Extraño.

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{Louis}

Llegué a casa a eso de las once y quince de la noche. Miré la sala. Al menos Sophie se había ido y no había rastro de Harry. Fui hasta su habitación, encontrándolo plácidamente dormido. Cerré la puerta con delicadeza y me fui hasta mi habitación.

Encendí la luz y tiré mi ropa por todo el lugar para colocarme pijama. Definitivamente, haber escapado del departamento, utilizando a Eleanor con la excusa de invitarla a salir, no había sido una buena idea.

Algo ha cambiado en mí. No logro descifrar qué es. Creía que saliendo de casa me despejaría mentalmente, claro que no fue así, fue todo lo contrario. Repasé los sucesos de la tarde en mi cabeza. Cuando salí con mi novia, simplemente mi cabeza iba y venía de la habitación de Harry, en cómo él se lleva con Sophie y protegiéndola en exceso, eso para mí es algo extraño. Aunque si a Harry le gustase, él ya me lo hubiera dicho. Frunzo el ceño. Obviamente esos celos irracionales hicieron presencia. En la cita, veía que Eleanor hablaba y hablaba, intentando rellenar el extraño silencio incómodo que se había formado entre nosotros. La sentía distante, aún así ella seguía hablando, pero no escuchaba nada. Hubo un momento en que me asusté, porque sólo me dieron ganas de gritarle que se callara de un buena vez.

Eleanor, de todas formas, últimamente se estaba comportando extraño. Ya casi no me abraza, ni me dedica esas miradas dulces que sólo ella sabe dar. A veces creo, que mi comportamiento le está afectando. Pero de ser así, ella me lo diría. A lo mejor, le molestó cuando cancelé para estar con Harry.

Tengo que hablar con Liam. Él es el segundo que me aconseja. Ahora, no puedo decirle mi problema a Harry, porque técnicamente, él es el problema.

Oh genial. Ahora sueno como Taylor Swift. Oh, trouble, trouble.

Suspiro. Me recuesto ligeramente en mi cama, mirando al techo con mis brazos detrás de mi cabeza. Nunca había imaginado que el techo sería tan interesante. Oh, hay una mancha en forma de perrito. O tal vez es un perrito en forma de mancha. Quizá, es sólo una mancha. Unos gritos hacen que me levante de un salto de mi cama. Abro la puerta de mi habitación. Los gritos provienen de la de Harry. Sin pensar si quiera, me dirijo a paso decidido hasta allí.

Entro en la habitación, dejo que mis ojos se acostumbren a la oscuridad y lo diviso en su cama. Él se revuelve desesperadamente, repitiendo siempre la misma frase:

«No me dejes, por favor, no lo hagas.»

De un momento a otro, me encuentro encima de él, zarandeándolo ligeramente para que despierte, cosa que me cuesta mucho, el sueño lo tiene atrapado.

Hazz, por favor despierta. — digo. — vamos, despierta.

Luego de un tiempo así, él abre los ojos como platos y se siente en la cama, quedando a unos centímetros de mi cara, de la sola impresión me caigo al suelo.

— ¿Lou?— pregunta su voz ronca, observándome desde su cama, se ve desorientado.

—Harry, ¿estás bien?— me levanto del suelo rápido, sentándome a un lado en su cama.

—Yo uhm, tuve una pesadilla. — susurra.

—No digas lo obvio. — le reclamo mirándole a los ojos, él desvía la mirada mordiendo su labio inferior. Una ligera lágrima cae por su mejilla. — ¿fue muy malo?

— ¿Mis gritos no fueron suficiente?— pregunta esbozando una triste sonrisa de medio lado. Me mira y pregunta: — ¿te puedes quedar?

—Claro que sí. — digo, sabiendo que no podré resistirme.

Stubborn Love.  [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora