Capitulo 12

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Matthew

Camino rápidamente hacia la Sala Central del Consejo, apresurando mi paso con cada segundo, mi corazón late a mil por hora y temo demasiado de lo que ocurrirá en los próximos minutos, he llagado tan frenéticamente que ni siquiera he notado la hora, aun no puedo creer que esto haya pasado.

Luego de una larga caminata por los pasillos del Consejo llegue a mi destino, una gran puerta de madera obstaculizaba mi paso para la Sala, toque tres veces la misma con mis nudillos como abreboca a mi rutinaria sonata de ruidos que naturalmente doy a la puerta para que los ancianos sepan que soy yo quien solicita tan hostil e imprudentemente sus servicios, luego de mi habitual bullicio de anunciación uno de los jóvenes pupilos abrió la puerta, tenia aproximadamente doce años, su cabello era rubio y ondulado, lo llevaba largo, una túnica antigua cubría su cuerpo y unos ojos azules me miraron penetrantes, era hijo de una de los miembros del Consejo, estaba de aprendiz, ya que algún día cubriría a su padre en su puesto, cuando este sea ya muy anciano y no pueda cumplir con su labor y juramento.

-¿Si?- dijo con tono dulce el joven

-Diles que es Cooper, y que es urgente- respondí acelerado

-¡Oh Matt!- aclaro sorprendido- ¡Por supuesto! Pasa

-¿Te conozco?- dije cruzando la gigantesca puerta y cerrándola tras de mi

-No, pero yo a ti si, todos en mi grado te conocen, y a Alissa, es muy hermosa- añadió embelesado- Soy Steven

-Si, esta bien- añadí seco y de la manera mas obstinada que pude- Llévame con los Maestros

-Están en discusión, no puedo- me miraba preocupado- ¿Ocurre algo?

-Si, ocurre mucho- estaba empezando a perder mi paciencia- Ve a decirles que soy yo, y que estoy muy alterado, que hasta te he insultado

-Pero no lo haz hecho- respondió inocente

-¡Solo diles eso!- exclame

-Si, señor- respondió el muchacho al mismo tiempo que corría fugaz hasta la entrada de la Sala Menor, que se encontraba oculta entre la Sala Central, era un viejo castillo con muchas pasadizos, entre esos, las dos salas mas importantes donde se sentaban los viejos a hablar cosas de importancia para el bien común.

El joven discípulo recorrió las escaleras intentando no caer y yendo lo mas rápido que sus piernas le proporcionaban, al parecer era urgente y el debía apresurarse o seria demasiado tarde, sin pensarlo abrió bruscamente la puerta de la Sala Menor y todos los Maestros quedaron espantados e indignados y miraron al chico con el entrecejo fruncido mientras negaban en forma de decepción.

-Perdonen mi atrevimiento señores- dijo ofuscado y cansado- Es un asunto de suma importancia, a esto se debe mi imprudencia ante ustedes

-Bien, ¿Que sucede?- pregunto Joseph Jones, el director del Consejo

-Es Matthew- aun intentaba recuperar el aliento- Llego muy alterado, y ¡Hasta me ha insultado!- exclamo falsamente- Esta realmente preocupado y me ha dicho que los llame urgentemente

-¡Ese chico nefasto de nuevo!- grito para toda la audiencia Robert Hudson, consejero del director

-Debe de ser una emergencia- replico el padre de Matthew, Richard Cooper

-Es un muchacho incompetente, desde sus años de pupilo ha sido necio y testarudo, ¡No es una emergencia!- añadió Eric Strauss, miembro del Consejo.

De repente se armo un revuelo entre los ancianos de barbas largas, los alaridos eran inmensos y Joseph ya estaba a punto de quiebre

-¡Ya basta Señores!- vocifero Joseph, haciendo callar la creciente algarabía que formaron los ancianos y jóvenes miembros- Veamos que necesita el chico

-Pero estamos en discusión- replico Olivert Cole, igual miembro

-Lo se, pero debemos de darle un voto de confianza al muchacho, si es una estupidez, lo amonestaremos- respondió- Dile que baje contigo, que lo estamos esperando- dijo dirigiéndose al joven que estaba a unos centímetros-¡Ve!

-Si, señor- respondió Steven, quien salio corriendo de nuevo; ya arriba anuncio- ¡Buenas noticias! Ya puede bajar

-¿Que te dijeron?

-No tienen mucha fe en ti, aun así se decidieron a escucharte, ven baja- me tomo de la muñeca y me llevo hasta las oscuras escaleras iluminadas por viejos candelabros

- Hemos llegado- abrió la puerta y subió sin decir mas, yo, entre y mire al Consejo sin ninguna expresión

-¿Y bien?- comento Joseph con tono diplomático y paciente-¿A que se debe tanta urgencia de tu parte?

-Por si no sabias, estábamos en discusión- agrego Robert con aspecto infantil e inmaduro

-Si estaba enterado, pero lo que debo decirles sobrepasa lo natural 

-Todo aquí sobrepasa lo natural- añadió Richard acercándose a su hijo para darle un pequeño abrazo

-Siéntate- ordeno Joseph, yo hice caso y me senté en una de las sillas de la amplia mesa, todos los miembro me miraban expectantes y yo no sabia por donde empezar, no podre contener las ganas de llorar y lo se, es una tragedia

-Es Alissa...- mencione con un hilo de voz

-¡¿Que le ocurrió a mi nieta?!- Joseph inmediatamente se altero y se levanto de su silla exaltado, ya no quedaba rastro de la paciencia que tenia hace unos segundos

-Por favor Joseph tranquilízate ¿si?- dijo Olivert, quien se encontraba a su lado, era un viejo testarudo e insensible, pero el aprecio que guarda por Joseph hace que cambie su semblante a un personaje mas comprensivo y abierto a ideas- Siéntate

-Esta bien- aclaro simplemente- Ahora dime ¿Que le ocurrió a mi nieta Mattew?- pregunto un poco mas relajado

-Elizabeth y Edward llegaron del aeropuerto hace como una hora y me llamaron alterados, Alissa no estaba en casa y Lissy estuvo muy preocupada,la llamo a su teléfono, pero ella no lo llevaba consigo, no había pista de su hija, así que subió a su habitación con Edward, ya arriba encontraron un papel tirado en el suelo...- hice una pausa temeroso de la reacción del publico oyente- Era una carta

-¿Una carta?- pregunto Joseph muy atento

-Si, una carta, pero lo importante no era el papel, era el remitente

-¿Quien era el remitente?

-Un anónimo, pero estoy seguro de que ese anónimo es Julianne

-¿Por que?, ¿Que decía la carta?

-Pues...En la carta las expresiones del remitente eran muy psicópatas, el escrito era dulce y suave, tal como le hablaría una madre a su hija, aunque en algunas ocasiones demostraba la ira que llevaba por dentro, le pedía a Alissa ir a un parque cercano para decirle "Toda su verdad"- Volví a callar unos instantes- Suponemos que Alissa si fue a ese lugar

-¿A que te refieres?

-Sabes que tiene muchas dudas y quiere desesperadamente respuestas, y se perfectamente que esa mujer se aprovecho de su inocencia y desconocimiento- aclare- Hace ya varias horas que no logro contactarme con su mente

-Se mas especifico

-La secuestró


Camino al PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora