Capitulo 18.

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** Daniela **

Estaba realmente estancada, Alexa decía la verdad o ¿no? No sabía que pensar, su brazalete en el suelo, ella entrando a la casa, ya que la puerta estaba abierta. . . ¿A . . . Bierta?.

Fue allí cuando reaccione.

Me estaba mintiendo, la puerta estaba cerrada con llave. Y Erika y ella no se hablaban. ¿De qué manera ella conseguiría la llave de la puerta? Así que algo ingenua, decidí preguntarle algo a Ella.

— Alexa.

— ¿dime? — Dijo la chica, con una voz algo extrañada. Yo también estaría así, después de haberla culpado y ahora hablarle como si no fuera nada.

— ¿Podrías levantar tu cabello? —Si esta tenía una herida en el cuello, sin duda había sido ella quien la había asesinado. Así que solo tenía una esperanza, con entregar la verdad.

— Pues está bien, todo está bien. . . —Dijo al final, levantando su gran cabellera roja y allí pude notar, la herida que tenía. Si había sido ella. ¡Si lo había sido! Así que decidí retroceder unos pasos hacia atrás.

— Mentirosa. . . Eres una mentirosa. . . Yo te había dado mi promesa Alexa. —Decía bastante decepcionada. Al ver que está de había dado cuenta. Sacó un cuchillo de su pequeño pantalón, apuntándolo a mi cuello.

— ¡Di una palabra y te mato! Es por su culpa. Ella se acercó a mí Alex. ¡Mi Alex! ¡ERA MÍO! Y ELLA LE ESTABA HABLANDO.

Comenzaba a gritar la chica, se podía ver el odio y rencor en su mirada, alzando la mano con el cuchillo a mi cuello, con ganas de clavarlo en el. Así que tragué saliva, y me moví rápido, viendo que está caía por el fuerte movimiento al piso. Tome mi mano temblorosa, comenzando a marcar en mi teléfono, el número del chico. Llegaba al baño encerrándome rápidamente con la respiración agitaba. Escuchándola a ella gritar como Loca mi nombre. ¡Qué estaba haciendo! Quería llorar, no quería morir. Hasta escuchar un gran golpe, lo que hizo que Alexa se cayera. Y me quedará algo más calmara, abriendo un poco la puerta. Notando que Alexa estaba desmayada en el suelo y Alex estaba detrás con una botella, soltándola y mirandome.

— ¿¡Estás bien!? Vamonos antes de que despierte.

Tomo mi mano bruscamente. Llevándome a la salida de la casa y saliendo de esta. Estábamos asustados, ya que ella conocía a cada lado que iba el chico, así que no tenía en donde escondernos. Después de haber llegado a la casa de mis padres, sentí un ligero aire poder calmarme. Hasta sentir que unos cálidos labios se juntaban con los míos. Era Alex, moviéndolos encima de los míos. Estaba en un shock temporal, mientras el color rosado invadía mis mejillas, sintiendo que ardían. Pero luego lo sentí caer en mi hombro. Se había desmayado. . . ¿Quién no lo haría?

Decidí tomarlo y acostarlo en el sofá, mis padres estaban de viaje. Así que no estarían en la casa por unos días. Decidí caminar a todas las entradas y ventanas de la casa cerrándolas y bajando las cortinas. Para mantener más ls seguridad y sentarme a un borde del sofá notando a Alex.

— Nunca debí confiar en ella. . . Debí confiar en ti. .

. . . Erika . . .

¿Solo a mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora