Capítulo 5

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Escuché la motocicleta antes de poder verla miré las luces apagarse en el estacionamiento del edificio. Tomó todo dentro de mí no correr escaleras abajo. En su lugar, esperé medio piso antes del nuestro.

Emmet apareció segundos después, vestido de negro y esta vez, reconocí el logo de ACDC en su camisa. Traía sus botas negras, y la bandita sobre su ceja había desaparecido, pero no traía un piercing.

- Elena. – dijo cuándo me vio en las escaleras. Continuó y se detuvo hasta que estuvo a mi altura - ¿Están bien las dos? – volvió a preguntar. Su mirada me recorrió y me sentí expuesta, así que jalé el largo de mis shorts un poco, aunque sabía que era sólo para buscar evidencias de daño físico.

- Sí. Estamos bien. Cuando llegamos no había nadie. – repetí. Cuando hablamos por teléfono le había dado una explicación a grandes rasgos. – Pero el lugar es un desastre. Rompieron casi todo. – dije y lo detuve antes de que continuara subiendo. – Ella no sabe que te llamé. – Me miró con sus ojos azules llenos de preocupación (su mirada era un torbellino en este momento) y sonrió.

- Lo sé. Pero le guste o no, ya volví.

Emmet subió los escalones que quedaban de dos en dos, y abrió la puerta sin preocuparse mucho de si lo escucharía Ely o no.

- ¿Lena? – llamó Ely desde su habitación.

- Sí, soy yo. Salí por aire. – contesté. – Ely...- comencé, pero guardé silencio. ¿cómo le dices a tu amiga que llamaste al hermano que odia?

- ¿Qué pasa? – comenzó saliendo de su cuarto. EN cuanto vio a Emmet caminando por la sala, inspeccionando todo, se congeló. - ¿Qué haces aquí? – preguntó molesta. Su hermano detuvo lo que hacía y volteó a verla, también molesto.

- ¿Por qué carajo no me llamaste?

- ¿Por qué habría de hacerlo? ¿Y a ti quien te invitó? OH!!! – volteó a verme molesta - ¡Elena!

- Eliza, no querías llamar a la policía. ¿qué se supone que hiciera? Emmet me dio su número por si algo pasaba.

- Y esto es exactamente la razón por la que tengo que dejar mi número con Elena. – dijo él señalando a su alrededor. – Esto podría haberse incendiado y jamás me enteraría porque eres tan terca que no quieres tomar el puto teléfono y hablar conmigo.

- Y dime, Emmet. ¿eso de qué me serviría? – se quejó, poniendo sus manos sobre la cintura.

- Podría venirles bien ayuda para levantar los muebles. O podría... - dijo dudando, rascando la parte posterior de su cabeza – podría quedarme con ustedes y ver que todo esté bien. - la cara de Ely estaba entre contorsionada de enojo e incredulidad.

- No quiero tu ayuda de mierda. ¿ok? ¡Todo estaba bien hasta que apareciste!

- Ely, ¡no estaba bien! Tenías estas llamadas psicópatas y...

- Se supone que tú estás de mi lado. – siseó.

- Estoy de tu lado. Sólo no quiero que la siguiente vez que pase este alguna de nosotras aquí. ¡No quiero morir a los 21!

- ¡Oh!, ¿quién está siendo dramática ahora?

- ¡Esto está jodido, Eliza! Nadie entra y destroza un apartamento sin robar una mierda. No es normal.

- Yo sé que no es así. No está bien. Esta mierda...

- ¡Entonces no te pongas así conmigo!

Out come the wolvesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora