Capítulo 10

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Louis se encontraba dando vueltas sobre su cama, intentando conciliar el sueño, cosa que le era imposible. Ni arriba, ni abajo, ni en el medio. Nada. Ni cambiando la posición de la almohada podía dormirse. Minutos atrás había escuchado golpes, provenientes del cuarto de sus padres, pero no sabía si en realidad eran golpes o se había caído algo. Intentó convencerse con la última opción. Estaba muy abrumado. Demasiado para su gusto. Él sabía que algo andaba mal, pero no puede averiguarlo con facilidad. Después de ver a su hermana Felicite con aquellos golpes, supo que algo le pasaba. Ella actuó muy rara, y su mirada estaba apagada. Ahora se encontraba sentado en el borde de su cama, con sus codos en sus rodillas y sus manos iban de arriba hacia abajo estrujando su cara con desesperación y ansiedad.

Miró el reloj que estaba sobre la mesita al lado de su cama, 2:38 de la madrugada. Miró hacia la ventana y pudo ver el reflejo de la luna en ella. Suspiró pesadamente y decidió ir en busca de un vaso de agua.

Al bajar las escaleras una pequeña iluminación lo alumbro de repente, y lo obligo a asomarse por la ventana del salón topándose con la vecina que, aparentemente, acababa de llegar.

Cerró la cortina y siguió su camino a la cocina. Luego de tener el vaso de agua en sus manos, se dirigió hacia la sala. Se dirigió al cuarto de estudio de sus hermanas. Entrando se encontró con un gran escritorio color madera, una estantería llena de materiales escolares y varios juguetes desordenados por el suelo. Se dirigió a la silla que estaba junto al escritorio y se sentó. Cogió un lápiz y una hoja de papel. Sin saber que iba a hacer con ambos, empezó a dar vueltas en la silla mientras movía el lápiz de un lado al otro en el aire.

Pronto una voz lo hizo brincar del susto.

-¿Louis?- preguntó su mamá entrando al salón de estudio con una toalla en la cabeza y una bata de baño le rodeaba el cuerpo.

-¿Si, mamá?- preguntó Louis acomodándose en la silla.

-¿Qué haces aquí? Es tarde. -dijo su mamá observando a su hijo fijamente. - ¿Te pasa algo?

-No. Bueno, es que escuché algunos golpes provenientes del cuarto de ustedes y pues no puedo dormir.- dijo Louis apoyando sus codos en el escritorio y sus manos en cada una de sus mejillas.

-Ah, eso.- dijo su mamá algo ¿triste?

-¿Todo bien,mami?-dijo Louis observando a su mamá y dirigiendo su mano al cable que colgaba de la lámpara que estaba encima del escritorio para encenderla.

-¡No!- dijo la señora rápidamente al ver lo que su hijo iba a hacer.

-¿No qué?- dijo Louis algo confundido.

-No enciendas la lámpara.- dijo ella acercándose lentamente a Louis y poniendo su mano encima de la de él para impedir que la encendiera.

-¿Porqué?- preguntó Louis desconcertado total mirando a su mamá dudoso.

-Pues... Para... Para ahorrar energía. Además está dañada.- rió nerviosa.

-Oh.- dijo Louis tratando de sonar tranquilo. No le creía, pero no iba a hablar sobre eso ahora.

Ella lo miró de nuevo y soltó otra risa nerviosa. Louis, a pesar de no pasar mucho tiempo con su familia, los conocía muy bien.

Se formó un silencio incómodo.

-Bueno hijo, yo voy a dormir. Duerme bien, buenas noches.- dijo ella dirigiéndose a la puerta. Louis la guió con la mirada hasta la puerta, y asintió. Soltó un suspiro.

-Esta bien mamá. Buenas noches.- a pesar de la oscuridad, pudo ver como su mamá sonreía débilmente. La vió marcharse.

Ahora las dudas eran más. Ahora necesitaba muchas respuestas a todas sus preguntas. Sabía, y estaba cien porciento seguro de que algo andaba mal. Encendió la lámpara, dándose cuenta de que no estaba dañada como su mamá había dicho. Ella le había mentido. Y fue ahí cuando supo que tenía que hacer algo, tenía que averiguar de cualquier manera que estaba pasando. Y lo más importante, tenía que ayudar a su familia. Y no le importaba lo que tuviera que hacer, iba a ayudar a su familia. Cueste lo que cueste.

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