II. Una luz al final del túnel.

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Dios, el dolor es muy fuerte, intento hacer ruido para llamar la atención de mi hija, pero se enojo, y le subió el volumen a su música... Nunca me esperaba morir de esta manera....

Mi visión cada vez es mas borrosa, todo se torna negro en cuestión de segundos.

No de donde estoy, ni que hago aquí, lo que si se, es que puedo observar una luz al final de este túnel, espero los mitos no sean falsos.

Me encuentro demasiado cerca de esta luz, no se a donde conduzca, pero no parece nada malo.

Cuando de repente, una voz me comienza a hablar:

-Ohh, Jaime! Jajajaja, un placer verte por acá!

-Q... Quien eres?

-Que no es obvio?, soy el guardián de el paraíso, y mi deber es verificar tus acciones, antes de poder entrar.

-Bueno, si, era algo obvio, pero uno no muere todos los días, sabes?

-Jajajajaja, lo sé mi querido Jaime, lo sé. Pero hay que dejarnos de chistes, y ver tu vida...

-Me parece excelente, no creo que haya ningún inconveniente.

-Valla, pero que tenemos aquí? Si su vida fue perfecta en todo...

-Jejeje, lo sé nunca quise ser de esas personas que...

-O casi todo...

-Q... Que pasa? Hay algo malo en mi vida?

-Ohh, cuanto lo siento Jaime, según leí, te dio mucha rabia que el amigo de tu hija no sea lo que esperabas...

-P, pero eso es aceptable, no? Yo solo quería proteger a mi pequeña.

-Llega a ser aceptable, sí pero tu le tenias rencor, y no cualquier rencor, lo odiabas con toda tu alma... Lamento decirte que si eres rencoroso, no podrás entrar al paraíso eterno.

-Pero señor, yo...

-Pero qué tenemos aquí? Justo unos segundos antes de que murieras, te arrepentiste por no poder despedirte debidamente, y tener conflictos con tu hija.

-Entonces, si podre entrar?

-No exactamente, pero si podrás corregir tu error

-Es como reencarnar? Pregunté

-Si es algo así... Pero no lo digas así que eso es de... Otras religiones.

-Ohh, ya veo, bien pues, si necesito eso para entrar, estoy dispuesto a hacer lo que sea, cuando empiezo?

-Valla tienes prisa? Pues bien, no te preocupes, en unos momentos empezamos. El señor sonrió, cerró su libro y...

Desperté.

Una Lección De VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora