Capítulo 2: La reunión de los Ocho Reyes

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 Ator, el rey de Garthe estaba sentado en el asiento del centro de una mesa. La mesa era de madera de roble, y tenía forma de media luna. Él tenía una barba cuidada pero que mostraban sus primeras canas. Pelo largo y de color negro, entrecano. Cejas anchas. Ojos marrones claros, y arrugas en la frente a causa de la edad. Llevaba una corona de oro, con piedras de esmeralda y zafiro a su alrededor, y una túnica roja, que representaba el color de su familia.

A su izquierda estaba sentada la reina, Sleia. Tenía el pelo castaño y rizado, lo llevaba recogido. Cejas  finas y los ojos grandes y verdes. Labios rojos, como el jazmín y nariz redondeada. El cutís liso. Era bastante más joven que el rey.  Llevaba puesto un camisón rojo con adornos dorados.

Poco a poco empezaron a llegar los invitados. El primero fue el rey de Erdiata, Holven. Delgado de cuerpo, bastante bajito, rubio y con el pelo corto. A pesar de ello, era una de las personas más inteligentes de la época, y estaba al mando del ejército más numeroso. No era el más poderoso, pero era bastante peligroso bajo sus tácticas.Conocía el arte de la Oratoria. Con él podía hacer que tanto personas como animales hiciesen cosas que no querrían. Con él, se podía comunicar con animales. Llevaba una túnica azul adornos plateados, y un gorro de lana a conjunto. Las tierras de Erdiata eran muy frías durante todo el año.

Tras él, llegaron cinco reyes más, que realizaron una reverencia como saludo y tomaron asiento. A la izquierda de Ator estaba su esposa, la reina, y al lado de ésta se sentaron Trôpius, Fred y Lorum, reyes de Sytyliko, Beloli e Inbernal. A la derecha del anfitrión se encontraba Holven, y tras él, Tortum y Vinizer, reyes de Syola y Envenius.

Todos se encontraban en silencio, esperando al séptimo y último invitado. Al octavo rey, Engyl, de Qüiguer. Ator se tocaba la barba y miraba el cáliz que tenía a mano izquierda. Los demás se miraban entre ellos preguntándose  << ¿Qué hacemos aquí? ¿Para qué nos ha llamado Ator?>>.

—Bien. No esperaremos más —dijo Ator ofuscado—. Os he llamado porque… —Se detuvo.

Entonces las ventanas empezaron a moverse a causa del viento que se había levantado. La madera empezó a chirriar. Y un ventanal se abrió. Las cortinas rojas se desplegaron y tras ellas apareció una figura. Levitando. Era Engyl. Llevaba una camisa blanca y un pantalón gris. Pelo largo y blanco, una fina y corta barba bien cuidada. Era uno de los pocos artistas del viento. Y siempre alardeaba orgulloso de ello. Utilizaba sus artes siempre que podía. Incluso en situaciones en las que el “Código Ancestral” lo prohibía.

—¿Ibais a empezar la reunión sin mí? —Preguntó con tono de superioridad, mientras mostraba una amplia sonrisa.

—¿No sabes entrar por la puerta verdad, Engyl? —Le respondió con otra pregunta Ator. Fred soltó una carcajada bastante sonora, que hizo desaparecer cuando vio la mirada que le echó Engyl.

—Encantado de volver a verte, Ator. ¿Puedo dejar la capa el algún lado? —Dijo mientras se la quitaba.

—Claro, como si estuvieras en tu casa —respondió el rey de Garthe.

Engyl se quitó la capa, y la hizo levitar hasta llegar al perchero. Tomó el asiento que faltaba y puso los pies sobre la mesa. Mostrando así las botas de cuero negro y los calcetines deshilados.

—Amigo, ¿para qué nos has traído hasta aquí? —Dijo con todo el desparpajo posible Engyl— ¿Cuál es la causa de esta reunión? —Concluyó, y todos miraron a Ator.

—¡Sí! ¡Eso! ¿Para qué nos has llamado? —Gritó Vinizer poniéndose de pie—. Tenía asuntos importantes en mis tierras. Espero que sea lo bastante importante para que me hayas interrumpido.

—¡Callaros! —Bramó Ator golpeando la mesa a la vez— ¡Y tú, Engyl! ¡Quita los pies de encima de la mesa! —Ordenó.

Engyl bajo los pies, y se sentó correctamente. Los demás le imitaron y miraron expectantes a Ator.

La Ruta de los Caídos (Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora