Capítulo 6: Shock.

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Undash caminaba en el ala derecha de la formación. Delante iba Sell, una rastreadora, llevaba una camisa vieja beige, cinturón marrón oscuro de hebilla plateada, un macuto a la espalda, pantalones y botas marrones, algo más claras que el cinturón. Caminaba elegantemente, y parecería totalmente una ciudadana corriente. Cara redondeada, labios finos y ojos grandes. Era ancha de hombros, y tenía una cintura que marcaba bien la curva. A la izquierda, Undash tenía a un joven guerrero, Flinn, algo más bajo que él, aun así bastante alto, y bastante ancho, llevaba una capa, y bajo ella pantalón negro y camisa verde clara, con la capa ocultaba su mandoble. Y tras ellos Milt, un rastreador de ojos rojos, era un habitante de Beloli, profesionales del rastreo, sus genes les hace tener una muy buena vista, normalmente cien veces mejor que la de cualquier otro humano. Y su sentido del oído era espléndido. Llevaba también una capa, esta de color gris, y la capucha medio puesta, dejando ver parte de su pelo pelirrojo. Era muy delgado, su delgadez le hacía parecer más alto de lo que realmente era.

Seguían el aburrido camino, hierba a los lados, pocos árboles, caseríos y animales domésticos de vez en cuando. Al rato se oía ladrar a algún perro o el mugido de alguna vaca. Siguieron la marcha, lo más rápido posible. Llegaron a Ostham tras dos días caminando.

Buscaron una posada donde pasar el día planeando hasta donde llegarían y demás. Y donde dormirían. Pasearon por las sucias calles, y cerca de una posada Undash chocó con un muchacho, de una estatura menor que la de él, llevaba una capa larga y negra, pero la capucha sin poner. Iba acompañado por tres más, y uno de ellos parecía ser una mujer. Aunque Undash apenas lo apreció, ya que ni se molestó en mirar hacia atrás, tan solo miró de reojo y ni se fijó.

Se tocó el costado, que le empezó a doler unos segundos después, el leve choque le había hecho daño, y no se lo podía ni creer. ¿Cómo le podría haber hecho daño aquel muchacho?

Entraron en la posada, se sentaron, y pronto llegó la camarera.

–¿Queréis tomar algo? –preguntó con una amplia y alegre sonrisa.

Undash se levantó de la mesa y se dirigió hacia la barra. La camarera le miró extrañada, arqueó las cejas y volvió a mirar hacia la mesa. Milt y Flinn pidieron aguardiente. Sell no pidió nada, puso la excusa de que se encontraba mal, aunque el verdadero motivo era que no quería gastar dinero. La camarera tomó nota y se fue, caminando alegremente, como si le gustase su trabajo.

Undash volvió a la mesa y explicó la conversación que había tenido con el dueño de la taberna: los mismos clientes de siempre, aunque por lo visto, había atendido a unos forasteros que no había visto nunca, se quedaron a dormir por un accidente, y se marcharon, poco antes de vosotros entrar. Eran tres hombres y una mujer.

Milt estuvo de acuerdo, porque se dio cuenta de que uno de ellos era una mujer, aunque no pudo apreciar su cara debido a que llevaba la capucha puesta, pero describió perfectamente lo que vio. Undash recordó el choque que había tenido con uno joven, que llevaba capucha, pero no se fijó en quien más le acompañaba. Esa mujer podría ser perfectamente Nera.

Se tomaron la bebida y discutieron que iban a hacer. Undash decidió que deberían despertar temprano y seguir un poco más el camino, por el bosque del Treel, y volverían a medio día hacia Trevan, conocida como ‘El Castillo’.

Alquilaron tres habitaciones, una para Sell, que no estaba dispuesta a compartir habitación con algún hombre. Undash estuvo de acuerdo y la apoyó. Y se alquiló otra habitación para él, mientras que Flinn y Milt alquilaron una de dos camas.

Subieron pronto a las habitaciones para descansar, pero Undash se quedó en la taberna tomando copas con el camarero mientras hablaban de los tiempos. De lo difícil que era llenar la taberna.

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2014 ⏰

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