Capítulo 1

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Desafortunado diario:

¡Estás a punto de terminarte! Lo siento, estás a tres páginas del final y todavía no he escrito nada para hacerte sonreír.

Ahora me siento estúpido por hablarle a un objeto inanimado como a una persona. Acabo de imaginar que en realidad tienes conciencia, lo que me lleva otra vez a sentirme estúpido por pensar en ti como a un ser racional. Es un maldito bucle.

Bueno, vamos a lo importante.

Hoy es lunes 7 de marzo de 2016, y como en cualquier día lectivo, empezaré contándote qué tal en el cole.

Puff, hoy estaba ilusionado porque iba a ver al jefe de estudios a ver qué hacía con lo de que mis compañeros me insulten y todo eso.

No sé, dijo que si me llaman gordo que adelgace, y creo que le va a dar carpetazo al asunto. Supongo que el tema no es tan gordo como pensaba. Lo cierto es que tiendo a exagerar, ¿sabes? Por supuesto que lo sabes, si te he contado desde la exclusión en el patio a las pullas por las escaleras. Pobre, no hago más que contarte todo lo malo... me siento est... no, dejemos el bucle.

Aparte... el profe de mates me hizo explicar a la clase un problema que nadie sabía hacer. No me miraron muy bien, pero estoy contento por haber hecho todos mis deberes bien.

Ah, sí. Casi se me olvida, creo que los encargados de mantenimiento del colegio estaban discutiendo sobre si el fluorescente de una clase lo debía arreglar uno u otro. Me pareció bastante curioso, porque no representaban para nada la imagen de "adulto responsable" que se intenta inculcar a los estudiantes. Me dieron ganas de interrumpir y decirles que le dieran el trabajo a cualquiera de los técnicos especializados (o algo así) que hay en el colegio, y que creo que sus deberes no llegan a ocupar diez horas a la semana. Seguro que están encantados de hacerlo, se deben de aburrir como ostras.

Eso es toda la mañana. ¿Qué tal tú?

Dios, que estúpido soy. Hablándole a un diario...Un día de estos me compraré un amigo. De acuerdo, era broma. ¡No tengo tanto dinero!

Vale, estoy chistoso hoy, perdóname.

Me está llamando mamá para que la ayude con la cena. Ya hablaremos otro día.

Con cariño

Simón

LECCIÓN DEL DÍA: Exagerar menos, el mundo no se mueve por mí. Y si hace falta, aguantarse, pero no ir lloriqueando a buscar soluciones en el jefe de estudios o por encima, que ya tienen suficiente trabajo.




Decidme qué os parece :)

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