Señorita Black.

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Unos finos rayos de sol se filtraban a través de las cortinas dándome de lleno en la cara. Me moví ligeramente tratando de escapar de ellos, pero no logré nada al sentir un pequeño peso sobre mi cuerpo. Llevé mi vista hasta mi pecho, en donde descansaba la cabeza de Louis, su respiración era clamada y tenía sus finos y rosados labios entre-abiertos. Una vista de lo más tierna. Intenté acomodarme de nuevo, pero su firme mano estaba alrededor de mi cintura, incapacitando cualquier huída. Y ya que no tenía ninguna otra opción, me quedé observándolo dormir.

Se le veía tan pacífico, tan tierno e infantil. Sus facciones finas, sus labios rosados, un leve sonrojo en su piel acaramelada y sus ojos azules, esos ojos abiertos que...oh mierda.

—Buenos días. —dice él, sonriente. — ¿por qué me mirabas?

—Bueno...porque estás encima de mí. — excelente excusa Harry, mereces un premio.

—Oh, lo siento. — Dice separándose de mí, un pequeño nudo se hizo en mi estómago. — ¿estás bien?

—Sí, sólo que tengo hambre. — en serio merezco ese premio. Ya veo el título: "el premio a la peor excusa del año es para: Harry Styles". Me paso la mano por mi ya despeinado cabello. — iré a preparar el desayuno.

—Me iré a bañar mientras cocinas. — Anuncia, ambos nos levantamos de la comodidad de mi cama. — aunque pensándolo bien, podría quedarme acostado todo el día.

— ¡Hey!, es mi cama. — reclamé, estirándome. Lo observé volver a acurrucarse.

—Entonces, me la llevaré. — me sacó la lengua y se metió bajo las sábanas.

Sonreí, siempre es hermoso despertar así.

—Espero que cuando vuelva mi cama esté aquí. — dije antes de salir hacia la cocina.

En realidad, preparar desayuno no es la gran cosa, pero para Louis, lo es. Él, si estuviese más de diez segundos en la cocina provocaría de seguro el Apocalipsis. Louis y cocina no son la mejor combinación del mundo. Niego con la cabeza sacando dos tazas del pequeño mueble, junto con el té y el azúcar. Pongo la tetera y hago algunas tostadas, cuando unas pequeñas manos taparon mis ojos. Sonreí ante ello. Sus manos son muy pequeñas.

—Adivina quién es. — dijo Louis cambiando la voz.

—Probablemente, el gato de la vecina. — Exclamé divertido, pero al ver que no me soltaba, empecé a colocarme nervioso. — Lou, sé que eres tú.

— ¿Cómo lo supiste?— preguntó sentándose en el taburete que se encontraba en la pequeña isla de la cocina, colocó su cara entre sus manos y alcé una ceja.

—Porque sólo vivimos los dos en este departamento.

— ¿Y si hubiese sido un ladrón?

—Lou, sinceramente dudo que un ladrón me tape los ojos y me pregunte quién es.

— ¡Hey!, hay ladrones amigables.

—Te daré algo de comer antes de que empieces hablar con las paredes. — Rodé los ojos y le pasé su tasa. — hablaré con Liam sobre tu estado mental.

—Él está más loco que yo.

—Claro, como digas. — me senté y le di un trago a mi té.

—Hablando de Liam. — Empezó Lou comiendo un poco de su tostada. — dijo que pasaría a buscarnos para hacer no sé qué.

—Eres pésimo dando recados. — le saqué la lengua.

—Aún así me adoras. — movió las cejas repetidas veces. En mi estómago miles de elefantes aplastaron las mariposas y sólo pude reír nerviosamente.

Stubborn Love.  [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora