Jueves, 24 de diciembre

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Querido diario, ¡Cuánto tiempo! No te escribo casi nada aunque tampoco han pasado muchas cosas nuevas en mi vida desde la última vez que te escribí, chicos pidiéndome salir y yo diciéndoles que no, Abril haciendo el memo, como de costumbre (ya la hemos excluido mis amigas y yo del grupo, estamos muy hartas de ella y ahora está más sola que la una y se lo merece), y hoy es nochebuena y esta mañana cuando me he levantado me he encontrado con el panorama siguiente:

Yo bajando las escaleras de mi casa como cualquier día normal para ir a la cocina a desayunar y mi hermano Edu se ha puesto en medio súper histérico diciendo que no vaya al salón porque no me iba a gustar lo que había allí. Lo primero que me ha venido a la mente ha sido los regalos de Papá Noel, pero eso es mañana y tampoco se tendría que poner así por eso, por lo que no tenía ni idea de por qué no quería que fuese al salón y he pasado de él. Total, que yo con mi pijama divino de la muerte de Mickey Mouse decidí ir al salón a ver lo que no me iba a gustar supuestamente, pero primero fui a la cocina a desayunar.

Cuando llego a la cocina está Alexandra terminando de desayunar, y tambíen me dice la enana que no me acerque al salón, que no me iba a gustar nada que había allí. Yo ya me estaba poniendo nerviosa y pregunté dónde estaba Lucas,  nadie me contestaba y me imaginé lo peor. 

Cuando terminé de desayunar decidí ir por mí misma a ver qué era eso que no me iba a gustar nada, y ¿Qué pasó? Que mis dos hermanos idiotas empezaron a cogerme de la pierna o sea flipo, y nos ves por el pasillo de la casa arrastrandome y ellos detras sujetándome la puñetera pierna.

Bueno, el caso, cuando POR FIN llegué al salón me encuentro a Lucas con un chico ¿Y qué chico era? COMO NO, HUGO. 

Juro por mi vida que poco me faltó para coger sus dos cabezas y estamparlas hasta que los duriesen lentamente entre terrible sufrimiento, mis otros dos hermanos me miraban con cara de te lo dije, pero yo como soy tonta pues no les hice niu puñetero caso y hala ahí me lo encuentro. Lucas luego por la tarde me pidió perdón como unas 2000000000 veces, pero me pareció un poco feo lo que hizo, y también Hugo es gilipollas perdido, o sea, se me pone a sonreír y yo en plan ehhhh vale chaval.

En fin diario, ahora Hugo no es tan importante para mí, creo que por fin estoy empezando a olvidarle porque como que me cae mal jajajajjaja.

Te quieeroo!!


Diario de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora