Stubborn Love. [Larry Stylinson]

Jealous.

{Louis}

Entré en mi habitación hecho una furia, me senté en la orilla de mi cama a pensar en lo que acaba de ocurrir. Estaba enojado, sí. Aunque realmente no tenía ni la más puta idea del por qué, pero en mi cabeza, el enojo tenía nombre. Sophie. ¿Quién cojones es ella?, ¿por qué de un día para otro se presenta como la mejor amiga de MI Harry, como si nada? ¿Era en serio? Estoy seguro de que es una buscadora de fama. Ugh. Además le llamó Harold, él nunca nos deja que le llamemos así, bueno excepto yo. Frunzo el ceño.

No tenía por qué desquitarme con Harry o con algunos de los chicos. Pero pensándolo bien, ¡Harry tiene la culpa! o más bien esa chica con la que estaba hoy, abrazados y él la miraba con ternura. ¿Es que tiene que ser así con todas las chicas?, ¿así de encantador?

Momento. Louis Tomlinson, estás celoso.

No, claro que no lo estoy. Sería ridículo. ¿Por qué estaría celoso?

Y pensándolo, sí estoy celoso y bastante, pero quiero creer que son celos de mejor amigo.

No tendría por qué estar "celoso", quiero decir, Harry es mi mejor amigo, es en el que puedo confiar siempre, el que no me juzgará a pesar de las cosas realmente idiotas que haga, que siempre me acompañará en todo, incluso es él quién está ahí cuando peleo con Eleanor y terminamos, es él quien me dice que luche por lo que amo, que luche para que las cosas salgan bien, siendo yo consciente de que a él no le agrada Eleanor, siempre está apoyándome. Entonces, no debería sentirme celoso y menos de una chica. No debería tampoco pensar que él me desplazará, siendo que yo lo he desplazado bastante por mi novia. Harry no es una de esas personas rencorosas y menos conmigo. Debo pedirle una disculpa, pasar algo de tiempo juntos e inventar alguna explicación lógica en el camino.

Salgo de mi habitación sigilosamente como un gato; sin embargo, silencio de la casa se ve interrumpido por una triste melodía. Harry estaba tocando el piano. No lo hacía desde hace ya bastante tiempo, y realmente era bueno. Todas las clases que había tomado le habían servido bastante. Indeciso me dirigí por el estrecho pasillo. Gracias al cielo que se me ocurrió posicionar el gran piano de cola mirando hacia la ventana, así todo aquél que toque piano, queda de espaldas a la sala y la cocina. Pensé que sería una buena idea por la inspiración ya que la ventana da a un gran árbol y unos de los mejores paisajes de la ciudad. Me alabo mentalmente por esa idea y continúo.

Miré por el umbral de la puerta que lleva a la sala y a la cocina, Harry está de espaldas a mí, por lo que me es más fácil llegar en silencio sin que él se entere. Sin medir mis movimientos, me acerco a él y rodeo su cintura con mis brazos, apoyando mi cabeza en su espalda. Noto la tensión que su cuerpo ejerce y deja de tocar. Entonces sé que es el momento para hablar.

—Lo siento. — digo a penas en un susurro, bastante avergonzado. Él agacha la cabeza y suspira. — sé que soy un idiota, perdón.

—Un gran idiota. — dice él, con una voz más ronca de lo normal. Por alguna extraña razón, hace que me estremezca. Me separo lentamente. Él se levanta y me mira curioso. — ¿estás seguro que no eres mujer?

—No, Harry, no estoy en mis días. — no puedo evitar reír nerviosamente.

Siempre sé que nuestras peleas no duran mucho, pero creo que algo cambió. Luego de calmarme, frunce el ceño y me espero lo peor.

— ¿Por qué te comportarte de esa manera?— me mira con una ceja alzada.

—No sé, me temo que tengo principios de bipolaridad. — bromeo.

—Sabes que puedes contarme lo que sea, Lou.

—Lo sé, pero cuando encuentre una razón coherente y creíble, creo que recién te informaré.