¿Solo a mi?

Me fuí.

No soporte tanta presión, con esa mujer que manejaba mi vida a su gusto. Así que era yo contra el mundo. Si algo que mucha gente diría. Pero... ¡Lo juro! Se lo voy a demostrar. [Decía en mi mente. Aunque sentía que fracasaría.]

- Bien Erika... Calmate, todo ira bien... Todo ira bien... - Me decia a mi misma, salí de su vida y al fin me sentía mas aliviada. Ya había hablado con Daniela, de que me iría a vivir con ella y llegue donde ella.-

Toque su puerta con ansias. Aunque mi maquillaje se había regado por las lágrimas que había derramado en el momento. Trate de ponerme lo mas presentable, no quería que me viera destrozada, Daniela abrió la puerta y me vio.

- ¡Erika! No sabes cuanto me alegra verte. - Esta dijo muy emocionada y me abrazo, yo sin pensarlo dos veces correspondí el abrazo y luego entramos- Bien, ¿te vienes a quedar no?

*Yo solo estaba en silencio, pero afirme con la cabeza y una sonrisa de medio lado.*

- ¡Perfecto! - Daniela sonaba muy emocionada con esa idea. Ya que era como una hermana para mi. - Vamos, tu cuarto esta al lado del mio.

Me jalo de la mano caminando hasta la habitación, era algo grande y me encantaba. Pero me entro un poco de depresión, no sabia porque. Tal vez había sido el recuerdo de mi padre.

-¿Erika? ¿Estas bien?

Escuchaba decir a Daniela una y otra vez. Yo solo volvi a afirmar con mi cabeza y soltando un suspiro. Ella solo me rodeo con sus brazos y me dio un cálido abrazo.

- Vamos Eri.. Cuentame...