Capitulo 8

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Era Jueves, a penas habían pasado tres días de la semana desde que llegó el nuevo y ya no soportaba ir al trabajo, mejor dicho ya no soportaba a Arwin. Todos los malditos días haciendo bromas pesadas o diciendo comentarios fuera de lugar, claro que como el ser humano que soy yo no lograba aguantarlos y sólo le decía que ya me había hartado de su repugnante voz.

Pero tenía que acostumbrarme a él, ¿no es así? De todos modos trabajaré con él de ahora en adelante y por lo que veo Lance no se le ha pasado ni se le pasará por la cabeza la idea de despedir al odioso de Arwin porque al parecer él es bueno en lo que hace... aunque parezca mentira.

Mi papá me ha dicho que sea paciente y que recordara que todo tiene un final. Desgraciadamente no podrá seguir apoyándome en un largo tiempo pues está a punto de irse a Nueva York otra vez. Me ha sorprendido la noticia pues apenas va a cumplir el año desde que llegó.
¿Cómo me lo tomé? Mal, francamente me lo tomé mal. No quiero que se vaya, no otra vez. Por mi preferiría que renunciara a ese sucio trabajo y buscara otro en Inglaterra. ¿Por qué no ha querido cambiar de trabajo hace años? Puede sonar que es poco tiempo el que pasó sin mi papá pero no lo es.

¿Qué le ofrecerá ese trabajo que no ofrezca alguno otro de aquí?

Aún no se lo notifican a Jodie y sé que cuando lo hagan, ella se desbaratará porque ella depende mucho de mí papá.
Sé que ella es fuerte, y con con mi apoyo también sé que saldremos adelante.

Fuera de eso todo es cotidiano, sigue siendo aburrida y sin novedad alguna. No aguanto el trabajo, no aguanto a Arwin, no aguantaré la partida de mi padre y mucho menos he superado la partida de Harry, pero es algo de lo que estoy completamente segura que superaré. Siempre lo hago.

Tal vez Arwin tenga razón, tal vez quiero pretender ser muy madura...
No... El querer superar a alguien y no pasarla llorando todas las noches no significa que me quiera hacer madura, sólo no quiero que me afecten ni que me tome mucho a pecho las cosas... ¿o sí?

—¡Hey, Jal! —la próxima chica en cumplir años me sacó de mis pensamientos— ¿Entonces puedo contar contigo para mañana?

—Claro, ahí estaré —sonreí amablemente.

—No olvides tu regalo —bromeó para después girar sobre sus talones y hacer lo que hacía antes; trabajar.

—Por su puesto que no —dije lo suficientemente alto para que me pudiera escuchar.

¿Qué le regalaría?, ¿un oso de peluche? No, demasiado infantil. ¿Ropa? No sé su talla y siempre he sido muy mala calculando eso, y además, es algo muy poco original.

Recuerdo que cuando fue el cumpleaños de Jodie le compré una blusa demasiada linda, pero al probarla, parecía como si fuera la parte superior de la ropa interior.

¿Un Buchanan's? Definitivamente no. ¿Alguna clase de accesorio? No me convence.

¿Cupones de descuento? ¿En serio tuve esa idea? Que estupidez.

Lo pensaría luego ahora tengo que trabajar.



       (**)






Ahora que veía la situación, tenía que haberlo pensado antes, ahora me encontraba desesperada buscando una regalo prudente para satisfacer sus gustos. Quería que le agradara.

Caminaba de tienda en tienda, primero entré a una tienda de joyas y nada me pareció lo suficientemente bonito ni tampoco lo suficientemente accesible económicamente.
Después busqué en una zapatería pero era más que obvio que no podría comprarle algún calzado pues ni siquiera sabía si le quedaría. Además de que probablemente terminaría gastándome el dinero en un par para mí, pues siendo sincera, me hacen falta unos en extremas necesidades.

Never Enough | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora