Capítulo 17. "Esta es únicamente para ti"

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Hoy es mi primera cita con Justin y también es el día internacional de la pizza.

No sé por qué estoy más emocionada... Si porque hoy comeré una deliciosa pizza o porque saldré con Justin en una cita. ¿Quién se imaginaría que yo, Keely Tolley, aceptaría salir con un tipo como Justin? No es que él sea un patán o algo por el estilo, sino que nadie se lo imaginaría. Soy la chica más antipática de toda la escuela, esa que no habla con todo el mundo y que le encanta la música “para chicos”, según esta estúpida sociedad. Pero nunca me ha importado lo que digan o piensen sobre mí, ellos no significan nada para mí. Justin lo ha aceptado y ya no me molesta más con el tema.

Pensándolo bien... Lo utilizó como una excusa para acercarse a mí.

Esbozo una tonta sonrisa y niego con la cabeza, mirándome al espejo por última vez. Me he puesto algo bastante sencillo; jeans negros, top blanco, converse bancos y una chaqueta del mismo color que mis pantalones, y muy poco maquillaje, obviamente. Sólo me gusta pintarme los labios, encresparme las pestañas y ponerme delineador. A Justin tampoco le gustan las chicas que usan cien kilos de maquillaje en el rostro. Recuerdo que lo mencionó en una de nuestras tantas conversaciones. Hemos hablado de muchísimas cosas que ahora mismo no recuerdo bien, de todos modos esos recuerdos están grabados en mi cabeza.

Finalmente escucho el timbre sonar y una oleada de nervios me recorre el cuerpo.

—¡Keely, mi niña, ya llegó tu novio! —grita mamá desde la planta baja.

Maldigo en voz baja y ruedo los ojos. Ojalá que mi papá no haya escuchado nada o me hará un interrogatorio sobre Justin.

—¡Bajo en un minuto! —grito de vuelta.

De repente, mi molesto hermano entra a mi habitación sin permiso.

Uh, lo odio.

—Eh, fea, ¿Bieber es tu novio? —alza una ceja, mirándome curioso—. No sabía que podías llamar la atención de un tipo como él.

—¿A ti qué te importa? —lo miro mal—. Yo no me meto en tu patética vida y no opino sobre la puta de tu novia, así que no te metas en mis asuntos. Gracias.

—Mi novia no es puta —escupe, molesto. Yo sólo lo ignoro—. Eres una estúpida, Keely.

Me lanza un zapato y sale molesto de mi habitación, no obstante, corro hacia la puerta y le pego con una almohada.

—¡Vete a la mierda, imbécil! —le saco el dedo del medio y corro escaleras abajo mientras me río como psicópata. Él me mira como si quisiera matarme y cuando está a punto de correr hacia mí, abro la puerta y le guiño el ojo antes de cerrarla—. Esta noche no dormirá, lo juro. Buscaré una rana y se la pondré en...

—¿Quién no dormirá esta noche, pequeña bee? —me volteo al escuchar su sexy voz. Me sonrojo de la vergüenza y le sonrío—. ¿Acaso piensas matar a alguien? —se burla.

—Sí... Creo que mataré a mi hermano, pero eso no importa —suelto una risita—. Perdón si te hice esperar.

—Recién acabo de llegar —sonríe—. Oh, por cierto, te ves preciosa.

Muerdo mi labio inferior y una sonrisa estúpida aparece en mi rostro.

—Tú igual te ves muy bien —le guiño el ojo, tomándolo de la mano—. Bien... ¿A dónde me llevarás?

—Es sorpresa —me pega a su cuerpo—. ¿Qué esperas?

—No tengo idea —tío, encogiéndome de hombros—. Pero estoy segura de que me sorprenderás.

EminemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora