Capítulo 5.

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Capítulo 5.

El sonido del agua cayendo se detuvo y Nick se apresuró a dejar el cuaderno donde debería estar si no hubiese sido revisado por él. Cassie salió del baño envuelta en una gran toalla blanca y descalza, con el cabello goteando pequeñas lágrimas de agua.
La preocupación de Nick por actuar normal para no ser descubierto en lo que había estado haciendo se fue al diablo el verla así, muy tranquilamente atravesando la habitación. Su boca se abrió en una perfecta "O" que hizo caer levemente su quijada, y él mismo no podría haber asegurado si fue porque lo que iba a decir murió en sus labios o por la sorpresa de verla así tan... tan inapropiadamente vestida. Cuando finalmente pudo hablar, lo que dijo sonó estúpido incluso a sus oídos.

—¡Cassie estás en toalla!

Ella lo miró condescendiente, haciéndolo sentir como un niño tonto.

—Eso es evidente. Acabo de bañarme, y antes de que digas alguna tontería, si no hubieras invadido mi habitación yo estaría cambiada.

Él frunció el ceño ante el regaño, pero volvió a la carga.

—Estás descalza, podrías enfermar si tomas frío.

Cassie tomó algunas cosas del armario.

—Veo que estás tomando tu tarea de niñero muy en serio. Le dije a mamá que no debía llamarte, soy lo suficientemente adulta.

Nick alzó una ceja algo divertido.

—Sí claro, si no me quedara contigo, de seguro aprovecharías para ir con ese peluquero que te odia y acabarías con el cabello color arcoiris.

Cassie rodó los ojos y regresó al cuarto de baño. Nick dejó caer la cabeza pesadamente en las almohadas de nuevo, un suspiro de frustración escapó de sus labios. «¿Por qué la vida se empeñaba en llenarlo de preocupaciones?» Y aún no le había dicho a Kira que debía cuidar a Cassie...

Un suave perfume a jazmin inundó sus fosas nasales, volvió la cabeza hacia la cama, la almohada de Cassie despedía ese aroma, aspiró con fuerza y cerró los ojos «Es adictivo», pensó. Pero sus pensamientos se cortaron, empeorando inconscientemente su panorama mental, cuando sus ojos se encontraron con la figura atravesando la puerta. Cassie estaba cambiada, un vestido color crema, sin mangas y hasta las rodillas, la vestía. Se quedó estático como si hubiera sido congelado en el momento sin que se diese cuenta.

—¿No dirás nada? Un "Te ves bien" por mera cortesía no estaría mal, ¿sabes? —ella lo estaba regañando sin ningún tipo de vergüenza, como siempre—.

—Ehh...Te ves más que bien Cassie, por fin usas un color claro, de niña buena —bromeó para distraerse él mismo con sus palabras—.

Ella lo miró casi a punto de voltear los ojos.

—Gracias, supongo —dijo, caminando hasta sentarse en su mueble tocador para peinarse en cabello con un cepillo redondo. Se lo había alisado un poco y caía libremente por su espalda—.

Nick se sentó en la punta de la cama, apoyando los codos en las rodillas, sus piernas abiertas, y entrelazando los dedos de ambas manos.

—¿A dónde vas? _preguntó mirándole fijamente la espalda—.

—Iré a cenar — respondió la rubia con naturalidad—.

—¿Con el tal Michael? —preguntó Nick, comenzando a sentir como la molestia en su estómago se agravaba— ¿De dónde lo conoces? Espera... ¿Por qué nunca me hablaste de él?

Cassie se volteó a mirarlo alzando una ceja y con una amplia sonrisa.

—¿Recuerdas que te dije que no te tomes en serio el encargo de mi madre? Pareces un viejo —se burló de él—. Sabes bien que puedo cuidarme sola, incluso mejor que tú. Lo conocí antes de terminar la escuela.

Nick palideció, pero rápidamente contestó.

—Me preocupo por ti —aseguró—. No quiero entrometerme, pero sabes que es peligroso andar por ahí con desconocidos, DIVISION está tras nosotros siempre y él podría ser... —no logró acabar la frase porque ella le interrumpió—.

—¿Uno de ellos? Por favor Nick, no exageres —resopló, mirándolo con altanería—. Si así fuera, ya lo habría visto.

—No siempre lo ves todo —afirmó algo molesto, recordando las imágenes en el cuaderno—.

—Pero mi madre sí —rebatió la rubia al notar cierta hostilidad en el tono de voz de Nick. El volteó los ojos en una actitud infantil, sabiendo que discutir con ella era inutil, y ella comenzó a maquillarse como toque final a su imagen—.

—Cierto, pero... ¿Cassie te estás maquillando?

—Es lo que hago.

—Pero... pero ¿No crees que es demasiado? —Él sabía que no, pero algo le molestaba y no entendía, ni quería saber qué era. Pero lo cierto era que a cada segundo que pasaba ella se veía más y más bonita—. Si, si. Lo sé, eres una "adulta" —entrecomilló la palabra haciendo un gesto con los dedos, burlándose. Sin embargo, antes de que pudiera contestar algo, el timbre de la casa sonó—.

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