4. aveces el sol tarda en salir

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Esa relación fue como un despertar para mí, un despertar de un mundo que yo había creado para protegerme de la realidad, pero todo lo bueno tiene un final. Donde yo vivía se desató un escándalo por que supuestamente un grupo de costeños incluyéndolo a él habían manoseado a una niña de 12 años, fue tan fuerte la controversia que él tuvo que irse por donde vino, yo inmediatamente le terminé pues no sabía que creer y aunque me dolió no tuve tiempo para llorar, esta vez no lo hice.

Terminé el año escolar e inicié otro, desafortunadamente en el mismo pedazo de basura que del año pasado, esta vez me esforcé por mejorar y olvidarlo todo, mi abuela me hizo un uniforme más bonito y con una tela mejor, uno azul oscuro en la falda y el blazer, y un chaleco gris. Llegó una chica que me calló muy bien al instante, su nombre era Sara nos hicimos muy cercanas a punto de ser amigas; un día uno de los chicos del salón se acercó a ella con su celular para mostrarle algo.

-mira, es de una persona que conoces- decía él acercándole el celular a ella

- ¿Qué es? - ella preguntaba sin entender nada.

En el video se escuchan unos gritos, intenté ir a donde él para ver que era y para mi sorpresa era el video en el que aparecía cuando me enloquecí por culpa de ellos, en él se veía la manera en que sostenía y halaba mi cabello mientras gritaba con todas mis fuerzas, en mi defensa lo hice para no golpear a las estúpidas esas. No podía creer que no tenía derecho tener amigos pues buscaban la manera de mantenerme sola y vulnerable.

- ¿Por qué lo haces?, Rubén, dímelo. - lo miraba a los ojos esperando que estupidez me respondía.

-ella tiene que ver quién eres en realidad- responde otra chica que antes había mencionado, esa que sufre de verborrea.

Yo no estaba fingiendo nada ni ser nadie, simplemente quería ser normal y tener amistades como la gente normal, ¿es que acaso la gente solitaria tiene que seguir siéndolo, aunque no quiera, sólo por que otros la obligan? ¿es eso justo? Sara no se alejó de mí después de eso, los demás revivieron más rabia de la que tenían antes y me trataban de una manera fuerte, no me insultaban, pero si me ignoraban y su actitud era tosca conmigo, y aunque era algo simple me dolía y mucho ¿cuál era el motivo? Un estado de Facebook que decía "no entiendo a las personas te critican si te la pasas solo, te ven como un sapo si te les acercas, te ven hablar con alguien y se encargan de hacerte quedar mal para que te la pases solo.... pobres necesitan humillar para darles sentido a sus miserables egos ...me dan lastima". Esa definitivamente era una indirecta por la cual ellos personas santas e inocentes se sintieron aludidos.

Un día una profesora la cual quise mucho en tan poco tiempo, empezó a hablar de cómo una vez frustró un suicidio, a medida de que iban avanzando las palabras sentía que mi pecho lo habrían con un cuchillo, era un ardor insoportable e intentaba contener las lágrimas, llegó el punto en el que no podía evitar llorar, ustedes pensarán "que bobada llorar por eso " pero ustedes saben que a alguien roto cualquier cosa le duele, le pedí permiso a la profesora de ir al baño mientras me cubría la cara para fingir que me sangraba la nariz , fui corriendo al baño lo más rápido posible para no explotar ante todos, al llegar al lugar no hacía más que enjuagar mi cara en el lavamanos para poder disimular mi cara roja y las lágrimas por si alguien pasaba por ahí, no paraba de llorar y no paraba de pensar que me sentía estúpida por llorar de esa manera por babosadas como esa, lo del suicidio no era un tema que me incluyera o eso me decía a mí misma para convencerme de no renunciar tan pronto y tan "fácil".

Al regresar al salón la profesora me preguntó que sucedía, yo le conté todo incluyendo el estado que había escrito, esto llegó a oídos de la coordinadora y ella le pidió el video a Rubén, nos cambiaron de salón y nos pasaron al primer piso.

¿Tú crees en lo deseos?, Yo si... y me aferro a ellos.

Una tarde iba caminando por la calle pensando y llena de nostalgia, veo pasar un diente de león yo como de costumbre lo persigo hasta atraparlo, cierro los ojos y en voz alta pido un deseo "no pido un novio, sólo pido alguien que me guste, que sea talentoso, que despierte cosas en mí que no sabía, que me enamore cada día aun sin saber que lo está haciendo, que sus brazos sean cálidos y fuertes para que me abrace por la espalda, eso deseo.

A los dos días llega un muchacho al colegio prácticamente contrario a lo que yo había pedido, pero despertó en mí algo muy extraño, era un gusto un poco intenso, no era obsesión y mucho menos era amor, era algo que no tenía nombre. Yo le gusté a él y era un ex de Sara, y por cosas que ella me contaba se notaba que ella aún lo quería, y entré en un dilema de no saber qué hacer, no les miento, una vez nos dimos un par de picos inocentones y tímidos, pero él no me hacia la gran pregunta, igual ya no soportaba estar allí, y eso fue como si Dios escuchara mis pensamientos. Una vez fui a recoger a mi hermana de donde estudiaba y la profesora de ella notó algo raro en mí

- ¿Qué tienes? ¿te pasa algo? - me dijo mientras se acercaba a mí

- Nada.- yo trataba de esconder lo que me sucedía

- Sé que algo pasa, dímelo- me miraba a los ojos

- Enserio, no pasa nada- yo decía mientras escondía la mirada

- Te gustaría estudiar aquí- decía mientras se ponía derecha

- ¿Se puede? - pregunté un poco incrédula

- Claro, tocaría que hicieras una entrevista con la rectora y claro hablar con tu mamá- me decía bastante animada.

Eso definitivamente era una señal de que era hora de irme y renunciar ellos por que definitivamente no pude ganarle y eso me aliviaba, llegué a la casa y le conté a mi mamá, ella me entendió y le pidió aprobación a mis abuelos y finalmente aceptaron, y ese fue el mejor regalo que me pudieron dar, pero esto aún no terminaba...

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LA HISTORIA QUE SÓLO TÚ Y YO SABEMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora