Capítulo 7
En el transcurso del día jugamos futbol, baseball, los equipos obviamente eran hombres vs mujeres. En mi turno de bateo Christine cubría tercera base, cada segundo volvía a verla y ella sonreía divertida.
-¡NO LO VEAS!-gritó una de sus tías.- ¡QUIERE DISTRAERTE!
-¡Christine no ignores al hombre que amas!-contraatacó su padre.
Ella fingió ignorarme y yo pretendí que sabía jugar baseball. En mi tercer intento el bate tocó la pelota, línea entre primera y segunda.
-¡CORRE!-la escuché gritar.
-¡CHRISITNE!-exclamaron las demás mujeres.
Corrí con velocidad puesto que la chica que cubría jardín derecho lanzó a segunda quien de inmediato la lanzó a Christine pero yo ya estaba en base con ella entre mis brazos a centímetros de sus labios.
-¡OH POR FAVOR ESA JUGADA DEBE DE REVISARSE!-exclamó una de sus primas.
Ambos reímos como bobos para luego anotar la décima carrera gracias a un elevado de sacrificio de Charles. Como era de esperarse les ganamos 15 carreras a 3 y después de ese día me obsesioné con ese deporte.
Cuando cayó la noche los demás se despidieron y se retiraron a sus habitaciones, Owen cayó vencido sobre mi pecho, Richard dormitaba en el jardín de la casa y Charles daba una consulta médica vía telefónica.
-Eres hermoso.-le escuché decir encontrándome con su mirada cargada de ternura.
Pude reconocer que en mí miraba algo más, cargar a su hermano en brazos mientras dormía la hizo ver a futuro.
-Tú lo eres.-dije mientras dejaba al niño sobre su cama.
-Que descanses.-susurró besándome
-Hasta mañana mi amor.-dije apresándola entre mis brazos, la dejé entre la pared y mi cuerpo mientras me apoderaba de sus labios.
-¿Cómo haces para dejarme sin aliento con sólo un beso?-interrogó jadeante.-Nunca me había pasado.-dijo con intensidad en su mirada.
-Eso-dije besando su cuello.-Es algo-añadí acariciando suavemente sus labios con los míos.-Que sólo un verdadero hombre puede lograr.-añadí besándola con pasión dejando que mis manos exploraran su cuerpo.
-Buenas noches.-dijo separándose de mi entre risas. Cerró la puerta y opté por tomar una ducha, la ambiente estaba demasiado caliente.
Pasada la media noche daba vueltas en mi cama sin lograr dejar de pensarla así que decidí entrar en su habitación. Salí sigiloso para no hacer ruido cuando me disponía abrir su puerta ella apareció ante mí.
-¿Dónde vas?-pregunté embelesado al verla usando una diminuta pijama.
-Iba por ti.-respondió atrayéndome hacia ella.
La cargué entre mis brazos mientras nuestros besos se volvían apasionados, sentí sus piernas alrededor de mi cintura, nuestras pieles ardían, las respiraciones eran jadeantes.
Desnudé poco a poco su cuerpo mientras ella hacía lo mismo conmigo, besaba mi pecho con mucha delicadeza provocándome pequeñas cosquillas.
-Cuantas horas de gimnasio.-susurró sobre mi piel enloqueciéndome mucho más.
Acaricie cada rincón de su cuerpo, adoré cada centímetro de su piel, no me apresuré deseaba todo el tiempo del mundo para hacerla mía.
La escuché jadear contra mi pecho, la sentí explotar de placer, su mirada se quedó fija en la mía mientras los movimientos de nuestras caderas incrementaban, me hizo suyo y yo la hice mía con cada beso, caricia, cada jadeo sobre nuestros cuerpos. Nos dedicamos sonrisas sin separar nuestros labios, cada centímetro fue explorado y amado.
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Recuerdos de un Mañana.
RomanceNathan East es un hombre poderoso y exitoso, el abogado más respetado de Vancouver. Su pasado pasado lo volvió un hombre ajeno a los compromisos, aventuras de una noche es lo suyo. Un día cuando menos lo espere la vida le dará la oportunidad de camb...