La madre de Ryan estaba tratando de limpiar un poco en la habitación de su hijo.
Había demasiados papeles tirados al suelo; una que otra prenda arrumbada, y bastante polvo por limpiar. Su hijo era un descuidado de lo peor.Revisó los papeles antes de tirarlos al cesto de basura para asegurarse de no tirar algo muy importante. Entre ellos, encontró una nota muy particular que habría deseado no encontrar.
Estaba escrita sobre un trabajo de Biología con fecha de hacía 3 días.
La nota decía:Definitivamente estoy demasiado atraído por (garabatos ilegibles) y me gustaría pensar que él también siente algo por mí.
No había que ser genio para detectar que era la letra de su hijo, pero lo poco que decía no era para nada agradable.
¿Sería posible que su hijo fuese homosexual?, ¿Cómo puede una madre lidiar con ese tipo de cosas cuando encuentra una granada activa en el campo de batalla de su hijo?
Podía ser que Ryan hiciera una broma o que escribiera mal un pronombre. Tal vez no quiso decir él.
No había que tomarse en serio un pedazo de nota que había encontrado en el suelo, pero Molly Hudson era de las que se tomaba en serio cualquier asunto.
Comenzó a rebuscar entre las demás notas del suelo y siguió encontrando palabras relacionadas con ese tema. Todas ellas siempre tenían el nombre- o donde supondrían qué habría un nombre- garabateado.
Algunas mencionaban cosas sobre sus glúteos perfectos y la manera en qué ponía a su hijo al borde del colapso cada vez que lo miraba. Tantas notas no podían ser tanta coincidencia. Si su hijo era Gay, ¿en qué había fallado ella?
Seguramente la muerte de su padre hizo que el pobre chico generara pensamientos homosexuales por falta de la figura paterna; ó ella lo hizo así con tanta delicadeza; hasta podía ser que su hijo estaba enfermo mentalmente y necesitaba ayuda urgente.
Molly estaba demasiado cerrada a la idea de tener un hijo homosexual, puesto que en la familia no había parientes con ese mal, ó por lo menos no declarados.
La madre sentía que su cerebro y corazón se iban haciendo añicos, llevados por un viento demasiado cruel, dejándole un vacío existencial frío hasta los huesos.
Su pequeño, como solía llamarlo, solo estaba confundido, y todo era su culpa.
Cuándo llegara de la escuela, hablaría seriamente con él y le haría entender que estaba tomando decisiones equivocadas sobre su sexualidad.Oliver y Ryan alcanzaron a Merry en el pasillo rumbo a la clase del profesor Joe. Ella se acercó a Ryan y le dio una leve bofetada para luego decirle:
—Idiota. Debiste contarme primero que a Oliver sobre tu homosexualidad. Ahora le debo un maldito sándwich.
—Por cierto, ¿Dónde está?—Preguntó Oliver.
Merry le entregó un gran sándwich que compró en un restaurante gourmet y que le costó ciento dos dólares. Oliver estaba regocijante de alegría.
—Fue un placer hacer negocios contigo, guapa—le comentó. Ella le dio un codazo y volvió a Ryan para preguntar.
—¿Finalmente se encendió el foco de tu cerebro?
—Creo que sí. Solo han pasado unos días desde que despertó mi curiosidad, pero aceptar esto de ser Gay me dejó la mente un poco más despejada.
—¿Tu madre lo sabe?
—No le he dicho porque tal vez no lo entienda.
—Tu mamá es una de las personas más agradables en el mundo—señaló Oliver—. Es lo más comprensiva. Ojalá mi madre fuese como ella.
—Lo sé, hermano—continuó Ryan—, pero quiero que sea un momento apropiado. En este punto solo quiero saber cómo es esto de ser Gay.
Merry miró a Ryan y le preguntó:
— ¿Por qué te gusta el profesor Joe?
—Porque—Ryan no tenía idea de cómo responder esa pregunta—, es atractivo, agradable y no lo sé. Es el primer hombre que me gusta.
—Exacto, "él" es un hombre. Tú solo eres un niño de 17 años. Sabes que entre ustedes no debe haber alguna relación sentimental porque las personas podrían ir en su contra, ¿verdad?
— Lo sé, pero creo que a mi homosensual cerebro, eso no le importa.
— Vale, eso lo respeto porque cualquiera puede ser tu crush, pero ¿Qué supones que puede ocurrir entre ustedes? Digo, ni siquiera sabes si es Gay.