-Te apuesto a que no te confiesas a Kaulitz-dijo mi rubio amigo apoyado contra la pared, y yo sentí mi cara arder.
-Pero...
-¿O no te atreves?-me sonrió burlón.
-Sabes que lo haría, Andreas-contesté.
-¿Entonces aceptas la apuesta?-preguntó sin borrar su sonrisa burlona.
-¿Qué gano si cumplo?-pregunté interesada.
-Te hago la tarea por un mes entero, y si no cumples, tú me la haces a mi-contestó con una sonrisa.
Sabía porque él me hacía esa apuesta, él era mi mejor amigo, y el único, y sabía que Tom Kaulitz, el famoso mujeriego, me gustaba, pero jamás se lo diría.
Yo jamás me negaba a una apuesta, y Andreas tampoco, por lo que lo uso a su beneficio para hacer que me declare al rastudo.Hace un par de meses, yo le hice la misma apuesta a él, pero con la chica que le gustaba, y ahora son novios, y quiere "devolverme el favor".
Todos en el colegio nos conocían por eso, por las apuesta que hacíamos.
Sólo lo hacíamos entre nosotros dos, pero si venia alguien más y nos hacía una, aceptabamos. No rechazabamos ni una apuesta.-Acepto-sonreí.
*Belu