Canción 5: One More Piece

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—¡¿En serio?! ¿Aún no ganas?

Suspiré.

—No. Dijo que no sería tan fácil, tengo que competir con otros dos semi-finalistas.

—Vaya... —susurró pensativo—, ¡entonces sólo tienes que derrotarlos a todos y ya!

—E-eh, no es tan fácil como parece. Pueden ser mucho mejor que yo y además la experien...

Fui interrumpido por un golpe en la barra de madera.

—Sólo acaba con todos, gana y no dejes que nada te distraiga—. dijo Toshio como si fuera la cosa más obvia del mundo.

Les sonreí incómodo, pero agradecido. Aunque fueran un dúo algo curioso, eran los amigos con los que más tiempo había pasado. Toshio, a pesar de mostrarse impasible y algo temible, es amable a su modo, aunque debo admitir que yo estaba completamente nervioso la primera vez que hablamos, y es que fue una gran sorpresa para mí que me admitiera cuando hice la entrevista de trabajo con él (tuve pesadillas gracias a ese momento), ya que pensé que no podría laborar en un lugar así debido a mi poca habilidad social, pero aquí estoy, gracias a Toshio.
Por otra parte está Yoshimi, tan animado como siempre, él me recibió con los brazos abiertos desde el primer día, sin dejarme ni un momento solo (algo incómodo cuando entraba al baño junto a mí) y siempre tratando de que me sienta bienvenido. De verdad estoy muy agradecido con ellos.

De repente, la puerta se abrió de golpe, la campanilla colgada a ésta sonó muy fuerte y unos pasos muy veloces recorrieron casi todo el local. Era un individuo que no se dejó avistar muy bien hasta llegar a una mesa en la esquina, alejada de las otras.

Era un chico, usaba lentes y parecía agitado, su respiración alterada y su cabello desordenado me indicaron esto, además de que miraba alrededor, bajando la mirada de vez en cuando.

—Bueno, a trabajar.— ordenó Toshio volviendo a su puesto de trabajo mientras Yoshimi suspiraba por la nueva llegada de más personas al local.

Decidí comenzar por la persona que había entrado primero.

—Hola, bienvenido a...

Me detuve en cuanto vi quien era.

—¿Kaede-san? —pregunté desconcertado.

—Shhh... —me tapó la boca— ¿Cómo descubriste que era yo?

Retiré su mano y respondí.

—¡Oh, vamos! Sólo usas lentes, no fue difícil.

—La mayoría de personas no me reconoce con este disfraz—susurró pensativo—. Como sea, no digas que estoy aquí.

—Sí, sí —respondí, restándole importancia. Cómo si fuera tan malo para hacer eso.

—Ay, no —miró la entrada frunciendo el ceño.

Seguí su mirada y me encontré con dos chicos, el más bajo señaló una mesa vacía y se dirigieron a ella.

—Hum... Todos se ven ocupados —dije, viendo que no había nadie disponible. —Supongo que los atenderé yo.

Apenas di un paso y el divo ya me estaba deteniendo.

—No puedes —dijo de golpe.

—¿Y por qué no? —pregunté algo irritado pero sin perder la compostura de buen mesero.

—Porque... Bueno... ¡Aún no tomas mi pedido!

—Ah, claro, cómo me pude olvidar de eso —rodé los ojos—. ¿Qué desea ordenar en esta agradable tarde, señor?

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⏰ Última actualización: May 02, 2019 ⏰

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