Capitulo 6

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Luego de haber leído todo eso, me encontraba impactada, temblaba, sudaba y estaba nerviosa, sabía a la perfección que esto había ocurrido, lo sentía y temí el hecho de no saber que ocurre con mi organismo, entender que pasa conmigo. Cerré el diario bruscamente y un vacío y un temor me recorrió la sangre, mi madre no estaba en casa y yo sentía la necesidad de buscar respuestas, de qué fue mi pasado, pero no sabía que hacer. No pude contener la ansiedad de volver a leer lo que tal parece hace unos meses escribí

Esta tarde me reuní con Summer para realizar un trabajo de Ciencias, estaba atemorizada, pero sabía que si temía, la cosas se saldrían de control, mi madre la recibió

-Sra Fitzhung. ¿Como está?- dijo al mismo tiempo que mi madre terminó de abrir la puerta

-¡Summer! Pasa- respondió alegremente- Alissa no me dijo que vendrías

-Perdone- dijo apenada- Hemos planificado de improviso

-No le des mucha importancia- concedió- Anda ya, termina de pasar, Alissa esta en su habitación

Summer subió corriendo las escaleras en mi búsqueda, y en menos de un minuto, ya estaba en la segunda planta y tocaba la puerta con afán

-¡Abre la puerta!- exclamó

-Voy- dije un poco obstinada, no había tenido tiempo en terminar de arreglarme- ¿Por qué tan apresurada?- reclame- ¿Que te haz vuelto loca?

-De hecho, estoy completamente cuerda- dijo con un poco de sarcasmo y picardía

¿Segura?- me burlé

-¡Ya cállate!- dijo casi ofendida

-Esta bien bajemos- respondí llevándola de nuevo a las escaleras que daban para la sala.

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Mantuve las cosas en control, cada que sentía miedo lo ignoraba, e intentaba mantenerme en calma, me enfurecía el hecho de tener que ocultar mis sentimientos hasta con mi mejor amiga. Me impresionó que Summer no me interrogara y que no empezará a hacer preguntas imprudentes, como es de costumbre, pero realmente lo agradecía, agradecía este día
3 de febrero de 2015

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Estaba petrificada, ¿Quien es la Sra Fitzhung? ¿Por qué le decía madre? Y Summer lo aceptaba como tal. No sabía si sería oportuno preguntarle sobre este tema. No quería que nadie más supiera de este curioso diario, pero si lo necesitaba, la incluiría a ella en este extraño misterio, no me sentía preparada para descubrir nada más, así que puse el diario justo en el lugar preciso donde lo encontré e intente sólo olvidar por un momento el temor que recorría cada poro de mi piel, cada parte de cuerpo, así que me recosté en mi cama y cerré mis ojos para caer en un profundo sueño

**
Alissa debía volver a sus actividades escolares, y aunque no se sentía preparada, era una obligación hacerlo, estuvo haciendo los trabajos y exámenes desde su casa para no perder nota, pero según su médico ya era hora de volver.

Alissa

La vida se me ha vuelto complicada, y aunque le supliqué a mi madre, me estaba obligando a regresar al Instituto, ella insistía en que no debía perder más clases, pero yo estaba aterrada. Necesito ocultar mis sentimientos, lo necesito, si no lo hago, se que no podré controlarme.

No me sentí lista para manejar mi auto aún, así que mi madre me llevo en el suyo hasta allá, cuando me encontraba ya en el Instituto, se me hizo un nudo en el estómago, y las ganas de huir eran gigantescas, estuve a punto de hacerlo, hasta que Madeline me sorprendió haciéndolo

-¿De vuelta y te vas?- dijo sonriente- ¿O es que no nos extrañaste?

-Hola Made- respondí entre risas- ¿Como estas?

-Muy bien, amiga mía- dijo llevándome hasta adentro del Instituto

Las clases eran interminables y no estaba ni un poco concentrada en lo que mi profesor de química decía, yo miraba por la ventana de vez en cuando y la mayoría de la clase la pase dibujando en la parte de atrás de mi cuaderno, el profesor hizo caso omiso de mi, y explicaba la clase sin prestar atención a mi distracción, sólo pensaba, e ignoraba lo que fuera que pasase en el mundo exterior. Un timbre sonó a lo lejos, era el timbre del almuerzo, realmente agradecí el hecho de que la clase de química al fin hubiese terminado, recogí mis cosas lo más rápido que pude y salí discretamente por la puerta principal, a penas al salir vi a Andrew recostado en mi casillero

-Hazme un favor y quítate- reproché, a este tipo en serio le encanta molestarme

-Perdona, no quería incomodarte lindura- dijo mientras me miraba de reojo

-Deja ya la estupidez- respondí molesta

-Te extrañe mi amor- guiño un ojo

-¿Adivina que?

-¿Que?

-Yo no- levante una ceja, y me dispuse  quitarlo a fuerza del casillero

-Tranquila preciosa- insinuó apoyándose más en el casillero- Se que me extrañaste

-¡Ya quítate imbécil!- exclamé furiosa, ahora no temía enfurecerme, justo ahora sentía mucha ira, mis libros dentro de mi bolso temblaban, por suerte el no lo notó 

-Tranquila bebé- me lanzo un beso

En ese instante Summer venía junto con su novio y mi mejor amigo Isaac, me miraron a los lejos y al ver el problema que tenía con Andrew se acercaron

-Déjala ya imbécil- dijo Isaac fuertemente

-Tu no te metas estúpido- respondió mostrando su ira y dispuesto a golpear a Isaac

-Vamos, deja de ser tan ridículo y cobarde, ten un poco de hombría- respondió casi gruñendo

-Adiós hermosa- guiño su ojo de nuevo- Te veo luego

-Ni en tus sueños- respondí enojada

-Hasta en sueños amor- respondió

Rodee mis ojos y me dirigí a Isaac

-Gracias amigo- dije dándole un abrazo

-No iba a permitir que un imbécil te molestara

-Gracias de nuevo en serio

-Realmente pensé que no vendrías- comentó Summer mientras me abrazaba

-Mi madre me obligó- respondí

- Seguro- ambos se rieron y los tres nos dirigimos hacía la cafetería donde nos dispusimos a tomar el almuerzo.

Ningún profesor preguntó sobre lo que ocurrió en los aparentes últimos meses, y realmente estaba feliz por eso, no tenia muy buena relación con ellos. De hecho no tenia una buena relación con la mayoría de los estudiantes, pues era una persona muy tímida, acostumbraba ocultarme, siempre me sentaba de última, siempre he sido así desde niña.

Las clases transcurrieron normal, compartía muy pocas clases con Summer ya que ella era un año mayor que yo. Sólo me encontraba con ella en el almuerzo y en  clase algunas veces porque en la salida, ya ella se ha ido o yo me he ido.

Como no me sentía  preparada para usar mi auto, decidí irme caminando, mi casa queda a sólo una cuadras del Instituto, camine lento y seguro, aún me sentía un poco dolorida, pero toda la mañana tuve la extraña sensación de que alguien me observaba fijamente, pero cuando inspeccionaba la habitación, todos estaban ocupados en sus intereses, y lo pase desapercibido, no voltee ni un momento y en menos de 20 minutos ya estaba en mi casa, al abrir la puerta noté que mis padres no estaban en casa... Esto ya se estaba convirtiendo en costumbre

Camino al PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora