범죄 slaughter -➽[TG&YB&YK]

03-07 -➽[THREE]

El preso número 2047 B  se encontraba listo y ávido de saborear la libertad.

Se había puesto un antiguo traje oscuro, una camisa de un blanco amarillento y muy arrugada tras haber permanecido veinte años en el fondo de un cajón, e incluso una corbata que le quedaba demasiado corta para su gusto, salpicada de manchas. Sus gastados zapatos también demandaban atención, quejosos por no poder descansar de su uso de una buena vez.

Con aquella imagen, parecía un payaso obligado a dar su última función, para luego tener que jubilarse.

Sus pensamientos se esfumaron al escrutar atontado las hojas muertas que revoloteaban sobre la acera, transportadas por una brisa ligera.

De algo se encontraba seguro, sería la última vez que se vestiría de esa forma.

Tan solo unas horas bastaba para tener nuevamente la fortuna entre sus dedos.

Para que se encontrase con él.

— En resumen. Choi recuperará su libertad después de treinta años de reclusión. ¿Por qué ha esperado tanto tiempo? Habría podido deshacerse de él mucho antes. ¡Resulta mucho mas fácil liquidar a alguien en prisión que en la calle!

X, accionó la palanca que activaba el motor eléctrico de su silla. Los neumáticos de caucho chirriaron sobre las losas de mármol. Le dio la espalda.

— Preferiría no responder a esa pregunta, aunque sabía que me la haría. A decir verdad, no quiero que le mate a él. Al menos, no por ahora. Ya le matará más tarde, aquí, delante de mí. Le pediré una muerte lenta. Sentiré un gran placer ante ese espectáculo. Pero antes quiero que le vigile, y que encuentre a su amante. A su antiguo amante; a Choi Soo-bin.

— Lo que me pide es bastante inusual — señaló—. Es un trabajo de filigrana, por así decirlo, y no podré llevarlo a cabo solo. Eso supondría contratar a un pequeño grupo de confianza. Todo eso implica dinero, mucho dinero. Es posible que el mío sea un oficio muy arriesgado, pero me gustaría trabajar con garantía de seguridad.

— El dinero no es problema, usted limítese a presentar la factura. Ha oído bien: la factura, no el presupuesto — dijo entre risas.

— Trato hecho — accedió él, estupefacto.