y luego un abrazo, Lena lo abrazo fuertemente aferrándose a él como si quisiera convencerse de que no era un sueño

- Pero... Dijiste que no podías hacerlo Yulia - Dijo Inessa
- Lo sé pero es lo mínimo que puedo hacer por ustedes - Observo a Lena
- Gracias - Dijo Lena
- No es nada - Dijo viendo al suelo
- ¿No es nada? Pero Yulia esto te costará que...
- Eso no es importante, y si esto hace feliz a tu hija Sergey vale la pena el precio - Dijo Yulia

La pelirroja la observo confundida, la morena se alejó y les dio privacidad, estaba cerca del Volga que mojaba sus pies

- Perdóname papá, yo debía estar ahí contigo – Lloro Lena
- No cariño así debía ser – Le acaricio la mejilla
- Pero...
- Tu no podías salvarme, Yulia lo intento me pidió que me aferrara a la pequeña tabla que me acerco, pero mis fuerzas me lo impedían estaba agotado la escuche una y otra vez pedirme que resistiera pero me hundí cuando se me agotaron las fuerzas y ella me saco a flote dos y tres veces
- Papá...
- Es verdad Lena, yo le pedí a Yulia me dejase rendir
- ¿Por qué? – Dijo confundida
- Porque tenía una enfermedad terminal Lena, tu madre y yo luchamos por mantenerla oculta, pero estaba en la parte final por eso decidí dejar todo y venir a vivir lo poco que me restaba en casa, con mi familia y me di cuenta que no podía dejar que mi familia me viera deteriorarme era algo que no podrían resistir ni yo tampoco
- Eso no es justo – Dijo Lena
- Lo sé mi amor, Yulia me insistió que resistiera que podría mejorar y vivir un tiempo con tranquilidad y disfrutar de mi familia, pero quería que me recordaras como el hombre fuerte, feliz, sonriente y responsable que era y no como un bulto en la cama
- Eso jamás pasaría – Lo abrazo fuerte
- No es culpa de Yulia cariño, ella solo ha tratado de hacerse notar ante ti desde que era pequeña, siempre te amo y queriendo viajar a New York para encontrarte... Encontró su fatal destino
- ¿Tu sabias que ella...
- Cuando murió, Oleg me llamo y vine a despedirme de ella, Yulia y yo seguimos en contacto era como otra hija para mí, ella siempre me llamaba para saludar, felicitarme por algún éxito en la empresa o por mi cumpleaños, por el de tu madre para pedirme que te diera sus felicitaciones en días especiales para ti, cumpleaños, graduación, algún reconocimiento y demás cosas entorno a ti y me enviaba obsequios para todos nosotros, la vi a medio día en la playa sonriendo y me conto lo ocurrido pero me pidió no decir nada  

La Sombra del VolgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora